Lo que significaba el exilio

Osmel Almaguer

La Tropical de La Habana. Foto: Caridad

Cuando pequeño veía a las mujeres de mi familia aglomerarse en la habitación de mi abuela.  Abrían unos paquetes que contenían ropa interior, zapatos, adornos para el pelo y esa clase de cosas.

Esa era la ayuda mandada desde los Estados Unidos por una tía de mi abuela, el único pariente que teníamos en el exterior y que, por demás, a mí no me conocía.

Quizás por eso yo era de los niños que íbamos humildemente vestidos a la escuela, pues aunque todos usábamos uniforme, los zapatos, las medias, las mochilas y otros materiales escolares creaban diferencias entre nosotros.

Por otra parte estaban los beneficiados con el exilio de sus parientes. Las cosas que usaban eran realmente bonitas, los juguetes, las hebillas para el pelo, etc.  Porque no es que los demás no los tuviéramos, sino que los que teníamos eran verdaderamente feos. Hechos en Cuba, o traídos de la URSS, donde se fabricaba con muy poco sentido estético.

Otra cosa que marcaba diferencias era la goma de mascar.  El que la usaba era considerado automáticamente como una “gente con estilo,” aquello te hacía muy popular.  Era el contacto con el mundo. Significaba parecerse a aquellos que tanto criticaban los medios de comunicación.

Mis zapatos, en lugar de lucecitas de colores, tenían huequitos como adorno.  Eran de esos que los demás muchachos llamaban con ironía los “tumba-capitolios”, por su forma redonda y tosca, que daba la impresión de poder demoler el capitolio con solo un tropezón contra este.

Por todo ello, para mí, el extranjero significaba “eso que está más allá,” lo puro, lo celestial, lo limpio, lo ideal, la alegría; en oposición a la terrenalidad que nos era impuesta desde nuestras propias condiciones de vida.

En los 90 el país tuvo una apertura, pero también una caída económica conocida con el nombre de “Período Especial.”  Mi visión del adentro, cambió. Yo crecí.  Mi visión del afuera ha cambiado también, sin haber tenido la oportunidad de estar allí. Espero hacerlo antes de morir.