No me siento orgulloso de ser cubano

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – Mi amigo Manolito es un joven como pocos. Su calidad humana se encuentra muy por encima de la media. Durante un tiempo compartimos bastante familiaridad, por eso su historia de vida la conozco al dedillo.

Vivía en La Habana y su padre era un alcohólico crónico.  Por eso, un buen tiempo de su infancia lo pasó con una tía aquí en Pinar del Río.

Resulta que cuando su papá se emborrachaba, que era la mayor parte del tiempo, la emprendía a golpes contra su madre. La acusaba, además, de acostarse con cuanto hombre se imaginara, todo infundado.

Tanto fue el daño psicológico sobre el niño que un especialista sugirió que se fuera a vivir con su tía.

Es justo decir que el padre de Manolito, en sus momentos de sobriedad, se comportaba como una persona muy amable y bondadosa, principalmente con su hijo.

A rasgos generales su aspecto resultaba desagradable. Siempre sucio, demacrado, con un cuerpo maltratado por la adicción. Parecía un despojo humano y con los años enfermó de gravedad. Quedó paralítico y Manolito, ya un hombre, se ocupó de él hasta el último hálito de vida.

No era el tipo de padre del que un hijo pudiera sentirse orgulloso, sin embargo, siempre lo amó con todas las fibras de su ser, porque a pesar de todo era su papá.

Esta historia me hace reflexionar, principalmente cuando recuerdo un artículo publicado hace semanas en este sitio sobre el orgullo de ser cubano.

Durante mucho tiempo de mi vida he pensado el asunto, e intentando ser racional no he encontrado una razón convincente que me haga sentirme orgulloso por haber nacido en esta tierra.

Mujeres hermosas no solo existen en Cuba, también las hay en Colombia, Venezuela, Brasil y dicen que en Europa del Este las hay bellísimas.

Playas y parajes edénicos tienen todas las islas del caribe.

Y así, cualquier virtud natural es compartida con otras naciones.

Quizás un noruego, un francés, un estadounidense pueda sentir orgullo. Son naciones con grandes logros de cara a la civilización… pero nosotros no.

¿Cómo sentirme orgulloso de ser cubano cuando pertenezco a un pueblo que hace más de 60 años se dejó arrebatar sus derechos y que siempre responde sumisamente a cuanta convocatoria le hagan sus opresores?

¿Cómo sentirme orgulloso de ser parte de una nación detenida en el tiempo y que se encuentra entre las más atrasadas y pobres del hemisferio occidental?

¿Un país con una de las tasas de emigración más altas del mundo?

No puedo sentirme orgulloso de pertenecer a un país saturado de doble moral, oportunistas, delatores y cobardes.

Un país sin libertad, sin unidad, sin prosperidad.

Un país sin futuro.

Pero aquí nací, soy cubano. Y aunque carezca de razones para sentirme orgulloso, lo amo, como mi amigo a su padre.

Lea más del diario de Pedro Pablo Morejón aquí.

Pedro Morejón

Soy un hombre que lucha por sus metas, que asume las consecuencias de sus actos, que no se detiene ante los obstáculos. Podría decir que la adversidad siempre ha sido una compañera inseparable, nunca he tenido nada fácil, pero en algún sentido ha beneficiado mi carácter. Valoro aquello que está en desuso, como la honestidad, la justicia, el honor. Durante mucho tiempo estuve atado a ideas y falsos paradigmas que me sofocaban, pero poco a poco logré liberarme y crecer por mí mismo. Hoy soy el que dicta mi moral, y defiendo mi libertad contra viento y marea. Y esa libertad también la construyo escribiendo, porque ser escritor me define.

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7 thoughts on “No me siento orgulloso de ser cubano

  • Lo que trajo el barco.

    ¡Gracias Fidel!

  • un pueblo triste, un pais tiranizado por un bandolero-gangster, nada para sentirse orgulloso o feliz.

  • Profunda reflexion hermano, y coincido 100 % contigo. De que hiba a estar orgulloso de este triste y arruinado pais, lleno de basureros, edificios sucios cayendose, calles pestilenciales, personas mal educadas y chusma que un dia como tu mencionas va corriendo para un desfile y al otro dia sale corriendo detraz de la pacotilla y las remesas. Por eso al igual que tu amigo abandone a mi padre (cuba) y me fui para pinar del rio ( Estados Unidos) a vivir con un padre que me respeta

  • Has retratado el alma de muchos cubanos, artículo excelente, no puedes sentirte orgulloso de un país donde no puedas dar a conocer esta hermosa reflexión en la prensa escrita o la radio.

