Mi 11 de julio del 2022

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – Me levanté el 11 de julio sin expectativas, un lunes más de trabajo. Antes de salir vi un video de un joven universitario, una directa para Facebook donde explicaba su enfado con el sistema, la ausencia de libertades civiles y económicas y todo lo demás que sabemos.

Exhortaba a la gente a tomar las calles, protestar contra la dictadura, anunciaba que en breve lo haría y en efecto, salió y entre otras cosas gritaba libertad, libertad, libertad… al tiempo que hacía llamados vehementes a sumarse, a tomar las calles para exigir nuestros derechos, continuaba solo, nadie se sumaba y ahí se cortó el video.

Sentí pena por él, por su familia. Un joven valiente que de seguro a esta hora debe encontrarse detenido en alguna unidad de policía, comenzando a ser procesado, consciente que el futuro de su vida son años de encierro en alguna de las cárceles del régimen.

Cuando llegué me encontré las calles militarizadas, cada tramo de cuadra se encontraba saturado de policías y tropas especiales, de boinas negras.

“Al que salga a protestar lo van a moler a palos” -pensé.

El parque de Independencia, epicentro de las protestas de hace un año, ocupado con gendarmes, canciones de trovadores afines al régimen y actividades políticas con niños de escuelas de primaria.

Después me enteraría de limitaciones al internet y arrestos a opositores en todo lo largo y ancho del país según denuncias de estos.

Por otra parte, la gente ahí, sumisa como casi siempre, en su ritmo cotidiano, envuelta en colas y en la lucha diaria por la subsistencia.

Un pueblo con hambre y con miedo no tiene como prioridad exigir sus derechos. Los gobernantes lo saben, solo tienen que mantener los niveles exactos de represión, hambre, falta de medicinas y el resto de las innumerables necesidades para mantener a ese pueblo en la rueda del hámster, dependiente, gastando sus energías en la supervivencia.

Pero no penurias extremas, por eso están aterrados con los apagones y se han esforzado por estos días en atenuar la situación. Necesitan mantener la dosis justa de maltrato sin ir más allá del apretón de tuerca para que no se le vaya de rosca y suceda lo del 11 de julio del año pasado.

Y mientras todo esto ocurre Lis Cuesta, la esposa de Díaz Canel, en el más puro estilo de una vulgar “repartera” escupe un tweet donde escribe “Lindo y bien…disfruten, admiren, quieran u odien, según corresponda” acompañado de una foto del segundo portando un palo.

Semejante a Gerardo Hernández, uno de los cinco ex espías, ahora funcionario, quien por estos días publicó una foto portando un pulóver que rezaba “Diaz Canel Pingú”, usando la bandera en medio de esa frase obscena, en flagrante violación del artículo 80 de La Ley de Símbolos Nacionales,

Ejemplos que demuestran cuán indeseables y prosaicos son, y lo peor: cómo se burlan del pueblo cubano.

Pero en el fondo están aterrados, ellos saben que los apoya la minoría y que no todos los militares que les sostienen son unos esbirros, que muchos también desean cambios. Por eso tantas deserciones entre las filas de la policía y a su vez tantas convocatorias abiertas para cursos de ingreso al Ministerio de Interior. 

Ellos también saben que cuando se produzca el próximo estallido social, no habrá piedra en Cuba bajo la cual ocultarse de la ira de un pueblo esclavo.

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Pedro Morejón

Soy un hombre que lucha por sus metas, que asume las consecuencias de sus actos, que no se detiene ante los obstáculos. Podría decir que la adversidad siempre ha sido una compañera inseparable, nunca he tenido nada fácil, pero en algún sentido ha beneficiado mi carácter. Valoro aquello que está en desuso, como la honestidad, la justicia, el honor. Durante mucho tiempo estuve atado a ideas y falsos paradigmas que me sofocaban, pero poco a poco logré liberarme y crecer por mí mismo. Hoy soy el que dicta mi moral, y defiendo mi libertad contra viento y marea. Y esa libertad también la construyo escribiendo, porque ser escritor me define.

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2 thoughts on “Mi 11 de julio del 2022

  • El presidente sabe que no es querido, es lo peor que le puede pasar a un dictador que quiere ser adulado. Él es joven y verá su caída. La primera dama es impresentable y esa foto con un palo es una burla, pero él no saldrá a dar palo porque es cobarde, manda a sus secuaces.

  • Es la pura realidad por la que está pasando el pueblo cubano .En cuanto a la Liz Cuesta ya lo dijo el mismo Díaz Canel en Cuba no hay primera dama son la pareja perfecta el mismo lo reconoce, un ser tan vulgar falta de ética de dignidad de principios y tan despreciable para el pueblo,no tiene calificativo acompañada de un presidente que no sabe ni lo habla ,”Porque la Revolución tiene que revolucionarse en el escenario Bla bla bla bla bla( que dijo ) nadie sabe”,La limonada es la base de todo.”Pensé en tomar limonada, pero ni azúcar hay en este país y los limones también están escasos.. DPEPDPE.

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