Entrevista con Fernando Varona “Awo Osa She” (I)

 

Consideraciones sobre la Letra del Año 2018

Regina Cano

Sacerdote de Ifá Fernando Varona “Awo Osa She”. En Conferencia.

HAVANA TIMES – Investigando qué contiene el signo, a qué dispone y cómo se pudiera tener más claridad, desde sí, en la interpretación de la Letra del Año, para el mejor manejo de este ciclo, llegué a las puertas de un Sacerdote de Ifá Fernando Varona, “Awo Osa She”, seguidor de Elegguá, desde el 2000, perteneciente a una vertiente netamente espiritualista y en contra del sacrificio cruento de animales.

Este Babalawo, -persona de gran experiencia y respeto en su casa y familia religiosa-, está marcado por el mismo signo regente para 2018 y accedió a conversar para Havana Times sobre esas predicciones:

Conversación

Este signo establece que “toda persona es digna de respeto”. Llama a considerar las relaciones humanas con dignidad, lo mismo por pensamiento, por la ideología que centre su vida o por las razones que hombre o mujer  determinen encausarla.

Plantea que hay que aceptar y respetar, siempre que ese estilo de vida no atente contra la dignidad de otra persona. De lo contrario se le llamaría a rendir cuentas, al convencimiento y en caso de tener carácter destructivo, toma medida la ley (social) establecida, porque debes saber con cuál ley se vive en este mundo.

Tendemos a la intolerancia, ya sea de orden religioso, de raza, etnia y/o cultura. No siempre aceptamos estilos de vida, elecciones sexuales, maneras de vestir o hablar, diferentes a las nuestras -conductas muchas veces, no perjudiciales-, por las que estas personas no son tratadas como igual, aunque controversialmente, puedan dañarse a sí mismas.

Asimismo Osá Shé, Ogbe Sá y Otura Tiyu, nos exhortan a una reflexión sobre nuestros ancestros, a todo lo que la humanidad ha heredado de bien y en alguna medida se ha convertido en forma de discriminación a quienes viven acorde con su patrimonio cultural.

Los espíritus ancestrales, desencarnados, son parte de esta cultura que preservó ese conocimiento. Espíritus que pueden estar molestos por el ataque recibido a su legado y a sus hermanos, pudiendo generar conflictos a nivel espiritual, más complejos que a niveles humanos y también entre los dos mundos.

Somos nuestro aprendizaje y lo que representamos desde los ancestros, la familia consanguínea y la religiosa, de tradición, de sucesión iniciática.

Por otro lado, los refranes del signo sintetizan sus historias. Son la solución a un presente.

Ogbe Sá –el primer testigo- dice: “Hagan las cosas completas”, dominar el objetivo, ser organizados y concluir lo iniciado, desde una visión general.

Ogbe es camino abierto y Osá que es una resolución para cambio próspero, benéfico y espiritual, es transformación y representa los ciclos de la naturaleza. Metafísicamente está diciendo que por medio de un cambio usted va a crear una facultad en su vida, de “firme”.

Oshé –She: es la contracción de Ashé-, habla de sangre, de la transmisión del conocimiento por la educación familiar e iniciática, es decir, usted va a tener una facultad en la palabra, comunicación y lenguaje.

También refiere al liderazgo y dentro de este al testimonio. Si es Sacerdote, tiene que ser un ejemplo de lo que dice, piensa y hace, un testimonio válido para la comunidad y la sociedad.

Osá Shé, prescribe la necesidad de conciencia para poder transformar(se), y llegar a esa resolución/facultad de que habla. Porque la transformación es individual, pero con consenso grupal. 

