El mejor camino para Cuba y la posibilidad real de conseguirlo

(Primera Parte)

Foto: Juan Suárez

Por Osmel Ramírez Alvarez

HAVANA TIMES – Es como un baño de surrealismo asomarse a los medios oficiales cubanos y ver la Cuba idílica que dibujan en ellos, el enfoque distorsionado de la verdadera batalla política que se da entre cubanos como si fuera importada e implantada desde EUA; y peor aún, las soluciones continuistas que promueven, totalmente desfasadas de nuestra realidad, aunque pretendiendo públicamente un enfoque de justicia social.

Pero igual vamos a internet, principalmente a las redes sociales, canales de youtube de influencers cubanos y sitios alternativos, donde la oposición tiene finalmente un espacio de libertad de expresión para llegarle al pueblo, y vemos algo similar: la otra cara de la moneda pero exagerada, y soluciones tan idílicas como el continuismo del PCC, basadas en la libertad y demonizando el altruismo.

Ciertamente, no es difícil encontrar justificaciones para ambas posturas. Pero concentrándonos en la oposición, que debería ser el sujeto social de cambios en nuestra sociedad, el más revolucionario, cabe decir que al menos en el momento político que vivimos, que predomine una descripción exagerada o parcializada de nuestra realidad es pésima estrategia comunicacional. Principalmente hacia lo interno, donde más del 80% de los cubanos permanecemos todavía.

Los sicólogos saben de esto, sobre la forma en que actúa y reacciona el cerebro humano. Desacreditar al adversario sin reconocer ni una sola virtud o duda al menos, habla peor de quien lo hace, demuestra escaso valor social y eso no se capta conscientemente, sino de manera inconsciente e impide la empatía firme. A no ser que tengas todo el control de la información como en Norcorea. No por gusto Fidel Castro, seguidamente de una sarta de improperios hacia EUA, siempre acotaba que admiraba al pueblo norteamericano.

En segundo lugar, la batalla política está mal enfocada hacia un barrido del PCC, para el que no hay fuerzas suficientes, lo que se vuelve una barrera para el cambio fecundo y posible según nuestra realidad política y social, no la soñada por unos y otros. Ese desfase con la realidad lleva a sobrestimar los esporádicos momentos ventajosos de la lucha cívica y, por consiguiente, a no poder aprovecharlos en su mayor potencial, dando ventaja al PCC, que es mucho más hábil y organizado.

Y en tercer lugar, las soluciones igualmente más enfocadas hacia lo exterior que a lo interno no responden a la realidad nacional: más emocionales que pragmáticas; más idílicas que realistas; casi tan inviables como la oficialista porque no tienen en cuenta las expectativas y la situación real del pueblo cubano. Luego, vienen por esta causa el desánimo, la hipercrítica y la subvaloración ‘sietemesina’ del pueblo.

Así de atrapada está Cuba, en medio de posiciones radicales y antagónicas, de una guerra ideológica a muerte, de un fuego cruzado que luce de ambos lados y por momentos tan amigo como ajeno. La gente común observa para un lado y para otro con desdén, con pequeños tajos de aprobación para ambos, pero sin que ninguno complazca de verdad. Porque más parece autocomplacencia que una interpretación de la voluntad y la necesidad del pueblo y del país. 

Y por eso los comunistas (el Partido Comunista en el poder) llaman ‘malagradecidos’, ‘confundidos por el enemigo’ o ‘mercenarios’ (en caso de que sea una pasada de la raya más drástica) al pueblo que no los sigue de corazón o con acciones. E igual muchos opositores impotentes al no ‘enamorar’ al pueblo con sus fórmulas, convocatorias y enfoques, llaman al cubano ‘carnero’, ‘culpable de su desgracia’ o ‘cómplices de la dictadura’. Es casi lo mismo en ambos casos y por encima de todo es mediocridad política.

El mejor camino para Cuba debe ser el más pragmático y que asegure lo más rápido posible una democracia política con libertad económica y derechos humanos plenos; que nos conduzca hasta ese derrotero, sea poco a poco o de un solo golpe; que no subestime al PCC y que nos haga avanzar; que el pueblo lo entienda y simpatice; y que no sea la empresa personal o de grupos minoritarios sobresalientes, sino la idea abrazada por la mayoría de los cubanos.

Continuará….

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Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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One thought on “El mejor camino para Cuba y la posibilidad real de conseguirlo

  • Me parece que como “socialista democrata”, necesitas entender las bases del “1984 Caribeño”; o del “Soviet Caribeño” en otras palabras; sino solo traes desde tu punto de vista lo q consideras es el mono, pero ni me imagino como podrás llegar al concepto “jaula”.

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