Entre canciones y canciones Raúl Torres tiene razón

“Dicen que viene llegando, cuidado con tu optimismo”

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – Todos sabemos aquí que por estos días un tema musical, lanzado por artistas cubanos de reconocida fama, se hizo viral en las redes sociales. A las pocas horas, el video ya contaba con millones de reproducciones en You Tube.

Se trata de Patria y Vida, cuya letra ha enfurecido al Gobierno cubano hasta el punto de dedicarle comentarios hostiles en sus medios propagandísticos, con la finalidad de contener su efecto mediático.

Y no solo comentarios, el régimen a través de sus peones sacó un tema de melodía y texto desabridos al que titularon Patria o muerte por la vida. Este es bastante ridículo, si tomamos en consideración los miles de dislike obtenidos que la clasifican como la peor canción en lo que va de 2021, según el buscador de Google.

El resultado: una derrota moral para la satrapía castrista.

Sin embargo, algo en la letra no carece de veracidad. Es la frase del cantautor Raúl Torres, cuando afirma que a la “Revolución” le quedan sesenta y dos mil milenios.

Y es que nunca faltan los ilusos que creen que una melodía puede dar al traste con la dictadura cubana. Pero Patria y Vida solo es eso: una canción viral que encarna el sueño de un considerable número de cubanos de dentro y fuera de la Isla.

La triste realidad, esa que muchos no quieren aceptar y que nos golpea día tras día con la fuerza de los hechos, es que en Cuba va a seguir existiendo el totalitarismo del PCC durante bastante tiempo.

Ni canciones, ni sanciones económicas, ni diálogos traerán los cambios que queremos. A un matón no se le detiene con palabras. Y la dictadura es eso, un matón que te exige cómo debes pensar, hablar y comportarte, so pena de ser golpeado. Los matones son violentos y solo mediante la violencia pueden ser derrotados.

Objetivamente Cuba no es Los Estados Unidos de América. Aquí el derecho a portar armas solo está reservado para militares, policías y afines al poder, o sea, para todos esos que integran el aparato de represión.

El vecino del Norte no moverá un solo dedo en el plano militar que traiga, de manera efectiva, la democracia a la Isla. No lo hicieron en 1961, cuando La Brigada 2506 desembarcó por bahía de Cochinos. Tampoco cuando miles de campesinos y hombres de la ciudad, la mayoría exmiembros del movimiento 26 de julio y el Directorio Revolucionario se alzaron contra el comunismo en las montañas cubanas, fundamentalmente en El Escambray.

Ni siquiera una protesta pacífica de carácter masivo garantizaría su derrocamiento. La plaza de Tiananmen en China, a mediados de 1989, donde miles fueron masacrados por exigir democracia en ese país, o más reciente, las protestas en Venezuela o Nicaragua dan testimonio de ello.

Entonces ¿Que quedará para nuestro sufrido país, donde aún mucha gente se resiste a descreer del sistema? Yo, que vivo en intramuros, que le tomo la temperatura a la calle, puedo atestiguar que un grupo considerable de cubanos apoya eso que se hace llamar Revolución. La polarización de la sociedad cubana se encuentra en su clima más alto en décadas.

Quienes apoyan, ya sea por maldad, privilegios, oportunismos o ignorancia son víctimas de la propaganda del sistema.

Cuando pienso en algunos de ellos, gente cercana, de buenos sentimientos, una frase del apóstol San Pablo, registrada en la Biblia cristiana, me viene a la mente:

“Convencerlos con mansedumbre por si quizás Dios les conceda que se arrepientan y escapen del lazo del diablo en que se encuentran cautivos a la voluntad de este.”

Mientras, constituyen un baluarte en la defensa del mantenimiento de sus propios grilletes.

Otros apuestan por el fin de la covid 19, el levantamiento del embargo y la supuesta mejora económica. No les interesa ser libres, solo una prisión más llevadera. El trovador castrista tiene razón. Hay dictadura para rato.

Los opositores hacen lo que pueden hasta que años después, tras sufrir acoso, descrédito, prisiones y amenazas optan por exiliarse, porque somos seres humanos y la vida que se nos otorga debajo del sol es demasiado corta para pasarla sufriendo. Otros toman la antorcha de relevo durante un tiempo y el ciclo se repite en un bucle de dolor y frustración.

Quizás el cambio llegue cuando esa generación histórica que se impuso por la sangre y sostiene los hilos de la marioneta abandone este mundo, cuando entonces algún reformista patriota anteponga a su pueblo, por delante de sus privilegios.

Mientras eso no llegue y esté sobre esta tierra, defenderé mi libertad personal e intentaré sobrevivir con dignidad como esas flores de loto que crecen en los pantanos. 

Lea más aquí del diario de Pedro Pablo Morejón.

Pedro Morejón

Soy un hombre que lucha por sus metas, que asume las consecuencias de sus actos, que no se detiene ante los obstáculos. Podría decir que la adversidad siempre ha sido una compañera inseparable, nunca he tenido nada fácil, pero en algún sentido ha beneficiado mi carácter. Valoro aquello que está en desuso, como la honestidad, la justicia, el honor. Durante mucho tiempo estuve atado a ideas y falsos paradigmas que me sofocaban, pero poco a poco logré liberarme y crecer por mí mismo. Hoy soy el que dicta mi moral, y defiendo mi libertad contra viento y marea. Y esa libertad también la construyo escribiendo, porque ser escritor me define.

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2 thoughts on “Entre canciones y canciones Raúl Torres tiene razón

  • No hay mal que dure 100/ años ni cuerpo que lo resista, ahora bien el poder que tiene el gobierno cubano es porque el pueblo está dividido y sometido al alcohol,el miedo la división la mentira y la inseguridad hacia el pueblo cubano hace de los castros y sus súbditos que se mantenga en el poder, pero si se una cosa que los astros se van alinear y el pueblo cubano se va a liberar no pierdan la espera es vida….

  • Tienes razón pero no pierdas las esperanzas, una simple chispa puede hacer que todo estalle, recuerda el maleconazo. Coincido contigo, muchos sueñan en Cuba con la vía china, prosperidad económica sin libertad, que es mucho mejor que lo que hay ahora. Pues sí, hay que esperar que desaparezcan los fundadores y que llegue un gobernante reformista, como Gorbachov, no veo otra salida.

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