Robo en movimiento

Nonardo Perea

Una guagua (omnibus) P-9. Foto: cubadebate.cu

HAVANA TIMES — Hace apenas unos días quedé con una colega de Havana Times para encontrarnos en el Vedado. Al subir a la guagua P-9  tuve la suerte de sentarme al lado de un acompañante del chófer que permanecía sentado al borde de una ventanilla; cada vez que la guagua se detenía en una parada, este sacaba la mitad del cuerpo para solicitar el menudo a los pasajeros.

Hasta ahí todo está bien, se supone que ese procedimiento, de cierto modo, agiliza el transporte y se está menos tiempo en la parada. Junto a ellos hacía acto de presencia una señora que, al parecer, formaba parte del equipo, esta permanecía de pie junto al chófer y también cobraba a los pasajeros que normalmente subían por la puerta principal; la alcancía original del transmetro se encontraba tapiada, y frente a la señora, había un pomo (botella) de plástico cortado por la mitad con menudo dentro, solo pesetas (monedas de 20 centavos).

Ambos, desde que abordé llamaron mi atención, porque no tenían una imagen agradable, vestían con ropas un poco sucias, y el que peor lucía era el que iba a mi lado que hasta le dio por encender un cigarro.

Lo peor de esta historia es que en cada alto que hacían, del pago de los pasajeros, la señora desviaba cinco pesos y se los daba al chófer, este los guardaba en uno de sus bolsillos que estaba bien cargadito. Yo, como quien no quiere las cosas, miraba con detenimiento, siempre he sido muy observador, y casi nunca se me escapa una.

Ella, tan confiada, en un momento comentó con el chófer que iban a ser cinco pesos por cada recolecta, y luego se lo dividirían entre los tres.

No sé cuántas paradas realizará el P9 en su trayectoria, lo que si sé es que hace un recorrido bastante largo, podría tener más de cuarenta, y si en cada una se guardan cinco pesos para ellos, pues están haciendo un buen día, lo que no sé bien es a quién le están robando, si al pueblo o al Estado, yo creo que a los dos, porque lo primero que me pregunto es por qué si doy un peso y el transporte cuesta 40 centavos, nunca devuelven el cambio, incluso, teniendo delante un pomo lleno de menudo.

Nada, que todo está más claro que el agua, dentro de los trabajadores del Estado están los principales culpables de que esto mal funcione, porque muchos sabemos, que este es el país del relajo, y no sé a estas alturas qué podrán hacer para controlarlo de una vez y por todas. Quizás subiendo los salarios, aunque creo que muchos cubanos ya llevan en la sangre esa necesidad de apropiarse de lo que no es suyo, y aun sin carecer de lo elemental para vivir, de igual modo robarían, porque el sistema ha contribuido a que muchos de sus ciudadanos sean grandes cleptómanos.

 

Nonardo Perea

Nonardo Perea: Me defino como una persona observadora, me gusta escribir con sinceridad lo que pienso y vivo en carne propia. Para mí resulta un tanto difícil el dialogo, soy tímido y de pocas palabras, es por ello que considero que mi mejor medio de comunicación es la escritura. Vivo en Marianao y tengo 40 años.

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5 thoughts on “Robo en movimiento

  • Por favor, usted no sabe que los choferes de guagua (con sus excepciones, claro ), tienen mas dinero que los choferes de los almendrones?

  • Jajajaja no dicen que en el socialismo los medios de produccion son de los trabajadores? Pues el chofer y sus dos ayudantes se comportan como los verdaderos dueños de la guagua. Tanto en el 3er como en el 1er mundo del malvado capitalismo en el que he vivido, venden unas tarjetas magneticas recargables que los usuarios utilizan para pagar y el chofer no tiene que estar cobrando y dando vuelto a nadie. Sabes por que en Cuba no se implementa? porque del menudo viven desde el chofer hasta el ministro de transporte.

  • Saludos, en tus conclusiones tocas la llaga, todos nos hemos acostumbrado a robarle a -liborio-; aquí en usa se refleja también en los centros de trabajo donde tienen a cubanos de empleados. Y eso q aquí hay de todo en las tiendas, pero llevan el virus inoculado.

    Parte dos. Saludos en loa países socialistas, ese problema no existía, podrían haber muchos otros, el pasaje era mediante tickets o tarjeta de abono. en Cuba no se quiere implementar por qué se cae el negocio. recuerdo que desde Laje se daban mil excusas. La malversación es muy fuerte!

  • La corrupción… la corrupción del poder absoluto que corrompe absolutamente y que viene desde el difunto para abajo o ¿de dónde sacó el difunto la plata para hacerse su casona en Punto Cero y las instalaciones en el cayo privado al sur de Batabanó, por sólo mencionar evidencias? ¿de los 750 pesos mensuales que ganaba como rey de Birania…?

  • Hola Warhol, haces historias amenas e interesantes.
    Lo que cuentas es el reflejo perfecto de en lo que se ha convertido Cuba. Ya no es que el sistema te copte la libertad, que lo hace; ya no es que el cederista te denuncie por no ser tan revolucionario como las circunstancias requieren; ya no te agrian el fin de semana con Trabajos Voluntarios y Días de la Defensa; ya no es que en la escuela le lavan el cerebro a tu hijo con ideología comunista.
    El cotidiano se ha ido volviendo una experiencia bien desagradable y no precisamente por el hambre, la miseria o la persecusión poítica…
    Ahora es el funcionario del Estado (por ejemplo el chofer o el dependiente del agro) que te roba, maltrata, humilla y zarandea como le da la gana; y así vivimos humillados sin darnos cuenta, nosotros que nos pensábamos un pueblo de guapos. Y ni tú ni nadie se trave a decirle al compinche del chofer: Apaga el cigarro que está prohibido aquí, y además molesta a un montón de gente…
    Ahora es el vecino que te pone Reguetón a todo meter a cualquier hora y te cuesta trabajo encontrar a otro vecino que reconozca que le molesta. Y no llames a la policía; posiblemente se sume a la fiesta.
    Ahora es que no quieres que tu hijo se crie como un delincuente y adopte valores y aptitudes de bajo mundo (el curso por excelencia impartido en la gran mayoría de las escuelas de nivel medio en el país) pero tampoco quieres que viva encerrado en una urna.
    Si se tratara simplemente de un dictador que nos tiene amedrentado con sus mecanismos de represión (como cree Marlene Azor) fuera un poco más sencillo resolver este problema. Habría que arriesgar el pecho a las balas y estar dispuesto a derramar sangre. Pero al punto a que ha llegado la situación, de verdad es que yo no sé, no tengo idea de cómo podría resolverse. Si te enfrestas de tú a tú con el tipo del cigarro en la guagua posiblemente te arrastren y te humillen más aún, o termines en una estación de policía con una mancha en tu espediente policial por generador de desorden público (yo la tengo). Si tomas el número de la guagua y lo denuncias es muy probable que caiga en el vacío.
    Mi solución ha sido -no sé si la más correcta o valiente- alejarme. A otro país, a los campos de Cuba, a cualquier sitio donde la calidad de las relaciones humanas no haya degradado tanto.

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