Brasil sigue siendo un país de puertas abiertas
HAVANA TIMES – El pasado 21 de agosto, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Brasil anunció un cambio en sus reglas de acogida de inmigrantes, que fue puesto en vigor cinco días después.
A priori, la noticia generó cierto estado de pánico entre los cubanos que pretenden emigrar hacia ese país, e inclusive entre los que ya estamos del lado de acá y tenemos alguien esperando cruzar.
Recuerdo que para entonces ya tenía proyectada la escritura de un diario donde expusiera la idea de Brasil como un país de puertas abiertas, con decenas de leyes que favorecen a los inmigrantes y a las personas con bajos recursos.
Entonces salió aquella publicación y llegó a mis oídos en forma de rumor. “Limitarán la entrada de extranjeros a Brasil”. ¿Y entonces? ¿Se cerró el portal?
Brasil ha venido siendo una vía de escape para miles de venezolanos, africanos, haitianos y cubanos durante los últimos años, recibiendo a personas que vienen huyendo de la pobreza per se, o como consecuencia de regímenes autoritarios.
La norma en realidad limita la entrada a Brasil de aquellas personas (principalmente provenientes de Asia) cuyos vuelos hacían escala en el país y, renunciando al destino reflejado en sus pasaportes, solicitaban asilo político para luego continuar viaje hacia países de Europa o Norteamérica.
El objetivo de este cambio es obstruir la actividad de “organizaciones criminosas” que, según investigaciones policiales, utilizaban el asilo como recurso legal para traficar con personas y lucrar.
Más allá de eso, Brasil continúa siendo un país cuyas fronteras terrestres permanecen abiertas, principalmente las que limitan con Venezuela, Perú y Bolivia. También es importante aclarar que el gigante sudamericano mantiene una política de reciprocidad migratoria y actualmente tiene acuerdos de exención de visado con 90 países, entre los que destacan los miembros de Mercosur.
Para los cubanos, durante más de 60 años, los Estados Unidos han sido el destino principal. Supongo que sea por el nivel económico y también porque el gobierno cubano solo sabe hablar mal de ellos. A la gente le entrará curiosidad, ¿no es así?
Con los estallidos de las últimas décadas, ese flujo migratorio se ha atomizado hasta el absurdo, y hoy se pueden encontrar cubanos en casi cualquier país del mundo, sin embargo, el sueño americano sigue rigiendo para los de la Isla.
Brasil es una alternativa más, pero una que merece la pena valorar con más atención, por todas las ventajas que ofrece.