El “colador” de colas
Osmel Almaguer
HAVANA TIMES, 8 dic — Cuando en un sistema rígido pero a la vez caótico la gente vive con demasiadas necesidades insatisfechas, ocurren cosas que de curiosas pueden pasar a lamentables.
Copelia, la popular heladería del Vedado, tal vez sea, junto a las playas del este, la principal, y una de las pocas, diversiones para los casi tres millones de capitalinos que de una forma u otra viven y transitan en la ciudad.
No es difícil imaginar las colas que se forman, pero sí los inventos que hace la gente para sacar partido a la situación.
El sábado, cuando marcaba en una de entradas del Copelia, había un sujeto proponiéndole a la gente entrar sin hacer la cola a cambio de cinco pesos. “Este debe estar en combinación con algún trabajador del centro,” pensé.
Pero no, la idea era exclusiva del aquel hombre, que descaradamente estaba entorpeciendo la cola, que casi no avanzaba.
Había llegado horas antes. Pidió el último. Se las agenció para que quien marcara detrás de él fuera una persona relativamente débil, a la que poder intimidar si fuese pertinente.
Luego esperó a estar casi a punto de entrar y entonces fue a la parte más atrasada de la cola y comenzó a hacer sus propuestas a los recién llegados.
Cobraba cinco pesos por persona. En el momento en el que yo llegué, ya había “colado” algunas decenas de personas, y los adolescentes que le sucedían ya estaban incómodos y protestando.
Entonces, según lo planeado, comenzó a gesticular y a gritar, en una rutina que aquí conocemos como “guapería,” y que consiste en intimidar a las otras personas.
No sé bien como terminó la cosa. Pues desistí de tomar el helado, y también de buscarme un problema metiéndome en esa disputa.
Cuando me fui. El lío continuaba. No había un policía por todo aquello. Y eso que se trata de una de las esquinas más céntricas de Cuba.
Y yo que no veo la hora de entrar al Coppelia a tomarme un helado pero si la cosa sigue asi …………..