En otro orden acompaña Elegguá, en relación están Obbatalá y Oshún, de ahí lo que sigue:

“Las divinidades en Otura Tiyú perdieron el Ashé, al hacer uso indebido de sus facultades y a través de Otura Tiyú, Olofi –Oloddumare- recupera la palabra”. También en Osá Shé, las divinidades no cumplieron y a Oshún -la menor- le faltaba entrenamiento y le dice a Oloddumare: ‘Padre, si me manda a la Tierra, estoy segura que con su bendición voy a cumplir el cometido’ y Oloddumare responde: ‘No tienes el conocimiento suficiente´, dice Oshún: ‘Confío y tengo fe plena en usted’, él responde: `…si tus hermanos fueran como tú, la Tierra estaría lista y la humanidad estuviera evolucionando´, `Baja y encuentra a Elegguá. Él te dirá donde resolver el problema de habitabilidad, por medio de una transformación’”.

“Oshún baja y se desorienta por el cambio energético del Cielo a la Tierra y empieza a discutir con Elegguá. Después reacciona y se dice: ‘Papá dijo que había una espiritualidad, que iba a orientarme y le dice: ‘Mire, yo vengo por mandato de Oloddumare, soy Oshún, etc.´ ‘Aaah! –dice Elegguá- mira, donde tú vas a resolver esa dificultad es allaaá, lejos, donde tú ves esa loma´.

Oké -la loma (Obbatalá)- es el símbolo de iniciación. Otura Tiyú indica que todos debemos iniciarnos en Orunmila, no la iniciación por la iniciación, sino dominar el concepto de por qué estamos en la Tierra, `esclarecimiento desde lo espiritual, a desarrollarnos´. El conocimiento puede convertirme en un individuo sabio. No es obligatorio iniciarse en Ifá, si no venimos con el propósito sacerdotal.

Ogbé Sá habla de las traiciones “…el palo, la soga y el carnero eran amigos…” y se traicionaron. Actualmente, en el mundo entero se están traicionando los amigos, se alimenta el antivalor en la amistad. Mi prójimo es mi hermano y aunque no entienda lo que yo, debo, por tolerancia y amor, comprenderlo y orar por él, porque en algún momento, va a despertar a esa realidad.

Entonces, hay una realidad espiritual, captada por el ser humano concreto, carnal, por medio de la relación con Oloddumare/Dios, en la que puede haber un avatar o un profeta de intersección, que para nosotros es Orunmila, quien intercede entre hombres, Orishas y Oloddumare.

Cada Orisha es ángel tutelar, el guía desde su testimonio y desde lo espiritual.

Yo, Sacerdote, adopto las costumbres positivas, desecho las negativas, para ponerme en sintonía con Orunmila, a quien encarno, para ponerme en línea directa con Oloddumare.

Venta de un Yerbero.

Hay un concepto iniciático en Osá Shé, presente en Ogbe Sa y Otura Tiyu, porque…

Continúa historia: “Oshún realiza tres oraciones o tres meditaciones, a partir de Orikí (rezo) a Oloddumare en tres momentos determinados: cuando sube por primera vez a la loma ora para buscar su ayuda y consejo, y notó un cambio de temperatura” –por eso es que Osá Shé habla del éxtasis, de la meditación, de la persona que llega a dominar estados alterados de conciencia, la mediaunidad.

A través de la meditación/mediaunidad pudiera desarrollarse un entrenamiento gradual que posibilite contactar directamente con Dios/Oloddumare, quien te daría la información necesaria para orientar a otras personas. Se accede a la información, la causa y se hace desaparecer el efecto.

Importante es Elegguá, quien está en el orden interior -ya sea dentro de tu casa o el cuerpo físico-, quien deposita “el buen carácter”, por la condición Iwa kuelé: conciencia de carácter, alegría, por lo que es clave Usurú, que puede llevarnos a ese buen carácter, que es la paciencia, virtud en sintonía con la templanza y la prudencia.

Continúa historia: “…en esa primera meditación o rezo, Oshún percibe un cambio energético, un frescor y cuando despierta ve que hay un viento”.

