Perséfone Teatro expone en barrio habanero

Regina Cano

HAVANA TIMES – El disfrute en Video Teatro de las obras del grupo cubano Perséfone Teatro, en la galería Bloque, de Alamar (espacio independiente), fue el motivo de mi asistencia a la exposición que inauguró el 11 de mayo.

La exposición El Cuerpo de Perséfone Teatro incluía la exhibición de carteles de otras obras que forman parte del currículo de dicho grupo, así como de instalaciones homenajes.

La inauguración tuvo lugar sin la presencia de su director Adonis Milán –quien no pudo presentar su performance por haber sido detenido por fuerzas represivas cubanas, como nos compartió más tarde-, y sin la asistencia de la gran mayoría de sus actores.

La primera proyección nos mostró a Nancy Knapp, poesía del capítulo I de la antología Spoon River, de Edgar Lee Masters (1868-1950), la cual fue una puesta de gran dramaturgia. La intérprete, Elizabeth Ríos, mantuvo gran coherencia y fuerza actoral, con lo que el poema, de tamaño mediano en medición, cobró connotación.

El diseño espacial se ubicaba en un buen elegido interior de una construcción abandonada, como la granja descrita en el poema, que desde lo sicológico mostraba la destrucción que sufrían sus moradores. El espacio escénico mantuvo una trama de líneas en escorzo y perspectivas que le daba gran profundidad a la escena, apoyando el argumento, pues la toma de cámara iba en busca de lo más oportuno para ese desarrollo.

La temática de patrimonio, vivienda, es una línea social dolorosa para la población cubana, y era un discurso fácilmente entendible. Termina con la incineración simbólica de la casa a través del fuego. “Luego algunos vecinos se negaron a hablarnos y se unieron en apoyo a sus hermanos y hermanas” –dice en el monólogo.

La siguiente y última era el Louise Smith, capítulo II del mismo libro, con una exposición espacial más sobre lo clásico: una esquina de un lugar interior, una mesa con copas, una botella de vino y el uniforme del ausente oficial de marina, que pedía un desgarre mayor de la actriz Alina Castillo, quien reflejaba de su personaje las incongruencias de la crisis en los sentimientos de pareja: “Herbert rompió nuestro compromiso de ocho años cuando Anabelle regresó al pueblo procedente del Seminario, ¡ay de mí!…” –iniciaba su intervención.

Adonis Milán nos dice:

El nombre de Perséfone Teatro agrupa los significados de Vida, Muerte y Resurrección, del mismo Mito, marcado por la joven doncella y virgen que deviene en diosa infernal, haciendo un viaje que se vuelve ciclo interminable.

Este ha sido como el timón y la brújula para seguir una poética de creación. Y eso ha estado tan patente, como nosotros hemos marcado la visión de hacer teatro.

En estas tres etapas se encuadra la exposición. Quise mostrar parte de la Vida, que es un espectáculo que logramos hacer bajo mucha presión, por ejemplo, la económica. He tenido que ser diseñador, luminotécnico y otros. Los actores consiguiendo la escenografía y el vestuario.

También bajo la presión institucional, que está relacionada con el ser joven, independiente, y mucho más cuando rompo los lazos con las instituciones culturales, porque a eso se le suma la presión política, de que tu trabajo (supuestamente) se vuelve peligroso.

Pero a pesar de eso estuvo la parte de la Vida, la parte de la fotografía y los carteles, de los espectáculos que se lograron terminar, que recoge la existencia de Perséfone Teatro. Y la parte de las instalaciones: el altar a Tennessee Williams y el vestido con una máscara vacía, representan dos espectáculos muy queridos para mí, de los cuales estuvieron casi al terminar y no se pudieron hacer. Me refiero a Zoológico de Cristal, de Tennessee Williams -los actores abandonaron el proyecto, porque tenían viajes al extranjero u otros trabajos que le pagaban (actores profesionales)- y Andrómaca, que era basada en el original de Eurípides con la experiencia de las mujeres en el activismo en Cuba, dedicado precisamente a las Damas de Blanco y a la figura de Laura Pollán.

Y coloco ese vestido con la máscara vacía (Andrómaca) precisamente, porque a cinco días del estreno, la actriz abandona el proceso por amenazas.

Y la parte de Resurrección, es como he tenido que reinventar y reajustar Perséfone Teatro, para seguir trabajando, con lo que a mí me interesa, que es el trabajo con los actores, el trabajo con sicología (Teatro Sicológico), con la construcción de los personajes, muy detallado con la imagen y con el cuerpo.

He podido construir todo eso haciendo otro frente para la creación: el “Video Teatro”. Y hemos hecho unos monólogos que son el Spoon River, de Edgar Lee Masters, un texto que yo vengo trabajando en talleres que imparto desde hace mucho tiempo.

