Vuelven los apagones

Por Osmel Ramírez Álvarez

Atardecer con apagón. Foto de archivo: Caridad

HAVANA TIMES – Desde inicios de febrero, al menos en Mayarí, comenzaron a hacerse frecuentes los apagones. Primero parecía cosa normal, atribuido, tal vez, a posibles roturas momentáneas de las redes, porque comúnmente no trabajan “en caliente”, sino que suspenden el servicio.

Pero ya los signos comenzaron a ser alarmantes desde el 15 de febrero, aproximadamente, pues llegaron a ser dos, tres y hasta cuatro apagones por día, principalmente en horario pico, algunos prolongados por dos o tres horas y alternando circuitos. Un síntoma indiscutible de déficit en la generación. Sin embargo, pasó más de una semana repitiéndose esa situación crítica y no hubo información al respecto.

Finalmente, el viernes 23 de febrero, la Unión Eléctrica emitió una nota informativa, divulgada por los medios de comunicación, explicando que el servicio se vería afectado debido a una serie de eventos fatales, que combinan la reparación planificada de varias unidades generadoras con roturas imprevistas en las termoeléctricas  de Matanzas, Cienfuegos y Nuevitas.

Pero en verdad el servicio no “se vería afectado” a partir de esa fecha, como se dijo, pues ya lo estaba siendo desde muchos días antes. Al parecer,  la noticia, un poco tardía, quiso decir que la solución se había complejizado y demoraba un poco más de lo previsto. No se conoce la naturaleza del problema ni sus causas específicas, pero no podemos dejar de recordar la aguda crisis de inicio del siglo, que trajo consigo la Revolución Energética y el despido de Marco Portal como ministro de la Industria Básica.

A raíz de aquella profunda crisis en la generación eléctrica Fidel determinó invertir en grupos electrógenos a lo largo y ancho del país para suplir cualquier situación. Se supone que deberían evitar esos déficits, pero no se sabe en qué situación se encuentran, si la inversión fue realmente factible y si se cumplieron o no las expectativas. Una parte de nuestra pesada deuda externa se debe a esas compras.

Cabe preguntarse si Cuba está lista para el desarrollo que necesita, (y qué pretende el Gobierno al promover la inversión extranjera), en cuanto a la generación eléctrica y a la estabilidad del sistema. Más turismo, más construcción, más industrias, llevan más consumo eléctrico. Se habla de cambios en la matriz generacional hacia fuentes renovables (eólica, hidráulica, biomasa y solar), pero aunque es buenísimo ambientalmente hablando y en algunas de las variantes tenemos un gran potencial, es una solución lenta y costosa.

Apagón. Foto de archivo: EFE

Es importante analizar este punto, porque más consumo eléctrico en función del desarrollo puede significar, como en estos días, el retorno a los apagones y será el pueblo quien cargue otro peso más en el ya insoportable fardo de pobreza y vicisitudes. También sería prudente indagar si a los inversores extranjeros les cobran la electricidad con la draconiana tasa progresiva que pesa sobre el consumo doméstico y cuentapropista.

Por lo menos aquí en Mayarí, febrero fue como una remembranza de los años 90: esperando muchas veces las 8 o las 9 de la noche a que llegue la “luz” para cocinar y ver la televisión. Recordemos que la mayoría de las familias cubanas realizan la cocción de los alimentos con electricidad y el único entrenamiento accesible es la TV.

Sumen a ese detalle que el transporte está peor que en los 90, pues las guaguas locales trabajan un día sí y tres o cuatro no; los coches (con tracción animal) siguen renegados a las rutas largas por la imposición de una tarifa de “un peso” para 3.5 km llenos de baches y las bicicletas chinas ya están deterioradas; los medicamentos más difíciles de conseguir que la carne de res; se pierden productos de primera necesidad que hasta hace poco eran estables, como el detergente, el azúcar, el arroz, los huevos, a veces por días, otras por semanas y meses. El poco dinero del salario cada vez con menor valor real. Las viandas perdidas y carísimas, y ni hablar del resto. ¡Todo un cuadro adverso!

