Ya tenemos el circo, ¿Y el pan?

Osmel Almaguer

Fanáticos de Industriales. Foto: Caridad

La gran final de la pelota cubana se decidió antes de anoche, en el séptimo y último juego, entre dos de los equipos más tradicionales, Villa Clara e Industriales. El primero, luego de una temporada regular muy estable, llegó a la final como favorito. El segundo clasificó a duras penas, en último lugar, y resultó campeón.

Los medios de comunicación se empeñan en afirmar que esta ha sido la mejor postemporada que hemos tenido. Yo no me atrevería a hacerlo tan categóricamente, pero lo que si puedo asegurar es que nunca había visto una final tan reñida, o sea, con tanta paridad.

El noveno inning del último juego terminó y ambos equipos estaban empatados en carreras, por lo que hubo que jugar extra innings.  Villa Clara tenía todas las de ganar, por su pitcheo relevo con mayor calidad que el de los azules, pero quiso el terreno que un zurdo de 19 años frenara en seco a la batería naranja.

Todo quedó listo para que Stayler Hernández, jardinero derecho de la selección capitalina, impulsara la decisiva con largo doble entre right y center.

Cuando esto sucedió, en Cuba ya eran las 2 de la madrugada, y sé que había mucha gente despierta.

A decir verdad, no esperaba que mi equipo (Industriales) quedara campeón. Tal es así que cuando terminó el juego me quedé tranquilo, no sabía como reaccionar, no mostré alegría ni tristeza.

En realidad me apené por los Villaclareños, porque su equipo lleva como ocho años discutiendo en los Play Off, pero hace 15 que no gana. Bueno, como dice el refrán, refiriéndose a lo imprevisible de este deporte: “la pelota es redonda, pero viene en caja cuadrada.”

Jueves por la mañana me encontré una caravana de personas que iban celebrando, cantado, vociferando con mucha alegría. Al pasar por cada lugar se le incorporaba alguien, así hasta que la turba se fue haciendo cada vez mayor, y su paso por los vecindarios de la Habana Vieja se hizo retumbante. Iban para la terminal de ómnibus a recibir a su equipo campeón.

Creo que ha sucedido lo que le convenía a la mayoría, pues era una estrategia política que la capital tuviera este tipo de alegrías en tiempos tan amargos. No digo que se haya hecho trampa para beneficiar a un equipo en detrimento de otro, pero lo cierto es que ganó el que “se quería” que ganara.

Por eso esta manifestación, salida misteriosamente de la sede de la Unión de Jóvenes Comunistas me recordó a Neron, el Emperador Romano: cuando dijo, “al pueblo: dadle pan y circo.”

osmel

Osmel Almaguer: Hace poco solía identificarme como poeta, promotor cultural y estudiante universitario. Ahora que mis nociones sobre la poesía se han modificado un poco, que cambié de labor y que he culminado mis estudios ¿soy otra persona? Es usual acudir al status social en nuestras presentaciones, en lugar de buscar en nosotros mismos las características que nos hacen únicos y especiales. Que le temo a los arácnidos, que nunca he podido aprender a bailar, que me ponen nervioso las cosas más simples y me excitan los momentos cumbres, que soy perfeccionista, flemático pero impulsivo, infantil y anticuado, son pistas para llegar a quien verdaderamente soy.

3 thoughts on “Ya tenemos el circo, ¿Y el pan?

  • Caramba, !ahora si!, lo que faltaba, primero Irina nos tacha de «enajenados» y ahora este de payasos de circo. ..a ver, venga el próximo, en banda si quieren, verán que nuestra alegria es infinita e inconmovible….. Bueno ….nadie me manda a entrar aquí……..

  • Mira que a veces yo mismo me castigo por querer ser demasiado incisivo. Me siento hasta mal cuando descubro que mis especulaciones son a veces ciertas, que siempre hay una subtrama tenebrosa deslizandose por lo pasillo del poder. Me asquea pensar en que siempre hay alguien manipulandome, poniendo palabras en mi boca. conformando mis opiniones. Pero esto es demasiado
    Cuando ganó Industriales todo eso realmente me importó un bledo. Nadie manipuló mi alegría porque siempre he sido muy seguidor de la pelota, el orgullo de sentirme vencedor no tiene nada que ver con ciertos otros orgullos manipulados. No es enajenación a la «onda de Irina» porque para mi estar enajenado es no sentir nada sincero. Y la alegría de esa victoria me dura hasta hoy, a mis amigos industrialista también, y a los que no los son, se alegran de verme tan contento.
    ¿Alguien me puede decir de alguna opinión, filosofía, propaganda, ideología u otra cosa por el estilo que no esté de alguna forma…

  • Leo: A Jiquí ni siquiera me molesto en contestarle. Lástima que hables así siendo tan inteligente, con un poco menos de idealismo estoy seguro de que llegarás lejos.
    Dime que es lo que te duele, saberte manipulado, o que aparezca con grandes titulares en una publicación electrónica.
    Yo no digo que tu alegría sea teledirigida, solo te exhorto a que veas que en una sociedad, cualquiera que sea, no hay lugar a las casualidades. Hay muchas maneras de favorecer a un equipo y ni siquiera pueden tomarse como pruebas, pero de que era una necesidad política que ganara industriales, sí lo era. Piensa en que la capital es el lugar más complejo del país, donde primero se forma cuando la cosa anda mal y donde hay mayor población. Sientate y habla, como lo hice yo, con alguien que pertenezca al PCC, y verás lo que te dice.

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