Finalmente “se desata el nudo” de la corrupción en mi cooperativa

Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – En varios artículos en los últimos dos años he tratado el tema de la corrupción y el mal funcionamiento de mi cooperativa, que lleva el nombre Desembarco del Granma. Especial énfasis he hecho en la impotencia de los campesinos cuando no se tiene el apoyo de la ANAP, de la que por ley existe gran dependencia. Sin la anuencia de la organización campesina oficial, única permitida, las leyes y normas no funcionan.

El interés de los agrarios por arreglarla se vio durante este largo periodo de tiempo aplastado por el inusitado e incomprendido interés de la ANAP municipal en mantener a una dirección que visiblemente incumplía las normas básicas de transparencia financiera y tampoco desarrollaba proyectos económicos de ningún tipo.

Porque ha sido gracias al cultivo del tabaco, que es tradicional en la zona y solo tiene problemas en lo que obligatoriamente media la cooperativa, que la economía estaba a flote. Y bastó un año malo por el exceso de lluvia, como el pasado, para revelar la debilidad de depender de un solo cultivo y no tener un trabajo enfocado a la comercialización.

Tras muchas denuncias y presión, en una batalla peligrosa para mí aun evitando ser protagonista por ser periodista independiente ya que desde la política se me observa como una amenaza, igualmente para muchos otros campesinos que han sido mal vistos y juzgados por los todopoderosos corruptos y cómplices. Pero finalmente el nudo se está desatando.

El martes 20 de noviembre tuvo lugar una reunión en la que los campesinos recibimos el añorado e imprescindible apoyo de arriba de, en esta ocasión de la Delegación de la Agricultura municipal, para destronar la corrupción y reformar la dirección de la cooperativa. Por vez primera la organización no nos bloqueó, como en todas las reuniones anteriores.

Presumiblemente el problema fue tan insistentemente planteado por tantos campesinos que los organismos que normalmente actúan escuchando las alertas de la ANAP, en este caso nulas, tal vez se percataron de que es demasiado grave y ruidoso. Y decidieron actuar, aunque demoradamente.

Por vez primera escuchamos a los dirigentes hablar con base a la legalidad, enfrentando las irregularidades. Se habló y se actuó con firmeza, no con la complicidad y el contubernio con que hace unos meses la ANAP provincial lo manejó. Por eso en vez de resolver la crisis más bien la agudizó.

El Ministerio de la Agricultura es quien ha puesto finalmente el freno y ha desenredado el nudo que tejió fuertemente la corrupción. Aunque un poco tardía, al fin llegó la justicia. Destituyeron definitivamente a los anteriores dirigentes y fueron firmes, ley en mano, en llamar las cosas por su nombre y prometieron una auditoría profunda.

Y si alguien duda de la importancia de un periodismo libre de comprometimiento político con el poder, les cuento que al otro día de la feliz reunión, el miércoles 21, recibí una visita inesperada. El Ministerio de la Agricultura, en la persona de dos funcionarios provinciales y una municipal, y acompañados, además, por dos miembros de la nueva Junta Directiva de la cooperativa, vino a darme respuesta personalmente por lo que consideraron mis “quejas” expuestas en mis artículos.

Fue un encuentro muy cordial y respetuoso, en el que no palpé un solo ápice de animadversión ni de hipocresía. Realmente esos funcionarios ahora están cumpliendo bien su función y cualquier prejuicio previo se diluyó cuando antes de mí entrevistaron a otros cooperativistas.

Me dieron la razón en mis denuncias y prometieron continuar descifrando todas las irregularidades y darle curso legal a los implicados. En el diálogo mostraron claridad en la responsabilidad de los organismos políticos que prolongaron los problemas y evitaron una solución en la propia Asamblea General de Asociados de la cooperativa, un problema muy serio, porque están precisamente para hacer lo contrario.

Por supuesto que las verdaderas causas de todo no la discutimos ni era ese el objetivo. Es bueno también recordar que la dirección corrupta de la cooperativa fue la misma que improvisadamente se impuso hace seis años, precisamente para evitar mi liderazgo.

Previamente por meses la entidad agraria y los campesinos intentaron convencerme de que asumiera ese cargo y finalmente acepté. No era entonces periodista independiente, pero la Seguridad del Estado ya me investigaba por mis ideas socialistas demócratas, que tenía escritas en un ensayo. Tras una súbita y misteriosa reunión todo cambió y bloquearon mi promoción, cosa que no repercutió mal en mí vida personal, pero sí en la cooperativa.

Después de eso hicieron de todo para evitar cualquier liderazgo en mi persona, sea en la cooperativa o en la comunidad. Me han sacado de las listas de candidatos en ambas instancias, han asesorado a los miembros de comisiones electorales para que le digan a la gente cuando postulan “cualquiera menos Osmel, él no puede ser”. Han trabajado duro en eso y aun así la gente me propone infructuosamente.

Y para mantener la impunidad hasta intentaron usarme de chivo expiatorio para no destituir a los corruptos, evitado, en gran medida, gracias a mis diligentes denuncias periodísticas. Hasta la idea de cesarme como asociado manejaron. Por eso muchos piensan que toda esta convivencia cómplice con la corrupción en la cooperativa fue para evitar precisamente mi liderazgo oficial. Yo estoy seguro de que no es solo eso, pues hay como en casi todos lados pérdida de valores y tráfico de influencias imbricados a intereses lucrativos.

Ahora festejamos esta victoria. Personalmente me regocijo de haber sido útil como periodista a que “el nudo” de la corrupción se esté finalmente desatando. ¡Y estaba súper apretado!

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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2 thoughts on “Finalmente “se desata el nudo” de la corrupción en mi cooperativa

  • ¡Felicidades! ¡Campeón! Sé muy bien lo que es tener un éxito periodístico después luchar -prácticamente- contra sordos -a convenencia- molinos de viento. No te confíes del todo, parece que el señor Canel está puesto en serio -y a su paso lento- contra la corrupción, al menos a nivel de base, pero esos bandidos se camuflajean, e incluso, están dispuestos a usar a algunos como chivos expiatorios de cara a la galería, para; después; cuando se calmen las aguas del ahora río revuelto, volver a sacar sus hipócritas garras. Y retroceder. Difruta de tu victoria -casi pírrica-, pero mira bien donde pisas porque me parece que te están serruchando el piso. Un abrazo.

  • Sí, existe una probabilidad del 90%, estimo yo, de que me estén “serruchando el piso” o como se dice por acá también, “tejiéndome una cama de cines”. Me prohíben salir del país ya por un año y la Seguridad del Estado me ha dicho claramente incluso frente a mi familia, que me están preparando un expediente para procesarme penalmente. Seguramente no será por un delito político, me fabricarán un delito común como a Cardet y muchos más. Es un riesgo inevitable. La otra opción es bajar la cabeza y “aceptar el yugo”. Yo no puedo, mi naturaleza no me permite vivir sin dignidad. Ojalá no cometan esa barbaridad.

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