Atacados por las plagas de la coyuntura

Por Osmel Ramírez Alvarez

HAVANA TIMES – Las plagas de la coyuntura son tan peligrosas como las del antiguo Egipto: sarna, piojos, dengue, piodermis, hipertensión descontrolada, sacrolumbalgia, diabetes descontroladas, alergias y la covid-19. Eso por tan solo mencionar diez siguiendo la analogía con la historia bíblica.

De las primeras nueve ni se habla, pero están haciendo tanto o más daño que la última, (el nuevo coronavirus), y es muy probable que estén matando a más personas también.

No se detienen con la higiene personal ni otras formas de prevención, aunque lógicamente ayuda mucho cuidarse y prevenir. Tampoco hace falta establecer cuarentenas: bastaría con vender medicamentos al pueblo. Es que en su mayoría son enfermedades controlables y la realidad es que no es fácil conseguir medicina en Cuba, ni para estas enfermedades ni para cualquier otra.

Desde hace más de tres años nuestro país vive un desabastecimiento de medicamentos que ni en los años 90, cuando el periodo especial crítico, lo habíamos sufrido así. Las personas se preguntan:

¿Por qué no producen y compran los medicamentos con el dinero ganado en las misiones en el exterior? Sí, de esas de las que toman casi todo el salario de los médicos contratados. ¿Acaso no es ese el argumento, (que no llega a justificarlo), con que el Estado cubano se apropia de un porcentaje desproporcionado y muy cuestionable de la remuneración? Son preguntas que se imponen frente a los acontecimientos.

Kenia, una holguinera del Consejo Popular Guayabo, en Mayarí, es epiléptica y tiene otra enfermedad asociada. Desde hace meses no tenía la carbamazepina y hubo que correr con ella varias veces para el hospital.

En una ocasión, ni siquiera allí en el centro hospitalario había el medicamento para revivirla y hubo que ingresarla hasta resolverlo en la calle. A pesar de lo difícil del transporte, ¡y ni soñar con una ambulancia!, ha logrado llegar viva, pero los doctores aseguran que ha sido hasta ahora sorprendentemente fuerte y dichosa, pues ha resistido. Ojalá siga teniendo igual suerte hasta que un día se estabilice la venta en farmacias.

Pero ahí no acaba el drama: su esposo tiene bursitis y sufre del dolor sin poder conseguir algún antinflamatorio. Al ser campesino tiene que trabajar en esas condiciones, además de sin insumos y con la Empresa de Acopio detrás para forzarlo a ser productivo y venderle todo lo que cosecha, so pena de multas. Sumemos también que todos en casa tienen sarna, algo incómodo y que afecta mucho la calidad de vida.

La nietecita es la que más sufre por falta de antihistamínicos para paliar el picor. Tampoco hay antibióticos para controlar la piodermis que producen los estafilococos y estreptococos que los infestan transportados por las uñas al rascarse. “Es lastimoso verle las piernas con llagas supurando pus”. –comentó Kenia con dolor.

No se trata de un hogar crítico e insalubre. ¡Para nada! en realidad se puede ir casa por casa, familia por familia o centro de trabajo por centro de trabajo y encontraremos disímiles dramas, incluso peores.

La calidad de vida de nuestro pueblo ha descendido mucho más por la falta de medicamentos que por la falta de alimentos. Y eso a pesar de lo difícil que resulta hacer tres comidas diarias y que contengan, ya no lo que nos apetece porque es un lujo casi imposible en la Cuba de hoy, sino lo que necesitamos para no padecer hambre o desnutrición.

En mi propia casa, para no ir más lejos, igual todos tenemos sarna con llagas de estafilococos, al punto de temer una infección desproporcionada, porque es imposible conseguir antibióticos. Hasta una petición de ayuda este periodista puso en Facebook para intentar localizar medicamentos, aunque sé que es difícil.

A escasos metros hay una familia con varios casos de dengue, incluido dos menores de edad y no es el único foco. También un caso de covid-19 en el barrio y hasta la doctora del consultorio está en cuarentena. Mis padres tienen medicamentos controlados por la presión y según ellos “ahora por el tarjetón solo se puede comprar la mitad de las pastillas para controlar la presión arterial”.

Es decir que, aunque el doctor les recetó una pastilla diaria, solo podrán tomar media o una entera días alternos. O de lo contrario, pasar 15 días del mes con la presión arterial controlada y la otra quincena con el susto de morir descompensado. Y eso es si llega, porque se pasa temporadas en falta.

Así sobrevive este pueblo, diezmado por el hambre y las enfermedades, al que el Gobierno le pide que sea más productivo y eficiente, y que lo haga ahora con menos recursos y energía. Al que Díaz Canel, el presidente seleccionado por el PCC, le pide ‘que siembre el doble’ para compensar los bajos rendimientos agrícolas por la carencia de insumos.

Al que se le quintuplicó el salario, en el mejor de los casos, pero a la vez multiplicaron por diez o hasta 20 veces los precios de productos y servicios de primera necesidad, mientras se les quiere convencer de que mejoraron. ¿Será  burla o locura?

Lea más del diario de Osmel Ramírez aquí en Havana Times.

Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

One thought on “Atacados por las plagas de la coyuntura

  • Estoy de acuerdo en que la situación es mucho peor que en la década del 90, a la miseria ahora se le suma la situación epidemiológica del país, lo más triste es que en sus manos está la solución pero no les interesa el pueblo, lo quieren bien pobre para seguir dominándolo. No veo salida a este problema, ya chuparon todo lo que pudieron de Venezuela y no pueden inventarse otro Mariel para liberar la presión.

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