Osá, representa a Fefe en el concepto de Oyá, que es el soplo del viento –Elá-, mediador entre Oloddumare y Orunmila-. Esa brisa refrescante junto al rocío de la mañana, en forma de llovizna suave, asociada a las bendiciones, al igual que el llanto y la sangre que se hacen vitales en la cultura Yoruba.

Y mientras que en el interior está Elegguá, en el exterior está Eshu, para que el entorno sea propicio y armónico. Eshu, es vital en los tres signos, hay que alimentarlo y hacerle ofrendas.

Eshu es el Espacio y Orunmila es el Tiempo. Es por eso que el mejor amigo de Orunmila es Eshu.

Ofrendas y restos en la calle.

Tenemos que ver -en la actualidad- a Eshu, en una dimensión completamente diferente a como se ve generalmente, como el que estorba, quien pone la zancadilla. Debemos ver a Eshu como la posibilidad concreta, desde el punto de vista de que con sus acciones me empuja a cumplir mi ciclo. Es decir, mientras tratamos de hacerle ofrendas a Eshu, para evitar lo negativo, sin modificar nuestra conducta, no logramos nada.

Continúa historia: “…en la segunda meditación, Oshún despierta y nota una hierbita fina en una zona que había estado completamente árida. Y en la tercera, hace una invocación más profunda, y ahí escucha el trinar de los pájaros, salen las plantas, etc. y se completa la renovación” –esa experiencia hace que Oshún complete su entrenamiento.

Orunmila llama a esa sabiduría. Y ahí están presente tres personajes que creó Oloddumare: conocimiento, comprensión y sabiduría.

Osá Shé, corrobora que la resolución a los conflictos, a las limitaciones, a la pobreza que pueda existir en la Tierra, está en esa comunión que se haga de forma individual con la divinidad y de forma comunitaria, con toda la humanidad.

La llamada está hecha para que el sacerdocio, como intercesor, desaparezca. Las religiones como instituciones oficiales desaparezcan. Religarse a Oloddumare es algo a hacer de forma personal.

El hombre que no proyecta la sombra

Osá Shé reseña la importancia del ancestro, también a través de lo relevante en “el hombre que no proyecta la sombra”, es decir, la Sombra, el inconsciente del individuo, lo no proyectado, así como elementos negativos derivados en patrones conductuales nocivos manifestados en estructuras arraigadas en las sociedades humanas. Ejemplo, en la cubana: justificarse con que “hay que luchar” o “la supervivencia” y también diversos modelos amorales.

Coco partido en trozos para liturgia.

La Sombra exige un cambio, cambio de paradigma, una nueva era. Aquí aparece la autoiniciación, la autotransformación que refiere Ogbe.

También, `el hombre que no…´, puede referir a un ente espiritual creando problemas. Lo que usualmente se asume como “muerto oscuro” o un espíritu familiar provocándolos, porque lo semejante atrae a lo semejante, algún elemento propio del individuo, atrae a ese espíritu, existe una sintonía con esa energía negativa.

En la transformación, que propone Osá Shé, está la adquisición de una facultad espiritual, relacionada con el hablar, el pensar y el decir. Oshé es sangre, pero hace referencia a Ashé, facultad de Oloddumare, que me da los dones a través del espíritu. Y para poder tener esos dones, tengo que transformar mi conciencia, mi mente, mis emociones -mente y corazón-, trasmutar toda la vibración de mi cuerpo. Una disciplina –autodisciplina-, que va a poner normas completamente distintas, que te van a poner en un espacio Sagrado y para llegar a él tengo que salir de lo Profano, purificarme -el Ebbo.

En otras culturas, más espirituales, los Ebboses -los tabús- están relacionados con los rezos, los ayunos. Todo eso está dentro de nuestra cultura, pero se ha llegado al materialismo, por el entorno.

Así es importante Eshu, en estos tres signos. El entorno ha penetrado dentro de lo Sagrado y ha marcado un materialismo, consumiendo a una gran parte de los que practicamos esta religión.