  • Un buen relato familiar que tiene un final muy humano, pero no le encuentro la analogía con Cuba; sino desacertada.
    Es real que Cuba no es un país altamente industrializado, no poseen grandes recursos naturales para explotar, no posee edificios lujosos ni abundan en sus calles automóviles lujosos; pero no es un escenario único de un país, que de por sí, se encuentra bajo un asedio constante… lo entraré a realizar el cuento de la buena pipa que todo cubano ya conoce (aunque algun@s no quieran enterarse, o no les convenga).
    Valga la aclaración, que las grandes potencias económicas no llegaron a ese estatus mediante nobles causas y el que quieran mantenerse como países desarrollados y con poderío, tampoco lo hacen por vías nobles.
    Aún así, en todos estos países hay ciudades con edificaciones esplendorosas y en sus calles hay mendigos, en rincones hay barrios marginales, pobres y con gente hambrienta, dentro de sus fronteras impera la desigualdad y sus economías colapsan por ciclos… y como el gran capital (el que vive en los pisos altos de esos edificios lujosos y dirige imperios empresariales y la banca) quiere salvarse, mueve sus hilos en los gobiernos para imponer más recortes sociales (más desempleo y hambruna para los de abajo), más despojo de derechos bajo consignas de marketing y el gran negocio de esa prensa “libre” que vende a bombo y platillo la “bonanza económica” para unos pocos y esconde de sus espacios la amargura de muchos.
    ¿Cómo es posible que esos países superdesarrollados, de altos y lujosos edificios, de alta tecnología y tiendas con lentejuelas, como para estar orgullosos, puedan sufrir crisis económicas, puedan tener hambrientos, si no sufren de bloqueos económicos?
    El panorama es más doloroso cuando se escarba en el lugar adecuado.
    -Millones de personas mueren de hambre en el mundo capitalista.
    -Millones de personas fallecen por culpa de conflictos armados y guerras intestinas, motivadas por el odio y la ambición de banqueros, inversores y serviles políticos burgueses.
    -Millones de personas se ven forzadas a emigrar, a residir en campamentos de refugiados bajo condiciones inhumanas, por culpa de quienes llevan la guerra a otros pueblos, para apoderarse de sus recursos (esto me suena a potencias económicas capitalistas e imperialistas).
    -Millones de personas mueren de enfermedades curables por falta de medicamentos o por falta de acceso a servicios sanitarios y/o cobertura médica.
    -Millones de mujeres están forzadas a la prostitución, principalmente porque son víctimas de las mafias de trata de personas, que se aprovechan de los desajustes sociales y económicos, de millones de personas con bajos o nulos recursos.
    -Millones de personas mueren porque los gobiernos capitalistas llevan una doble cara con el negocio de la droga.
    -Cientos de miles de niñas y niños menores de 14 años, en el capitalismo, están forzadas a trabajar para sobrevivir… incluso, much@s en condiciones de esclavitud.
    Este panorama descrito anteriormente no es una imagen de Cuba, por ser socialista; pero sí es un panorama global por la existencia de un sistema capitalista e imperialista_ que de hecho, es el que sostiene una política de hostilidades contra Cuba.
    ¡Claro! es más cómodo culpar a Cuba.
    Creo que razones hay miles para no sentirse “orgullos@” de lo que es el ser humano; pero de Cuba y los logros alcanzados, muy a pesar de toda la agresión sufrida, sí me siento orgulloso.
    Cuba hoy día no es esa Cuba de antes de 1959_ sólo hay que recurrir a un artículo publicado en este espacio en el 2017 y que habla de las masacres de la dictadura de Batista… una imagen también vivida con Gerardo Machado… en una Cuba neocolonia de EEUU, con gobiernos serviles al Tío Sam, de grandes casinos de juego, prostitución y la mafia dueños del Rivera o el Habana Libre.
    De todas formas, quien quiera “sentirse” como el autor del artículo, es su derecho y responsabilidad propia… pero ni la analogía es tan certera, ni el análisis dado es para que raye lo insustancial.

