Sobre la cama

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – Habitualmente no ves mucha televisión, excepto hoy, que es sábado en la noche, estás solo en casa y quieres ver las películas. Enciendes el televisor panda, viejo, sin mando, que heredaste de tu madre y aparece quien pronunció “San vicen an de granadin güil olgüis is biebol tu caun in kiuba..” emitiendo su discurso de clausura del V congreso del único partido político permitido en tu país.                                              

Todo es pura retórica, falacias múltiples y promesas estériles. Cambias de canal y está en casi todas partes. Es una trasmisión en cadena. Por suerte Multivisión se salva, hay un concierto de Rafael, esa gran estrella de la canción española que se hizo famoso desde los años 60 del pasado siglo.

Pero hace mucho no disfrutas las baladas, las encuentras empalagosas y no deben ser tomadas en serio. “He venido desde allá a decirte una vez más que me des una oportunidad”. O sea, el tipo vino otra vez, desde no se sabe donde, a pedirle una oportunidad. Lo encuentras patético. Las de Rafael son del mismo estilo, se romantiza la humillación, por eso apagas la TV.

Se te quitan los deseos de esperar los filmes. Te quedas sobre la cama y la mente no te permite descansar. En dos años son los 15 de tu hija y no tienes idea de cómo le harás. El dinero que estás reuniendo lo necesitas para arreglar la casa cuyo techo se te puede venir encima. Son tus dos preocupaciones por estos tiempos.

Te consuelas pensando que eres un tipo dichoso. Aún tienes salud, juventud, casa propia y tienes con qué vestirte y alimentarte. Por si fuera poco también tienes quien te quiera. Ella ha sido un ser de luz para tu vida ¿cómo no corresponder a esa mujer noble, voluptuosa, que te recibe feliz y te ama sin condiciones? Así hasta la fiera más terrible se amansa.

Aunque quizás se canse y termine por dejarte, porque con tus actitudes polígamas sueles tener demasiado de macho y poco de hombre.

Y al final todas buscan un proveedor, un comprometido y tú no quieres asumir responsabilidades hogareñas que no necesitas. En fin, que ninguna resiste el fuego.

La verdad es que esta situación cada día se vuelve insoportable. Deberás rezar a ese dios en quien no crees para que se te cumplan las predicciones de aquella gitana en quien tampoco confías.

Necesitas tantas cosas, por ejemplo, una computadora propia y un teléfono decente. Llevas 7 años con el mismo y ya ni el táctil quiere funcionar, ni qué decir de la batería, pero un móvil cuesta lo mínimo 12 000 pesos. Una computadora mucho más.

¿Quién coño ha visto un escritor sin computadora? Bueno, un escritor de medio pelo y algo sui géneris.

-Que machote más lindo acaba de hacer su entrada- exclama esta tarde una mujer con tremendo desparpajo.

-Gracias eres muy amable, si tú supieras lo que a mí me encantan las mujeres así como tú, por eso todos los meses tengo que pasar por aquí- le respondes mordiendo tu labio inferior, con cara de loco. 

-Que descarado. Y eso que eres escritor.

Se ríen, era una broma entre la bodeguera y tú, sin testigos. Mientras te pesa y despacha las 4 libras restantes del mes pasado (porque este gobierno ya no puede ni garantizar los mandados dentro del mes) te preguntas cuántas onzas te estará robando.

Te hace falta una computadora, aunque sea una mini laptop- vuelves a machacarte. Un escritor sin computadora ni celular en estos tiempos es hombre muerto. Un cubano que vive en Cuba y no tenga un pariente “afuera” es hombre muerto. Un cubano dentro de Cuba que vive de los parientes que tiene en el extranjero es solo un limosnero con estatus. No hay salvación.

“¿Soy hombre muerto, cadáver viviente, escritorzuelo de quinta con poco talento?”

Mejor apaga la luz, hay que dormir.

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Pedro Morejón

Soy un hombre que lucha por sus metas, que asume las consecuencias de sus actos, que no se detiene ante los obstáculos. Podría decir que la adversidad siempre ha sido una compañera inseparable, nunca he tenido nada fácil, pero en algún sentido ha beneficiado mi carácter. Valoro aquello que está en desuso, como la honestidad, la justicia, el honor. Durante mucho tiempo estuve atado a ideas y falsos paradigmas que me sofocaban, pero poco a poco logré liberarme y crecer por mí mismo. Hoy soy el que dicta mi moral, y defiendo mi libertad contra viento y marea. Y esa libertad también la construyo escribiendo, porque ser escritor me define.

3 thoughts on “Sobre la cama

  • La almohada no es buena consejera cuando son tantos los problemas. Un amigo me decía que se acostaba a dormir después de comida porque dormir con hambre era imposible, y que aprovechaba el sueño de la digestión para no tener tiempo de pensar ni quejarse del colchón.

  • A pesar de las circunstancias, las necesidades, la miseria, la escasez , siempre hay un poco de luz al final del túnel, no te desanimes, todo llega, cuando menos te lo imaginas…

  • Mary, si es tan amable, nos puede explicar cual es la «luz» esa al final del tunel que usted ve?

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