Por eso son tan preocupantes estos apagones, porque nos llegan en medio de una situación de crisis que reproduce muchas de las peores experiencias del Periodo Especial crítico. Y porque el pueblo siente que ya debería verse algún tipo de mejoría en vez de retrocesos, algún pequeño resultado palpable a diez años de los Lineamientos. Pero nada se vislumbra, solo esta crisis renovada que se traga nuestras últimas esperanzas. Veremos cómo enfrenta esos retos el nuevo Gobierno.

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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4 thoughts on “Vuelven los apagones

  • La historia de cuba está escrita completa, solo queda borrarla y empezar de nuevo

  • No amigo, no se debe borrar. Hay que tenerla delante todo el tiempo para que las nuevas generaciones que les toque reparar el m… esten muy claras sobre que NO hacer.

  • Hola Osmel, gracias por tu testimonio y análisis que nos pone al día de la situación en Cuba. Al respecto te doy mi opinión.
    Hace unos años que la producción de energía fósil cae en América Latina y buena parte del mundo, sin que puedan ser remplazadas por las renovables (por cuestiones técnicas, energéticas, escasez de materiales y falta de visión sobre lo que depara el futuro), mientras que las naciones poderosas cada día necesitan y adquieren más petróleo, carbón etc. Para el resto del mundo solo queda el descenso en el consumo energético y el deterioro del sistema que se montó sobre el mismo. El algunos sitios la caída puede ser paulatina y suave, pero otros como Siria y Yemen nos enseñan que el panorama puede ponerse bien grave. Por supuesto que el gobierno de Cuba y el de Venezuela nos engañan o se engañan a si mismos mostrando un futuro promisorio que de ninguna manera será posible, pero pienso que debemos pasar del justo reclamo por este engaño a la próxima fase, que es la de prepararse para una situación que, con altibajos tal vez, tenderá a ser cada día peor y sin esperanza de mejora. O en otras palabras, si tienes unos cuc para invertir mejor una carreta de caballos que una moto eléctria, y aprender a encontrar la felicidad aún con menos. Es mi opinión personal, perosi quieres te comentar los datos y hechos en los que está basada. Mucha suerte con todo.
    Por cierto, creo que es Marcos, con (s) al final, el nombre del exministro cubano de la Industria Básica.

  • Erasmo: actualizo que los apagones siguen, pero menos. Parece que se está solucionando el problema. Lo importante es que me trajo a colación el problema energético frente al desarrollo que necesitamos y se fomenta. Amigo, entiendo tus preocupaciones sobre el petróleo y la dependencia actual del mundo, más el impacto ambiental. Creo que antes de que acabe este siglo la mitad o más de la energía que se consuma deberá ser obligatoriamente limpia. El petróleo se agotará poco a poco, se encarecerá su extracción en zonas inhóspitas o más profundas, y también su refinación al acudir a los más pesados, ahora menos rentables. De una cosa no tengo dudas, mientras haya petróleo ningún otro combustible va a imperar, pero sí irán ganando terreno poco a poco y se trabaja en hacerlos cada vez más factibles. Cuba tal vez cuente en el futuro inmediato con más petróleo que hoy, tiene potencial en biocombustibles que no usa por llevarle la contraria a los EUA, en un compromiso político en el que Fidel empeñó su palabra, también en biomasa y más aun si se rescata la industria azucarera, potencial eólico y solar que ya se comenzó a fomentar. La energía nuclear creo mejor descartarla. Pero para un plan de desarrollo inmediato, que necesitamos para mejorar, no veo otra forma que incrementar al menos en 500 MW en una década ampliando las mismas termoeléctricas con nuevas unidades, eso si realmente hubiese un desarrollo económico que lo justifique. Retroceder a la era de las carretas no es una opción a no ser que se destruya el mundo con una guerra termonuclear, y que queden algunas personas, pero dudo que queden caballos.

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