¿Por qué corrieron al llegar la policía?

Osmel Almaguer

HAVANA TIMES — En mi memoria flash tengo un video que recoge los sucesos del incendio acaecido recientemente en la ciudad de Santiago de Cuba. Según revelan los medios nacionales, fue un accidente provocado por el choque de un camión contra una de las bombas de gasolina de un cupet.

Se informó también que salieron heridos cerca de medio centenar de ciudadanos, y que actualmente se investiga la manera en que sucedieron los hechos.

El video que tengo en mis manos, tomado presuntamente por un individuo con su celular, muestra claramente la actitud indolente de la administración del lugar. Varios trabajadores, mientras el combustible fluía y se extendía por las inmediaciones, simplemente contemplaban.

Una gran aglomeración de personas intentaba recoger el líquido que se regaba, diciendo que esa oportunidad no se daba todos los días. Algunos sabían el peligro al que estaban expuestos. Otros simplemente voceaban como si aquello fuera una fiesta. Parecían sentirse bien en medio de aquella atmósfera anárquica.

A los varios minutos llegó un carro de bomberos. Se movía con lentitud, y no con el brío generalmente asociado a su importante labor. Poco después llegó la policía, pero se trataba de una sola perseguidora. Pareciera como si nadie hubiese concientizado el peligro que se corría.

La perseguidora, irresponsablemente, entró al tumulto. Esa fue la primera equivocación. Las chispas del motor en marcha pudieron haber sido las que detonaran la explosión.

Pero no fue así como ocurrieron los hechos. La chispa fue provocada por una de las motos al intentar arrancar para huir de la policía.

La gente tuvo el instinto de huir, como si estuvieran delinquiendo y temieran un castigo. Inmediatamente varias personas quedaron envueltas en aquel Armagedón. El dueño del celular que grababa corrió desesperadamente y pudo escapar a las llamas.

Una de las casas vecinas se incendió en su totalidad. La necedad de la gente que a cuenta y riesgo decidió exponerse al peligro fue una consecuencia para ellos; pero para los dueños de la casa, que probablemente no hayan podido salir de las llamas hasta pasados unos minutos, fue un verdadero accidente.