Santo Che que estás en los cielos
Regina Cano
Aquí donde sobrevivo todos los días, no me ha faltado un ídolo que admirar, cuyo patrimonio colectivo impone metas y/o conflictos a todos.
Los próceres y mártires de nuestra historia fueron tipos apasionados, llenos de sueños, de gran carisma, altruistas, con personalidades que la adoración ha pulido y convertido en inmaculadas. Sobre todo aquellos cuya “heroicidad” fue probada durante la gesta revolucionaria del ´59 o después.
Estos héroes/hombres han estado presentes cotidianamente dandoles nombres a las escuelas, los policlínicos, los C.D.R.*, hospitales, barrios y toda Institución lista para ponerle el nombre de un fallecido que dio la vida en pos de sus circunstancias.
Así llegó a la vida de los cubanos “El Che.” El argentino luchador por la paz y la igualdad, quien desapareció antes de demostrar lo contrario. Ernesto “Che” Guevara de la Serna. El Guerrillero Heroico. La Estrella que alumbró al Continente. Frases que lo categorizan y acompañaron y que acompañan a millones de cubanos toda su vida.
Un día descubrí que su imagen – casi una consigna que “definía a la Revolución Cubana”, además de aparecer día a día del saludo pioneril, en fotos y pancartas, también tenía un espacio en pulóveres, en ceniceros para apagar cigarrillos en su rostro y platillos por colgar en las paredes de los turistas que visitan el país.
A propósito de pioneros, contaré lo sucedido a una madre que acompañaba a su hijo de 7 años a la escuela. Al ver que el niño no saludaba la bandera –gesto que los escolares cubanos hacen levantando la mano derecha sobre la frente, al lema de “Seremos como el Che”-, le puso a los demás niños como ejemplo, a lo que él (Byron) respondió: “mamá, yo no quiero ser como el Che, yo quiero ser como yo: Byron”. Una muestra desacostumbrada de independencia y definición a tan temprana edad.
Volviendo al tema. Al unísono y yo creo que más bien a la zaga, los artesanos de las ferias siguieron el patrón con cuadros, collarcitos y otras chucherías que lo recordaban.
A pesar de la indignación de algunos, este fenómeno llegó a ser normal para los ciudadanos tan inmersos en el Período de Crisis de los ’90s.
A raíz de hablarse de lo falso y vacío que va siendo este símbolo para la gran mayoría de los adolescentes cubanos -quienes llevan su imagen por moda, por no estar fuera del grupo y no por los ideales Cheguevarianos- una joven italiana estudiante de Antropología en Cuba, refería que Berlusconi compró los derechos sobre el uso y comercialización de la imagen de este en Italia hace años.
Si eso es cierto, más allá de la “mamarrachada” de Berlusconi y de que Cuba no sea donde único se vende la iridiscencia de un “héroe” preferido, me sorprende suponer que los cubanos le hagan a este señor la competencia por las posibles ganancias a desaprovechar cuando el símbolo es explotado en otra parte del planeta.
Lo que me deja pensando es: “Pobre Che. Qué te han hecho hombre?.”
*C.D.R.: Comités de Defensa de la Revolución. Que reúne masivamente a nuestra población adulta.