No nos vendan más humo

Por Pedro Pablo Morejón

Alejandro Gil, ministro de Economia.  Foto: Demetrio Villarrutia / escambray.cu

HAVANA TIMES – Recientemente vi un programa transmitido por la televisión cubana. Se trató de una entrevista concedida a la televisora RT (antes Russia Today) por el señor Alejandro Gil, ministro de Economía de la República de Cuba. En ella se abordó la economía cubana, sus proyectos y perspectivas de cara al futuro.

Debo reconocer que quedé sorprendido. A pesar de tantas décadas de promesas y discursos triunfalistas, no he perdido la capacidad de maravillarme. Parafraseando al ministro y con total garantía de fidelidad al espíritu de sus declaraciones, les haré un resumen de sus palabras.

Para comenzar resulta que contamos con grandes fuentes de desarrollo.

¿En qué se basa para estar seguro? Veamos sus argumentos.

1- La inversión extranjera constituye un pilar fundamental. Los inversores foráneos cuentan con las garantías de un país seguro y un Estado serio, responsable en el cumplimiento de sus compromisos. La Zona de Desarrollo del Mariel ya ha superado la etapa de construir infraestructuras y carreteras. Plantea que actualmente existen cerca de cincuenta negocios allí.

2- La Empresa Estatal Socialista. Para él cuenta con un gran potencial. Según sus palabras, la Empresa Estatal puede perfeccionarse más y lograr grandes volúmenes de producción y eficiencia, encaminándose a desarrollar la producción nacional para sustituir importaciones. Para ello deberán solucionarse las trabas burocráticas que todavía subsisten.

3- El sector privado y cooperativo. Es un ente nuevo en el panorama económico nacional. Sus años de existencia constituyen un tiempo demasiado corto en términos de un proyecto de desarrollo socioeconómico para un país. Ha tenido avances y retrocesos, y ha sido sometido a revisiones, como corresponde a un diseño novedoso. Dicho sector está llamado a complementar a la Empresa Estatal en el desarrollo de nuestra economía.

Casi al final, subrayó la correspondencia entre la generación histórica y la del relevo, en los planes y acciones encaminados al desarrollo del país. Ponderó el trabajo y la guía de hombres como Raúl Castro, Machado Ventura y Ramiro Valdés.

Lo más interesante fueron sus rotundas afirmaciones. Opina que podemos confiar en que el “bloqueo” estadounidense, o incluso la actual crisis internacional provocada por la pandemia del Covid-19 no son obstáculos determinantes para frenar nuestro progreso económico. A pesar de y con ellos, podemos aspirar al desarrollo.

No haré un análisis económico. No soy economista, lo acepto. Tampoco pretenderé refutar los puntos argumentados por el ilustre ministro. Creo que hacerlo sería subestimar al lector.

En definitiva, se trata, en esencia, el mismo modelo desastroso, maquillado una y otra y otra vez.  Cualquiera que conozca un poco de la historia de estas seis décadas de totalitarismo en Cuba, recordará perfectamente los ciclos de declaraciones-promesas, crisis, culpables, declaraciones-promesas, crisis, culpables…en fin, un círculo vicioso casi hasta el infinito.

Hemos visto la película cien veces. No nos vendan más humo. 

 

Pedro Morejón

Soy un hombre que lucha por sus metas, que asume las consecuencias de sus actos, que no se detiene ante los obstáculos. Podría decir que la adversidad siempre ha sido una compañera inseparable, nunca he tenido nada fácil, pero en algún sentido ha beneficiado mi carácter. Valoro aquello que está en desuso, como la honestidad, la justicia, el honor. Durante mucho tiempo estuve atado a ideas y falsos paradigmas que me sofocaban, pero poco a poco logré liberarme y crecer por mí mismo. Hoy soy el que dicta mi moral, y defiendo mi libertad contra viento y marea. Y esa libertad también la construyo escribiendo, porque ser escritor me define.

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One thought on “No nos vendan más humo

  • Tiene usted toda la razon del mundo y ellos los ilustres iluminados son concientes de que el comunismo es la filosofia del fracaso y sino mirar todo lo que tocan .
    Pero para poder mantener el totalitarismo es menester un pueblo hambriento y que solo piense en el plato de cada dia , no hay tiempo para pensar .

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