En busca del público perdido

Osmel Almaguer

Photo: Marco Petrovic

HAVANA TIMES — “En mis malos momentos me pongo a leer a Virgilio Piñera, entonces me siento mejor”, me dijo una amiga mientras hablábamos por teléfono. “Qué bueno que al menos queda alguien a quien la literatura todavía salva”, le dije, pensando en dos recitales de poesía que he realizado este mes, en los cuales el público no excedió las quince personas.

Lo más preocupante es que más de la mitad de los presentes estábamos involucrados en la actividad -como organizadores o autores- y el resto simplemente eran nuestros acompañantes. Nadie, o para no ser absoluto, casi nadie, había asistido por el placer desinteresado de escuchar poesía.

Según sé, en el mundo de hoy las grandes masas de personas no dedican mucho tiempo a la lectura. Internet y las novelas se llevan la mejor parte. El público que consume la poesía es aún más escaso pero, a la vez, mejor definido en su condición de mercado.

Y digo mejor en comparación con la dinámica interna de nuestras editoriales, establece un gran abismo entre los creadores de este arte y los lectores.

Por supuesto, no tenemos un mercado para la lírica, porque las preocupaciones de nuestros poetas son –casi- de primer mundo. Hay culteranismo excesivo y la mayoría no piensa en una escritura de asimilación popular.

El libro en Cuba tiene dos líneas fundamentales, la político-ideológica y la erudita. De ahí parten las decisiones editoriales. En un plano más apartado quedan aquellos libros y autores de gran demanda, como si se estuvieran reservando para no sé qué momento.

A Julio Travieso, Daniel Chavarría, Leonardo Padura, Enrique Cirules y compañía, aunque se les hacen ediciones a sus libros, no son suficientes. Otros como Angel Santiesteban quedan en un rango de “bajo perfil”. Obras como “Trilogía sucia de la Habana” no verán la luz en una editorial del patio por un buen tiempo. Todo esto es dinero que se deja de ganar.

No quiero decir que todo esté mal en cuanto al libro se refiere. De hecho se publica bastante literatura, lo que pasa es que pocos la leen. Lo que hay que lograr es un equilibrio entre política, dinero y espíritu, para que la gente lea más, y así podamos salir ganando en todos los sentidos.

La poesía, por el momento, sigue por ahí, en sus lecturas, en busca de un público perdido.

 

 

osmel

Osmel Almaguer: Hace poco solía identificarme como poeta, promotor cultural y estudiante universitario. Ahora que mis nociones sobre la poesía se han modificado un poco, que cambié de labor y que he culminado mis estudios ¿soy otra persona? Es usual acudir al status social en nuestras presentaciones, en lugar de buscar en nosotros mismos las características que nos hacen únicos y especiales. Que le temo a los arácnidos, que nunca he podido aprender a bailar, que me ponen nervioso las cosas más simples y me excitan los momentos cumbres, que soy perfeccionista, flemático pero impulsivo, infantil y anticuado, son pistas para llegar a quien verdaderamente soy.

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2 thoughts on “En busca del público perdido

  • Donde estaba el publico?, bailando chupi-chupi, tomando chispa e tren y oyendo a un regetonero decir que Marti fue producto de una borrachera, o en una shopping viendo que se puede comprar con los pocos CUC en la mano. Poesia a estas alturas?, eso es de burgueses!

  • ¿Todo esto es dinero que se deja de ganar? ¿De que dinero tu hablas? ¿CUP o CUC? Eso es billetico de monopolio. Deja eso compay!

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