Ahí es donde Ogbe Sá alega: “Haga las cosas completas”. Usted está traicionándose, autodestruyéndose. El binomio alma-espíritu y cuerpo son dos amigos inseparables. Y ambos llegan a la Tierra con propósito noble.

Sacerdote de Ifá Fernando Varona “Awo Osa She”. Impartiendo Clases.

El cambio que como Sacerdote, yo Fernando Varona “Awo Osa She” propongo dentro de la cosmovisión de mi religión, no cambia la religión, es un cambio de visión que debo hacer de forma más consciente, para poder transformarme de forma más eficaz. Son las mismas divinidades, son los mismos rezos.

Pero voy a tener consciencia de que no puedo depredar a un hermano menor, porque estoy haciendo las cosas mal. Cada vez que yo violo la Ley, yo voy a matar, literalmente, ya no puedo decir sacrificar, voy a matar a un Ser: a una paloma, a un pollo, a un chivo, a un hermano menor.

Para la cultura Yorubá es un Orí, el que piensa, el espíritu. Un alma grupal que está en un cuerpo viviendo una experiencia que le trasmite a esa alma. Es decir, que siente, sufre, etc. Él no está sacrificándose por los semejantes, como al principio estuvo de acuerdo. Está prestando un servicio a nivel elemental, pero es un servicio.

Nosotros lo hicimos también en un momento determinado, nos sacrificaban por la comunidad y a lo mejor podíamos ser hasta hijo(a) del jefe.

Eso nace en Iretemeyi, donde se prohíbe el sacrificio de seres humanos. Se iba a sacrificar a una hija de Oshún y Orunmila, y este escuchó el canto, la muchacha le confirma que era hija de Oshún y consulta a la divinidad, la que aceptó cambiar al Ser Humano por un animal de cuatro patas. El animal de cuatro patas se llama Orokuo: sustituto anónimo.

En un principio, el animal estuvo de acuerdo a sacrificarse, porque dentro de nuestra cosmovisión el mito justifica, trasmite y también envía un mensaje de enseñanza reguladora y transformadora, sobre origen, cosmogonía y cosmovisión de la religión. En las culturas primarias, un Ser Humano podía coexistir con cualquier animal, de ahí el tótem. En ese mensaje mitológico es donde el hermano menor se sacrifica, para la evolución del hermano mayor.

Anteriormente, Oloddumare lo aceptaba, por el nivel evolutivo de nosotros, porque no veía en eso crueldad. Ahora sí, porque ahora hay una percepción para eso. Ya la humanidad despertó. Hay una inclinación desde el punto de vista ecológico, muy fuerte, a preservar el medio ambiente dentro del eco sistema diverso.

Ej.: En el budismo existe una historia de una cabra, que va a ser sacrificada por un sacerdote y la cabra empieza a reírse y el sacerdote dice “!Pero cómo te ríes si vas a morir!” “Porque hace muchos años fui un sacerdote y sacrificaba cabras”, pero después comienza a llorar, “Bueno, y ahora porque lloras”, “Porque voy a morir y voy a reencarnar como hombre y tú vas a morir y vas a reencarnar como cabra”.

Existen sacrificios en la cultura Yoruba, que son expiatorios, pero los hay por gratitud, por alabanza y por ritualística.

Más sobre Iniciación

Hay una Ese -una historia-, que relata que Obbatalá se quería coger todas las mejores cabezas para él -seguidores-, los mejores espíritus que encarnaban en los hombres. Escogía los más inteligentes y las divinidades se quejaron con Oloddumare, quien decretó que a partir de ese momento Orunmila era el que sacaba el Ángel de la Guarda, es decir, de quién era seguidor ese humano por evolucionar, a quién debía hacer alegoría y a través de él rezarle a Oloddumare para su armonización.

Frutas y vegetales dispuestos para ofrenda y comida.

Orunmila, no va como santo consagrado a la cabeza de nadie, Orunmila es imparcial, porque siendo tú hijo de Elegguá o hijo de Yemayá, te puedes consagrar en Orunmila. Eso lo acepta tu Ángel de la Guarda.

