Qué bieeen!… Dibujos Animados

Regina Cano

Carlos comentaba a unos amigos como se horroriza cuando en el televisor ponen el dibujo animado “Dora, la exploradora.”  Decía que es puro juego computarizado, un animado que intenta interactuar con los pequeños del otro lado de la pantalla.

Yo ya tenía mis “en contra” de algún que otro “Muñequito” didáctico y sobre ese en específico donde la protagonista le pide a los niños que indiquen desde sus casas, como evitar que Zorro les lleve las pertenencias a los personajes o que les indiquen como llegar a una montaña, un bosque o atravesar un puente, cuando en realidad los niños no determinan la historia, pudiendo llenarlos de ansiedades y frustraciones.

Dora insiste en enseñar palabras sueltas en inglés, lo que funcionaría si se hubiera introducido este idioma en las escuelas primarias, como se tenía pensado –según dicen- y no ocurrió. Los niños mal aprenden palabras de un idioma desconocido, siendo un mal precedente para un futuro aprendizaje.

Los programas televisivos infantiles provocan en los adultos reacciones polémicas.  Quienes ya pasaron de ser su público y  desearían se hagan o elijan mejores programas infantiles para las generaciones que ahora los disfrutan. Sabiendo que los pequeños un día decidirán por esta sociedad plagada de errores.

El incremento de Dibujos Animados didácticos —por un canal emisor específico— puede ser algo apropiado, pero preocupa el subtexto y aclaro no tener todos los ases, ni estudios para valorarla en su extensión, pero existen asuntos que se caen de la mata, gentes!.

Por ejemplo, “La casa de Mickey Mouse,” de Disney. Es un grupo de amigos: Mickey, Minnie, Donald, Daysi, Goofy y Pluto; diferentes como individuos, que siempre tienen un problema que resolver y lo hacen llegando a consenso juntos.

Liderados por Mickey este grupo sale siempre adelante, apropiándose de los cuestionamientos del último siglo sobre interactuación de los individuos en sociedad. Algo aún idílico, pero que quisiéramos lograr.

Este “muñe” establece claramente que el ser social no puede desprenderse de toda la cadena que genera el capital, pues los personajes buscan siempre ayuda en una bola mágica, que aparece cuando se solicita y que contiene soluciones en la forma de productos industriales comercializados (máquinas para soplar hojas, etc..),  en la gran mayoría de las veces.

Es decir, se constata la imposibilidad de que el hombre pueda resolver sus asuntos de manera alternativa: por el crecimiento propio, la búsqueda y creación de herramientas, unido al uso de la lógica y la razón.

No dudo sea visto con benevolencia dentro de la sociedad en que fue creado, porque de todos los males siempre se elige el menor.

Existen también otros “Muñes” (foráneos) mejores en la TV cubana como: Lilo y Stich; Sid, el niño científico; Charlie y Lola; Bear en la gran casa azul; Pocoyó; Chowder; Sunny Patch… Y otros que siguen la línea de “Dora….” y “….Mickey…,” como: Las pistas de Blue y el Pez Astronauta. Además de muchos con diferentes propósitos.

Todos ellos crean una diversidad y diversión para diferentes edades, pero debiera cuidarse -en comparación con el actual rasero- en cuanto pueden ser nocivos o inadecuados,  porque a temprana edad ya se forman valores.

Y la cosa no es tan simple como dice Mickey en el final feliz de “La Mousekey March”:

“Qué bieeen!……… Qué bieeen!

Qué bien, que bien ya todo está bien….Qué bien que todo se resolvió.

Qué bien!”