  • Bien, Antorcha Encendida. ¿Entonces los más de cien millones de muertos causados por el comunismo no son personas para usted? ¡No los menciona ni una vez en su respuesta!
    ¿Entonces tengo que permitir que me hijo bese la imagen del dictador Castro para agradecerle a la Re-involución? (es lo primero que sale en su blog)
    ¿Entonces está bien que la solidaridad de su “gobierno” comience con enviar medicamentos a Honduras y el pueblo cubano los carezca?
    ¿Entonces sentir orgullo de que mis hijos no quieran ser asesinos como lo fue Guevara de la Serna es un delito del capitalismo?
    ¿Entonces saber que el presidente del CDR de mi cuadra, que no sabe ni hablar y mucho menos escribir, me delate por comprar café en grano a contrabando porque no hay en los mercados, debe enorgullecerme?
    ¿Debo enorgullecerme que han cambiado las tumbas de nuestros próceres de la independencia en función de arreglar la horrible piedra donde encerraron las cenizas del dictador sin haber consultado absolutamente a nadie? ¡Infórmese!
    ¿Debo enorgullecerme que hoy el marabú sirva para la exportación representando hambre para el pueblo y beneficio$$$ para la dictadura?
    ¿Debo sentir orgullo del silencio que la dictadura mantiene sobre los cientos de miles de cubanos muertos en el Estrecho de La Florida? ¡Esos no son cubanos parece!
    ¿Debo sentir orgullo de un “gobierno” que insta a su propio pueblo (con la impunidad que le ofrecen) a injuriar, gritar, denigrar… a otro ciudadano cubano por públicamente decir lo que piensa?
    ¿Debo sentir orgullo de los planes fallidos y pretenciosos del Dictador en jefe?
    ¿Debo sentir orgullo de un desgobierno que le impide la entrada a su territorio a sus propios ciudadanos?
    ¿Debo sentir orgullo de un desgobierno que le impide la salida de sus fronteras a sus ciudadanos?
    ¿Debo sentir orgullo de ver La Infanta del Régimen (Mocopegao) pasearse por Europa y para un Santiaguero resulte ilegal vivir en La Habana?
    ¿Debo sentir orgullo de ver los ladrillos de las ciudades desmoronarse mientras los hoteles para los militares florecen cada vez má$$$?
    ¿Debo sentir orgullo que la zafra azucarera sea un desastre 61 años después y sin haber encontrado el “futuro luminoso”?
    ¿Debo sentir orgullo de planes “económicos” (¿?) mal planificados?
    ¿Debo sentir orgullo del Maleconazo?
    ¿Debo estar orgulloso de la invasión a Checoslovaquia por los comunistas?
    ¿Debo estar orgulloso de la matanza en Tiananmen?
    ¿Tengo que sentir orgullo si comparo los “indicadores” de Cuba antes (1959) y hoy (2020)?
    Mire Antorcha Encendida… criticar es tarea fácil. Ser visceral contra el capitalismo es manejable. Pero cuando se escribe y se mantiene un blog, hay que tener siempre presente que se escribe para todos los lectores. Los que les elogiarán por haberle acertado un golpe mortal al capitalismo y los que desde otras trincheras harán que los pilares de vuestras paredes se tambaleen y se vean tan vulnerables y expuestas con las verdades sacadas a la luz de la palestra que perderán la credibilidad.
    Atrévase a criticar los horrores del comunismo como lo hace con el capitalismo y tendrá un poco de vergüenza con usted mismo. Conmigo, después de ver a los niños cubanos manipulados en las fotografías de su blog, ya no la tiene.

  • Casualmente, en otro blog me enojé mucho cuando le escuché a una coterránea: vulgar , simplona y chusma; por cierto, decir que: “Los cubanos somos lo máximo”. Y le bajé; con mucho tacto y decencia; una gran lista de razones por lo que no estaba de acuerdo con ese superficial -por estúpido y chovinista- concepto. y, además; de mis grandes dudas -desde hace buen tiempo- por (supuestamente) sentirme orgulloso de ser cubano. Desde que tengo una segunda nacionalidad de un país, donde se me respeta, considera y permite mi auto desarrollo personal y profesional sin tener que robar, chivatear, ofender a quien piense diferente a mí o esconder mi forma de pensar. Lo tengo más que claro.

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