Brasil: un destino excelente que está pasando inadvertido 

Paseo Público en Curitiba, Brasil 

Por Osmel Almaguer

HAVANA TIMES – Tengo que confesar que no elegí Brasil como mi destino ideal. Aprender otro idioma a la par que recomenzar mi vida en un país desconocido, pasados ya los cuarenta, no era precisamente mi idea de una vida mejor. Sin embargo, es el camino que Dios me deparó, y a estas alturas me da felicidad.

Cuando llegué a este país, descubrí que es una opción tremendamente buena para emigrar, sobre todo si eres cubano o de cualquier otro estado donde la vida esté siendo igual de dura.

1. La travesía es posible y relativamente barata. Aunque una travesía ilegal nunca es lo más aconsejable, para las personas que no consiguen un visado brasileño, aún es posible entrar al país por su frontera norte, entiéndase los límites con Guyana o Surinam, que a su vez son países de libre visado para los cubanos. Hace dos años, cuando crucé, los coyotes cobraban una tasa de entre 300 y 500 dólares por persona. Ahora no sé, tal vez sea un poco más, pero nunca comparable con los miles que vale una travesía hacia los EE.UU.

      2. La Policía Federal te da documentación cuando entras. Es posible adquirir gratuitamente un protocolo de refugio y un CPF (Registro de Persona Física). Son documentos con los que puedes insertarte en el país. Ten dan casi los mismos derechos que tiene un natural. Puedes trabajar, abrir cuenta en algún banco y poner a tus hijos en una escuela. 

      3. Existen un montón de leyes que te benefician. Tienes la posibilidad de recibir una ayuda en dinero y/o alimentos del gobierno, pagar tasas de corriente y/o agua bien bajas o equivalentes a cero, si tienes bajos ingresos. Tus hijos tienen prioridad para obtener una plaza en una creche (círculo infantil) o una escuela si eres madre soltera, inmigrante o persona con bajos recursos. Te puedes jubilar si eres autista o presentas otra discapacidad, ganando un salario mínimo, pero aun así trabajar y ganar un segundo salario, porque muchas empresas tienen vacantes destinadas para estas personas. Hay instituciones que te ayudan a conseguir trabajo cuando llegas y tiendas especiales para personas con bajos ingresos, etc.

      4. Por si eso fuera poco, cuentas con otro grupo importante de ONGs para apoyarte. Cientos de personas y organizaciones, iglesias católicas y evangélicas se dedican a prestar ayuda a los recién llegados. Donan ropa de frío y de verano, comida, útiles del hogar, te dan información y la oportunidad de integrarte a sus comunidades si eres creyente.

      5.No existe una discriminación evidente contra los inmigrantes. Amén de que puedas encontrar casos aislados, el brasileño común no discrimina a los extranjeros. Se trata de un país acostumbrado a recibir inmigración. Ya lo hicieron polacos, alemanes, árabes, japoneses, chinos, italianos y otros, en tiempos lejanos. En la actualidad, son venezolanos, haitianos, cubanos, argentinos y africanos, los que más lo hacen, huyendo de sus diferentes realidades. También hay uruguayos, chilenos, peruanos, bolivianos y colombianos en un discreto flujo migratorio entre países vecinos.

      6. Puedes revalidar documentación. Si eres licenciado, tienes posibilidades de revalidar tu diploma. Pero también existen muchos cursos gratuitos impartidos por entidades gubernamentales, de gran credibilidad profesional, que te pueden avalar para encontrar mejores empleos, en caso de que no consigas revalidar. También puedes traducir tu licencia de conducción y así te ahorras los 2 mil reales que vale la escuela de conducción.

      7. Tienes salud y educación gratuitas. Aunque no todos los estados de Brasil tienen la misma calidad de vida, al menos en los estados del sur es posible recibir atención médica primaria de forma gratuita. En los puntos de salud, equivalentes a los policlínicos cubanos, te dan gratis los medicamentos prescritos por los médicos. La educación hasta el Ensino Médio (equivalente al pre-universitario) también es gratis.   

      8. No es el sueño americano, pero da para llevar una vida decente. En especialCuritiba, capital del estado de Paraná, destaca por su abundante fuente de empleo y bajos índices de violencia. Los salarios no dan para comprarse una casa o un carro en un par de años, pero si te organizas bien y vives una vida tranquila y en familia, puedes hacer tus ahorros y crecer.     

      Lea más del diario de Osmel Almaguer here.