No hay limites para reprimir la libertad de expresión en Cuba

Por Osmel Ramírez Álvarez

Con mi hija Ana Claudia en el hospital por crisis de asma.

HAVANA TIMES – Mi niña mayor, que solo tiene diez años, no vive exactamente junto a mí, aunque está conmigo muy a menudo. Su madre y yo, fatalmente para ella, nos divorciamos cuando apenas tenía dos años. Fue duro vivir separado de mi princesita o, mejor dicho, no tenerla cerca todo el tiempo. Soy un padre apegado y procuro estar presente.

El lugar a donde su madre la llevó a vivir es relativamente cercano, pero hay mayor altitud y siempre ha sido fatal para el asma que padece. Ella, justo es decirlo, ha tratado de salir hacia otro sitio, de mejorar, pero no ha sido posible. Es en verdad difícil.

Por las redes sociales a veces he publicado comentarios y fotografías del hospital, cuando la llevo a darse aerosol. Este pasado curso tuvo, al menos, dos ingresos por problemas respiratorios. Sin embargo, en mi casa rara vez se enferma. Como se dice comúnmente, el lugar le prueba. No es fácil para su madre separarse de ella y darme la custodia, eso ni pensarlo. Y ahora entrará pronto en la pubertad, momento que por el desarrollo hormonal no es bueno aplicarle tantos esteroides.

Como un asunto familiar, la solución fue donar un terreno o solar de la finquita de mi padre a la madre de mi niña, para que trasladara su domicilio de sitio. Es una casa muy humilde, de madera y tejas, por eso no fue complicado trasladarlo. Hacer un trámite legal para el cambio de locación es largo y tedioso, pero por suerte, en el campo las casas no usan número, aunque lo tengan. Y es habitual en estos casos simplificar la acción con un permiso informal del técnico de Planificación Física que atiende el Consejo Popular.

La casita de la discordia, de la madre de mi hija.

Así lo hicimos. El técnico dijo que no había problemas si el propietario de la finca, mi padre, accedía. Era algo interno, sin consecuencias, porque no es una nueva vivienda, al final no le afecta en sus datos como incidencia. Incluso fue colegiado con la presidenta del Consejo Popular. Mientras se trasladó la casa, allí estuvo el inspector, hasta compartió con los constructores. Todo parecía en orden.

Pero de pronto las cosas cambiaron. El jefe de los inspectores de Planificación Física, Enrique, recibió, al parecer, la orden de hacerme destruir el cercado de mi casa. Podemos imaginar de qué fuente, la famosa “Mano Negra”. En busca de privacidad cubrí la visibilidad del cercado, y todo indica que eso ha molestado a los encargados de vigilarme.

literalmente la han cogido conmigo, intentaron multarme con 500 pesos, pero protesté y no pudieron. El tal Enrique fue de la nada grosero y hostil conmigo, pero ante mi insistencia en ver la regulación escrita al respecto, la directora emitió la orden de que dejaran mi cerca en paz.

Esta es la cerca que provoca todo está avalancha de multas porque quito la visibilidad a los informantes del Minint.

Ahora, un mes después, me mandan a mi casa dos inspectoras para buscar motivos de multas. Por una puerta cerrada hace 20 años, cosa ahora permitida en lo interno de la vivienda, pusieron 200 pesos de multa. Dos días después, 2 mil pesos por la casa de mi niña, que como expliqué había sido colegiada con el técnico.

El joven, visiblemente avergonzado, se presentó con las dos inspectoras, y con mucho trabajo, titubeando, impuso la multa. Sabía que estaba haciendo algo abusivo, ordenado por su jefe superior. “Tienes que aplicarle el decreto” –le dijo. No se trata de una ofensiva contra ilegalidades, se trata de persecución, de hostigamiento, de represión.

Al lado puede haber violaciones mayores, pero no es de su interés. Hay varios casos similares, pero no importan. Incluso en las viviendas de los propios inspectores hay problemas, porque todo es violación en este país con tantos reglamentos que asfixian la vida cotidiana. Pero el interés es joderme a mí, hacerme sentir que hay más consecuencias por atreverme a ser periodista independiente. El único por esta geografía, y no lo quieren aceptar.

Lo que no imaginaban es que no soy yo el propietario de la tierra que trabajo, ni de la vivienda que habito. Es mi padre de 72 años, jubilado con 242 pesos (10 dólares). Seguramente tendremos que pagar esa elevada multa. No será mi padre con su magra mensualidad, ni la madre de mi hija que incluso está desempleada: seré yo. Ellos lo saben y por eso lo hacen.

El “oficial que me atiende” por la Seguridad del Estado, ese que siempre está ahí interrogándome cuando me detienen, el que me prohíbe viajar al exterior por más de 600 días, me advirtió en una ocasión: “Tienes que caminar fino, porque por cualquier cosita te vamos a caer”. Por mi parte, solo me queda reclamar y divulgar. Es lo único que se puede hacer cuando vives en una sociedad podrida por el totalitarismo.

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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5 thoughts on “No hay limites para reprimir la libertad de expresión en Cuba

  • Buena la cerca

  • Estimado Osmel. Mil veces ¡Bravo! y ¡Felicidades! por tu gran victoria frente a la injusticia y corrupción del régimen en el sitio donde vives, pero ahora te pido que seas más cauteloso, porque seguro ya te tendrán preparado el “accidente” que te incapacitará para el futuro inmediato. Esos HPs -de la seguridad y el gobierno- no dan puntada sin hilo. ¡Cuídate! El Lapón Libre.

  • Tú crees? realmente estaba loco por darle privacidad a mi patio, pero es costoso. al romper mi rancho de tabaco puede disponer de esas tejas de cartón. mi deseo es hacerla de fibrocemento, tejas, pero son costosas. infartarán el día que tenga recursos para hacerlo, jjjj

  • Gracias Lapón Libre por tu sincera preocupación. tienes razón, corro peligro, corremos peligros todos los que enfrentamos el sistema en sus propias entrañas. ojalá no aparezca muerto o mutilado misteriosamente. tengo tres niños que criar y no compro ni una onza de carne de res para no dar motivos, ojalá pueda sobrevivir esta etapa turbulenta.

  • Para los que no revisan mi facebook, ya fue retirada la multa mayor, la de 2 mil pesos. fue ardua la pelea en los organismos, pero lo conseguimos. gracias a todos por el apoyo. quedó la de 200 pesos, pero es un gran alivio. Mi padre quedó muy afectado de los nervios y la cervical, más por el miedo a lo que puede venir que a lo que pasó. le tiene pánico a los ispectores y a la seguridad del estado. es un sentir de todo el pueblo, no solo de él.

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