Los vecinos reparan su vivienda y sufres como si fuera la tuya

Regina Cano

Un hombre repara su vivienda.  Foto/archivo EFE/cubadebate.cu
Un hombre repara su vivienda. Foto/archivo EFE/cubadebate.cu

HAVANA TIMES — Que la gente en Cuba, sobre todo en la capital, reparen o amplíen sus viviendas, se fue convirtiendo en una necesidad ineludible, forzosa y habitual en estos tiempos.

Ahora, vivir al lado de alguien que se encuentre rehabilitando su casa, lleva a un estado caótico tu propio cotidiano, pues compartes el polvo o la escombrera por toda el área común, y además en el interior de tu casa, pues el polvo es un enemigo no invitado que siempre arriba.

Los escombros pueden invadir un pasillo o la acera o acumularse en los límites entre ambas viviendas, según el tipo de edificación que se ocupe -edificio multifamiliar, casas diferenciadas o grupo vecinales como ciudadelas, entre otros-, hasta que decidan dónde y cómo evacuarlos.

A lo anterior se suma el ruido que acarrean las modificaciones o ampliaciones: cambios de paredes, puertas, ventanas y así, pero la cosa se pone realmente fea cuando no bastan las herramientas sencillas como una mandarria y un cincel para derribar ciertas paredes o para construirlas, y es aquí que aparecen los instrumentos eléctricos o pequeños equipos que agilizan y avanzan la construcción, pero que al vecino de al lado le interrumpen su vida.

Al final, los vecinos protestan, pero solo por momentos o lo comentan como en jarana, que pudiera considerarse de carácter serio: “Oye, te falta mucho para acabar tu mansión. ¡Tengo unas ganas de que acabes!”, pero esta cuasi tolerancia además de mostrar que solo esperan a que se terminen las obras, igualmente refleja de que no tienen una oposición tácita, pues de alguna manera se solidarizan con las razones de quien se ve envuelto en estos menesteres, que pudiera ser por el aumento del grupo familiar o lograr una vivienda más ventilada.

En realidad no existe forma, ni moral ni legal para oponerse, pues en algún momento cualquiera de los avecindados puede estar en la misma situación; por otro lado, muchas veces son realizadas por el titular de la propiedad sobre su bien patrimonial y el de la familia que la ocupa.

Con frecuencia, esta situación sostenida por meses o años conlleva a fricciones continuadas entre las familias involucradas, lo cual puede rematar en enemistades entre vecinos que anteriormente mantenían relaciones cercanas.

Y sucede, desgraciadamente en ocasiones, el hecho de que la solidaridad es abusada por la prepotencia de quien construye y que al paso del tiempo no le importa tomar medidas para no molestar al de al lado.

Muchas de las personas que acometen la rehabilitación de su vivienda no recurren a los subsidios que el Gobierno entrega a quienes lo necesitan, por no cumplir ciertos requisitos y son quienes buscan incrementar la capacidad financiera-familiar para llevarla a cabo, en espacios legales para algunas e ilegales para otras, como lo mismo en espacios formales como informales del mercado cubano.

La vida en Cuba es muy fuerte desde hace mucho tiempo -lleva mucho esfuerzo-  y estas reparaciones o ampliaciones son caras, a veces de inversión capital por el estado de deterioro alcanzado por el fondo habitacional de la localidad, municipio o provincia donde resides.

Estas habilitaciones han quedado en mano de los propietarios, cuando antes era responsabilidad gubernamental y de sus instituciones acometerlas, lo cual no lograba satisfacer los niveles necesarios de atención a un fondo habitacional en mal estado, sobre todo, en la capital.

Estar en construcción es de “madre”*, porque supone un sacrificio en todos los sentidos de convivencia y ocupación de esa vivienda, pero ser vecino de quien construye, no estar en construcción y sufrir esas consecuencias, puede ser percibido como el doble de ese sacrificio, pues solo el beneficiario está dispuesto a sufrir de “todo” por lograr su objetivo.

Notas: La expresión “es de madre” o “está de madre” está asociado a algo que puede ser negativo o tremendamente malo, pero puede tener también interpretaciones de algo positivo y así mismo estar en un nivel de ni bueno ni malo, es según las implicaciones entre los hablantes y las circunstancias que los rodeen.

 

Regina Cano

Regina Cano:Nací y he vivido durante toda mi vida en La Habana, Cuba, la isla de la que no he salido aún y a la cual amo. Vine a esta realidad un 9 de Septiembre. Mis padres escogieron mi nombre por superstición, pero mi madre me crió fuera de la religión que profesaba su familia. Estudié Contabilidad y Finanzas en La Universidad de La Habana, profesión que no desempeño por ahora y que decidí cambiar por hacer artesanías, algo de cerámica y estudiar un poco sobre pintura e Inglés. Ah! Sobre la foto; me identifico con los preceptos Rastafari, pero no soy una de ellos, solo tengo este gorro que uso de vez en cuando, pero les aseguro que no tenía una foto mejor.

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2 thoughts on “Los vecinos reparan su vivienda y sufres como si fuera la tuya

  • regina. por favor, escribeme a mi correo. o buscame en facebook. roberto cardenaz.

  • Regina,
    Hay reglas de convivencia elemental y una de ellas (desafortunadamente no muy de moda) es comunicarle a los afectados lo que vas a hacer y asegurarte de causar el menor trastorno possible. Hay cosas que son inevitables como el ruido, pero si se empieza a trabajar a las 8:00 am no molesta tanto. Con el polvo, pues mantener las ventanas cerradas, aunque es casi seguro que se colara por algun lado.

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