Antes, para tú consagrarte en Ifá, tenía que decirlo el Oddu (signo), Orunmila tenía que reclamar la necesidad de iniciación, pero podías estar consultándote por mil años. Actualmente, muy poca gente lo hace, la mayoría de las veces que tú vas al pie de Ifá y no tienes Mano de Orula o no tienes Eshu, el Sacerdote te lo da, a partir del signo, siempre el signo va a ser referencia a eso.

Pero, en general, lo hacen también por oficio. Tú tienes ciertos y determinados problemas: “Mi vida está enredada, no sé qué…”, “Pero ¿tú tienes Mano de Orula?”, “No”, “¿Tú tienes Elegguá?”, “No, yo no tengo nada, nunca he tenido necesidad. Nunca llegué a eso”. Entonces, por oficio, se le recomienda a la persona que lo haga, que Orula puede ratificarlo o no.

Pero, por ejemplo, alguien ve un `muerto´ (espíritu) y le dice que tiene necesidad de coger los guerreros y la persona va al Santero o al Babalawo, y a veces no lo miran, porque ya viene con la referencia de que el `muerto´ lo mandó a coger los guerreros o que un Santo montado le dijo que tenía que cogerlos o que “…tenían que verse las personas que necesitaban poder…” y se lo dan.

Ahora no hay la confirmación que antes había. Se era un poquito más celoso. Incluso, no siempre se daba todo de un golpe. La persona antes de iniciarse tenía que pasar un proceso depurativo -lo justifica el signo-, tenías que bañarte, hacer Ebbo, misas, rogarte la cabeza, hacer una serie de obras, durante un tiempo largo y cuando la divinidad determinaba que lo necesitabas, se concretaba.

Continuará…

Notas:

-Con el fin de que al habla se acentúen correctamente los nombres de Orishas, liturgias y otros, se hace alusión a ellos poniendo la acentuación en el énfasis del diálogo, un poco entre cómo se escriben y cómo se pronuncian.

-Se recomienda a desconocedores de la religión consultar, cuáles son las divinidades dentro de la religión Regla de Ocha, dentro de la religión Yoruba, practicada en la Isla, lo cual clarificaría muchas de sus dudas.

-Los signos se constituyen por los Meyis:

Osá Meyi y Oshé Meyi crearon Osá Shé.

Iyogbe, es decir, Obbe Meyi y Osá Meyi crearon a Obbe Sá.

Otura Meyi y Eyerenbere, Irete Meyi crearon a Otura Tiyú (Itura Irere).

-Ogbé Sá, habla del trono de Ikú*, portal hacia lo espiritual. Reconocida como la muerte. Representa también el paso a otro nivel.

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Regina Cano

Regina Cano:Nací y he vivido durante toda mi vida en La Habana, Cuba, la isla de la que no he salido aún y a la cual amo. Vine a esta realidad un 9 de Septiembre. Mis padres escogieron mi nombre por superstición, pero mi madre me crió fuera de la religión que profesaba su familia. Estudié Contabilidad y Finanzas en La Universidad de La Habana, profesión que no desempeño por ahora y que decidí cambiar por hacer artesanías, algo de cerámica y estudiar un poco sobre pintura e Inglés. Ah! Sobre la foto; me identifico con los preceptos Rastafari, pero no soy una de ellos, solo tengo este gorro que uso de vez en cuando, pero les aseguro que no tenía una foto mejor.

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2 thoughts on “Entrevista con Fernando Varona “Awo Osa She” (I)

  • Alguien me explica por que los amiguitos imaginarios no han resuelto el problema fundamental del pueblo cubano?

  • Se trata de la libertad individual sobre lo espiritual cultura o conocimiento y la interpretacion,interes o capacidad de valorar lo que vivimos y como nos vemos por dentro y a los demas,como funcionamos en este mundo.,yo disfrute la lectura aunque no entendi todo..

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