La basura que ya no es basura, sino riqueza

Por Osmel Almaguer

HAVANA TIMES – A menudo, cuando abro alguna aplicación en el móvil o estoy viendo alguna película en la computadora, escucho una musiquita bien pegadiza (jingle), que dice: “lixo que não e lixo, não vai pro lixo, SE-PA-RE”. La misma convida a reciclar aquella basura aprovechable, en lugar de desecharla, como siempre se hacía.

Esta, forma parte de un programa de la prefectura de Curitiba, en Brasil, para generar conciencia de reciclaje y ganar en cultura del cuidado ambiental.

Con ese objetivo, fue rescatada la Familia Hoja (A Famìlia Folhas), personajes protagonistas de una campaña similar que en los años 90 del siglo pasado colocó a esta ciudad como capital ecológica y referencia nacional en el cuidado del medioambiente. 

Cada 2 semanas, justo enfrente de mi casa, se estacionan dos camiones con el logo de la campaña y un cartel bien grande donde se exhibe el ideograma: SE-PA-RE.

En el primero de esos vehículos recogen el material reciclable que los ciudadanos del barrio recolectan durante ese periodo, lo pesan, lo guardan y entregan un vale para que los donantes acudan al segundo vehículo y reciban viandas y verduras a cambio.

La tasa de intercambio es de un kilo de alimentos por cuatro de materia prima.

Gracias a ese programa hemos adquirido calabazas, zanahorias, plátanos, yuca, col, remolacha y otros productos oriundos de esta región como el chuchú.

PORTRAIT_TYPE

Para quien no está interesado en recibir verduras, pero tiene conciencia medioambiental, la prefectura instauró un sistema de recogida en días alternos según el tipo de basura. Lunes, miércoles, viernes y domingo para la sólida, y martes, jueves y sábados para la orgánica.

Cada casa, grupo de casas o edificio tiene una cesta metálica donde los vecinos arrojan las bolsas de plástico. Algunos condominios tienen dos depósitos metálicos para diferenciar el tipo de basura.

Esto, además de ser cómodo para las personas, porque evita tener que llegar hasta la esquina para arrojar la basura, impide la acumulación de gérmenes en los tradicionales tanques, facilita el trabajo de los trabajadores de la limpieza y ahorra dinero a la prefectura, que no tiene que invertir millones en la compra y mantenimiento de los colectores.

Para ilustrar cómo una cultura sostenible puede calar en las personas, hace poco escuché una historia, real, dónde un niño le dice a su madre: “Mamá, mira, ahí van los hombres de la basura”. Y esta contesta: “No, ahí van los hombres de la limpieza, los de la basura somos nosotros”.

Puede parecer muy simple, pero este cambio de óptica revoluciona totalmente la concepción ciudadana de los trabajadores de saneamiento, colocándolos en un escalón por encima del jactancioso hombre productor de basura.

Miles de moradores de calles y personas humildes sobreviven gracias al reciclaje de materia prima, en una ciudad que, si bien tiene una gran cultura de la sostenibilidad, también tiene fuertes relaciones de producción y una economía latente, lo que provoca la producción de mucho material reciclable, que de otra manera estaría afeando las calles en forma de basura.

Lee más del diario de Osmel Almaguer aquí.

One thought on “La basura que ya no es basura, sino riqueza

  • Maravillosa magia el reciclaje. Aquí se debiera tomar el ejemplo. Pero en este caos eso ni se piensa. A los tanques les roban las tapas además.

Comentarios cerrados.