Las nuevas medidas para tratar de impulsar la agricultura

y su relación con el congreso del Partido Comunista de Cuba

Agricultor en Viñales, Cuba. Foto: dw.com

Por Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – No parece simple casualidad que tres días antes de iniciarse el 8vo Congreso del Partido Comunista de Cuba (en progreso) se anuncien más de 60 medidas, cuyo eventual objetivo es impulsar la agricultura en el país.

Precisamente el sector ahora más encargado que nunca de garantizar el suministro de alimentos en las mesas de los cubanos, en medio del desabastecimiento por la baja productividad alcanzada y disminución de la capacidad importadora. Gajes del sistema estatal planificado que por mucho que lo ponderen e insistan en darle protagonismo, sigue siendo ineficiente.

Las decisiones anunciadas, aún sin explicar sus particularidades, en su mayoría han sido rectificaciones de otras tomadas recientemente como parte de la Tarea Ordenamiento u otras más longevas que llevan más tiempo haciendo daño a la producción y reclamadas durante décadas por economistas y productores, sin éxito alguno. Se necesitó tocar fondo, llegar al nivel de desesperación por el desabastecimiento para tomar decisiones y hacerlo a medias todavía.

Vale destacar que este Congreso se desarrolla en un momento muy tenso políticamente, ya que la generación histórica, de lo que siguen llamando ‘la revolución’, traspasará la dirección del ‘partido’, (la única organización política permitida y con derecho a participar en la política nacional), a otros cuadros que ellos mismos han seleccionado a su imagen y semejanza, pero sin la bien explotada imagen de hazañas militares en sus currículos.

Y lo hacen presionados ya por el almanaque, pues los que no han muerto ya son muy ancianos para seguir teniendo protagonismo. No les queda más remedio que soltar el poder a sus vástagos. Aunque el contexto no podría ser peor, ya no pueden esperar.

Por un lado, la crisis sistémica se ha agudizado hasta límites sin precedentes este siglo y la pandemia del nuevo coronavirus las ha acentuado aún más; y por el otro la sociedad civil y la oposición política se van articulando y desafía al régimen exigiendo un cambio hacia la democracia, la libertad económica y el respeto a todos los derechos humanos, consiguiendo un nivel de convocatoria y apoyo sin precedentes, aunque todavía incipiente.

Y a ello contribuye internet y específicamente ese espacio de libertad e intercambio que son las redes sociales, donde por primera vez en más de medio siglo nuestro pueblo se ha sentido un poco libre para expresarse. Es un espacio que reta y mueve el piso del Partido Comunista, acostumbrado al control social y mediático. Es este el primer Congreso con el pueblo conectado de verdad, porque cuando tuvo lugar el anterior hace cinco años, el uso de internet era aún insipiente.

Y ellos lo saben. Saben también de la apatía del pueblo hacia el congreso, de la baja credibilidad de sus medios y de la casi inexistente confianza en sus políticas. Saben además que la oposición pacífica y la sociedad civil verdadera están calando cada vez más en el pueblo y dominan las redes sociales, precisamente allí donde hay un poquito más de libertad.

Se hace evidente que están asustados y apelan a un golpe de efecto político-sicológico en el pueblo, como estaría resultando de crear expectativas de un promisorio salto productivo en el agro, que alivie en corto plazo, como pregona Díaz Canel, la mesa de los cubanos. Es casi como una promesa electoral que se sabe de antemano no será cumplida, pero que por su necesidad y anhelo de todos modos provoca entusiasmo y apoyo.

Las 63 medidas son sin duda alguna más de lo mismo, pero un poco menos drástico que hasta ahora, y con un amago de liberar las fuerzas productivas: solo eso. Mientras siga la intervención estatal decidiendo precios, actores y hasta nimiedades, mientras persistan los privilegios de ACOPIO para comercializar y solo haya competitividad con sus ‘sobras’ o donde fallen; mientras el agricultor continúe atado a las empresas estatales agrícolas de intermediarias y al monopolio del crédito en un solo banco, todo seguirá igual.

Mientras no se permitan diversos actores económicos, que incluya al sector privado participando libremente y compitiendo en igualdad de condiciones en todo el proceso productivo, incluso en la exportación-importación, no habrá ningún avance significativo.

Las nuevas medidas pueden servir para generar un poquito de confianza y apoyo popular pero sería solo en el sector más comprometido con el sistema, en el menos conectado, y por consiguiente, menos informado. No parece que lo consiga en la mayoría del pueblo porque simplemente no tienen más credibilidad. Son demasiados fracasos y cada vez son más los cubanos se liberan del control social y de la manipulación del monopolio mediático estatal-partidista.

También el paquete de medidas pretende y necesita llegar a la cita partidista con algunos acuerdos del anterior cumplidos, y el de eliminar trabas es muy llamativo, en medio de un escenario plagado de retrocesos e incumplimientos de planes.

Nada, que por mucho entusiasmo que quieran fomentar el ambiente nacional está pesado y denso. Ojalá sea el preludio inmediato del cambio que Cuba necesita y que de seguro no nos llegará de un congreso del Partido Comunista.

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Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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2 thoughts on “Las nuevas medidas para tratar de impulsar la agricultura

  • Hay que ser desvergonzado para decir que están “eliminando trabas” sin asumir las culpas, ellos mismos son los que han puesto las trabas. Es muy difícil recuperar lo perdido, en 60 años se ha perdido el amor al trabajo y al esfuerzo, los buenos modales, el respeto, la confianza en los gobernantes, en fin, hay que reconstruir la nación desde cero.

  • Tito, es lo que llamo los logros negativos de la revolución cubana

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