¿Terrorismo por aceite?
Regina Cano
HAVANA TIMES — La semana pasada, al parecer una noticia recorrió los ordenadores de la La Habana y aún se debe estar pasando.
Me llamaron a casa para contarme la mala nueva -algo que sonaba horroroso. La noticia alertaba sobre el robo de unos tanques de supuesto aceite, que habían sido sustraídos del Crematorio de Guanabacoa (crematorio de cadáveres). La lista adjuntaba a 16 personas más.
En esencia, el mensaje prevenía que no fueran a realizar la compra de aceite para cocinar sin saber su procedencia, pues según el autor o autores de este, el aceite mencionado era extraído de los propios cadáveres y que al ser robado posiblemente engrosaría la lista de mercancías ofertadas en el mercado informal o negro -como aquí le llamamos.
Es de suponer, gentes! Que la primera reacción de la persona que me lo informó fue avisar a sus conocidos y pasar la voz de alerta -más bien de alarma- de lo que ella no se había detenido a pensar que podía ser ilógico.
De los mamíferos, que yo sepa, no se extrae más que grasa y el aceite proviene de vegetales. Además me contaron que estos hornos se encienden mucho antes de introducir el cadáver y que no da tiempo a que esto suceda. Válido es recordar que el agua, la sangre y las grasas expiran antes que la carne.
Y según dice un amigo, los familiares están presentes mientras este acto se realiza; no sé. También debe tenerse en cuenta que entre los cubanos no es común incinerar a nuestros seres queridos, por lo que no abundan las cremaciones.
Yo lo que me puse a pensar en el efecto que esto provocaría en una población que depende en parte de este tipo de mercado.
Al final de la explicación que le ofrecí a la mensajera, tan bien intencionada, ella me repetía una y otra vez que no iba a “comprar ningún aceite más, por si acaso”.
Quiere decir esto que la gente aún temen -y cualquier alarma tiene efecto- del llamado “realismo sucio” que de alguna manera vivimos en carne propia con los preservativos en pizzas, frijoles por maní, frazada de piso por bistec, tiñosas por pavos y hasta dicen que hígados humanos comieron algunos -creyendo que eran los de otro animal- durante la parte más cruda del Período de Crisis y que ahora mismo este hecho puede resultar como una estampida.