He tomado este proyecto con una seriedad más objetiva, hacer pequeños monólogos, micromonólogos, que son esos poemas del Spoon River, que es también esa sensación que habla de la Muerte. Del pueblo de muertos que cuenta su historia. Que se levanta del polvo para volver al polvo de la memoria. De ese pueblo que es olvidado, por todo el mundo olvidado, pero los muertos persisten en contar las historias de ese pequeño pueblo, de esa pequeña isla, de ese pequeño país. Y eso nos remite a nosotros y a nuestra cosmovisión.

Es como que la esencia del Mito ha marcado la poética del grupo –lo repito, eso es importante-, como sentir la primavera y el verano. Como sentir el florecimiento y la vida de un espectáculo realizado. Y como sentir la muerte, el dolor y la frustración de una obra que no está terminada, una obra que se queda ahí después de meses de ensayo y de trabajo desgastante, físico y sicológico, con los actores. Y una obra que se queda ahí, por las condiciones económicas o por condiciones de censura y de represión.

La actriz Iris Ruíz nos comparte:

Adonis Milán -joven y talentoso director teatral-, tiene propuestas súper interesantes, por la interpretación que hace a través de su puesta en escena. No es una obra aislada del panorama cubano.

Él ha ido buscando un público objetivo, de pequeñas salas, de personas comunes con mensajes e ideas que quieren trasmitir de una manera coherente.

Ha trabajado desde el Teatro Sicológico Americano hasta el Teatro Post Dramático Inglés o como lo que está haciendo con la poesía de Edgar Lee Masters, el Spoon River y que ya lo pasó a otro formato: Video Teatro. A partir de la censura a sus actores, de todo lo que ha ido pasando, ha buscado otras maneras de expresión, pero desde y hacia el teatro.

No evita la mirada dramática de la oposición, la situación cubana entre opositores, o sea, la política y social. Problematiza, pone el dedo (en la llaga). Es un punto de conflicto polémico todo el tiempo.  Aporta eso. Es su cualidad teatral.

Adonis es de puesta en escena, pero la aparición de las redes sociales ha sido fundamental. Allí deposita todo su dramatismo, su conocimiento de conflicto. Él lleva eso también con su personalidad histriónica.

Colaboré con Adonis, en Psicosis 4:48, un Working Progress, que fue de gran satisfacción. Volver a hacer teatro como actriz.

Acababa de pasar por la experiencia de amistad, suicidio y post muerte de Juan Carlos Flores (poeta cubano) y encontré una posibilidad muy grande en el texto, que es el último de una dramaturga inglesa, Sarah Kane, quien se suicida a los veintiocho años. Padecía esquizofrenia (como Juan Carlos).

Ella defiende que las 4:48 es horario pico, donde más muerte por suicidio de personas con esquizofrenia hay en el mundo. El momento en que los tratamientos no hacen efecto y en que la gente se da cuenta de su situación y se suicida. Adonis me lo trae por esto del post de dramaturgia, lo polémico y por el género.

Cuando empiezo a leer noto que yo oigo a diario a muchísimas personas en Cuba diciendo eso mismo. Juan Carlos me hablaba de la esquizo-patria, para él todo era esquizo: mi esquizo amiga, el esquizo país… Todo eso me dio material para expresar algunas cosas que quería respecto a la situación, a la enfermedad de la mente cubana. Quise vincular ese concepto de esquizo-patria con esta mente enferma de Sarah Kane y hacer una puesta en escena tropicalizada, que asentara más sus raíces.

Trabajamos el personaje a partir de una persona enferma, de las que te encuentras en la calle, que empieza a hablarte de una cosa, después de otra y de otra… Y percibes que hay un trasfondo cultural, político- social-económico. Que cualquiera pudiera hablarte así, en lo cíclico, en una letanía del pensamiento. Incluso, la sociedad entera tiene esos mismos matices.

El texto habla del miedo, de la vergüenza, de las frustraciones, de las ganas de hacer, habla de la tristeza, de la inconformidad, de la impotencia. O sea, tiene muchísimos puntos de coincidencia.

Cogimos un fragmento, hicimos un arreglo de texto y eso fue lo que presentamos en conjunto. Para mí fue una experiencia maravillosa.

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Regina Cano

Regina Cano:Nací y he vivido durante toda mi vida en La Habana, Cuba, la isla de la que no he salido aún y a la cual amo. Vine a esta realidad un 9 de Septiembre. Mis padres escogieron mi nombre por superstición, pero mi madre me crió fuera de la religión que profesaba su familia. Estudié Contabilidad y Finanzas en La Universidad de La Habana, profesión que no desempeño por ahora y que decidí cambiar por hacer artesanías, algo de cerámica y estudiar un poco sobre pintura e Inglés. Ah! Sobre la foto; me identifico con los preceptos Rastafari, pero no soy una de ellos, solo tengo este gorro que uso de vez en cuando, pero les aseguro que no tenía una foto mejor.

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