Buena campaña de tabaco en Mayarí y la esperanza de arreglar mi baño creciendo

Por Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – En esta campaña, la naturaleza ha sido noble con el cultivo del tabaco en Mayarí. Aunque en lo que va de año prácticamente no ha llovido, la mayoría de los tabacaleros ya tienen acceso al riego de una forma u otra, ya sea a través de la empresa de tabaco, gestionado “en la calle” o por la solidaridad de los colindantes que ya lo tienen.

Sin embargo, una minoría aún significativa sigue en secano. Por suerte, yo tengo una bombita pequeña, en un pozo, para el consumo doméstico, y resuelvo. Hubo también disponibilidad de posturas en octubre, cosa rara en esta geografía, y gracias, en parte, a la inversión de la empresa con algunos campesinos en los semilleros tecnificados. Por ello, la siembra temprana de una buena parte minimizó el daño, porque en noviembre y diciembre las lluvias fueron más nobles.

Es que lo que sirve en un lado perjudica en otro. Si llueve mucho los cultivos crecen bien, pero afecta los semilleros y proliferan hongos que manchan la hoja, como el famoso Moho azul. El tabaco en realidad no es una planta de gran requerimiento hídrico, pero por ser de ciclo corto (65-85 días, en dependencia de la variedad) no le puede faltar con la regularidad necesaria, de lo contrario, se afecta drásticamente el rendimiento, el tamaño y la calidad de la hoja. De ahí que los tabaqueros, una vez que tienen riego, preferimos que no llueva.

Otro aspecto en el que las lluvias en exceso afectan es en la casa de cura. Para el desconocedor, podría parecer que una vez allí estaría protegido infaliblemente, pero no es verdad. Donde más riesgo tiene el tabaco, o donde más pericia necesita, es después de cosechado y guardado. No en balde hay un dicho campesino que dice: “Donde más se necesita ser un buen cosechero es en el rancho”.  Cosechero es aquí sinónimo de tabacalero. Y no es lo mismo que tabaquero, que es más bien el que tuerce los tabacos (puros), también llamado torcedor.

Una vez los cujes ensartados y colocados en el rancho o casa de cura, hay que retocarlos, después de los diez días, un par de veces por semana, para evitar que las hojas se peguen unas con otras y pierdan calidad. Hay que acomodarlas con cuidado, ponerlas cerca, pero que no se topen los cujes llenos, para que circule un poco de aire entre ellas y no pudran las hojas. Además, que no haya desajorno.

Es un término que se usa para describir el efecto negativo de un sobrecalentamiento por apilamiento o falta de ventilación en las hojas. Cambia de coloración y textura una parte de la hoja o completa, casi siempre en la zona cercana al peciolo, por ser la que más se junta en el cuje. Pierde toda la suavidad y se vuelve reseca y proclive a romperse. Cuando es la hoja completa, casi siempre son las hojas más nuevas, es decir, las menos maduras en su desarrollo, pero solo sucede si no hay una buena ventilación, buena separación y retoques periódicos.

Cuando hay exceso de humedad por lluvias, dentro del rancho, hay que subir el tabaco todo lo posible, por supuesto, sin amontonarlo. Entre más abajo, más posibilidades de que se afecte con moho, lo cual es letal para la calidad del tabaco y perjudicial con el precio de venta también. Se puede perder una cosecha, que ha sido excelente en el campo, por un mal manejo en el rancho o una fatalidad no enfrentada a tiempo y con precisión. A veces, se hace necesario, incluso, encender recipientes, tal si fueran pebeteros, con carbón vegetal o papeles viejos que ardan para quitar la humedad en el interior.

Pero este año se está secando excelentemente el tabaco, pues hay poca humedad. Mi siembra, por ejemplo, fue buena en el campo y ahora está curando bien. Sembré diez mil plantas y tengo previsto llegar a diez quintales, lo cual es un buen rendimiento. No es mucho, comparado con los cosecheros de punta por acá, pero si alcanzase a vender 8 quintales al máximo precio (2255 pesos x quintal), serían 16 mil pesos después de pagar los impuestos, (640 cuc).

Más o menos lo que necesito para arreglar el baño de mi casa, que ya no da para más. Es un objetivo impostergable que me he trazado con esta siembra, porque está afectando drásticamente la calidad de vida de mi familia. Y por eso he trabajado duro para conseguirlo, y hasta he descuidado un poco mi labor periodística. Espero que todo siga saliendo bien.

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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One thought on “Buena campaña de tabaco en Mayarí y la esperanza de arreglar mi baño creciendo

  • Felicidades que bueno que has tenido una buena cosecha, con ganancias para arreglar el baño un poco de confort a la familia no es malo, es muy bueno que estés haciendo lo que te gusta y tengas resultados para seguir

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