Otra vez en el purgatorio

Warhol P

El policlínico Finlay en Marianao.  Foto: www.panoramio.com
El policlínico Finlay en Marianao. Foto: www.panoramio.com

HAVANA TIMES — Esta vez eran dos muelas partidas, dejé correr el tiempo para ver si podía vivir así, al menos un par de años, pero fue imposible. En poco tiempo comenzaron las molestias cuando masticaba cualquier tipo de comida. Sin chistar, tuve que acudir a la clínica estomatológica del policlínico Finlay, del municipio de Marianao.

Al llegar bien temprano en la mañana, me encuentro que en la sala de estar no había mucha gente, marqué y delante de mí solo había una persona, aún así tardé media hora en ser atendido, porque cuando ya me tocaba entró una trabajadora del centro que necesitaba de los servicios de la institución, luego de colarse, comenzó a chismear con la encargada de los turnos, cuando se sintieron satisfechas, logré estar parado frente a ella.

Con pocas ganas preguntó que tenía, le expliqué, lo que no sabía era si ambas muelas eran para extracción, o reconstrucción.

Algo que me pareció bueno, fue saber que ya no utilizaban el mecanismo antiguo, el de dar un turno para varios días después, sino que estaban atendiendo al momento, aunque un paciente me comentó que solo era por los meses de verano. Al hacerme la orden me envió a ver al doctor José Luis.

Poco me faltó para desmayarme, de solo oír mencionar el nombre del doctor entré en pánico, recordé que hacia algún tiempo fue él mismo quien dejó caer un empaste en mi garganta, y luego de varias horas lo escupí en casa.

No tenía otra opción que atenderme con él, y tampoco quise entrar en dilema con la señora de los turnos, porque en caso de negarme, indagaría en el motivo de mi negativa, y prefiero que todo fluya según disponga el señor de los cielos.

Al dirigirme al salón de al lado, entrego el papel al doctor, y acto seguido entro, me pareció fuera de lo común tanta prontitud, me hizo sentar en la silla de tortura, preguntó a lo que venía, le expliqué, y con mucha amabilidad me dice que tendré que regresar mas tarde, o al día siguiente que era sábado, pero que trabajaban hasta las doce del mediodía, con una sonrisa de oreja a oreja, me hace saber que el compresor está dañado y sin eso es imposible trabajar.

Ya me extrañó tanta eficiencia, sin decir ni una palabra me voy a casa, sabiendo que había perdido el día, pero eso no le importa a nadie, solo a mí que soy el perjudicado.

A la mañana siguiente, regreso a la clínica, voy con el mismo turno, cuando llego no encuentro al doctor, y me dirijo directamente al departamento donde entregan los turnos, le explico a la compañera que ya no era la misma del día pasado, y me dice que en ningún momento el compresor había estado roto el día anterior.

Me sentí mal, no entendí la razón del engaño, y me había dicho que podía ir al día siguiente, y en realidad él no trabajaba. Quise atenderme ese día, pero la compañera de los turnos me dijo que viniera el martes que era cuando trabajaba esa brigada, o sea tuve que esperar sábado, domingo y lunes, para lograr ser atendido.

Llegó el martes, y ya en la consulta, el salón estaba mucho mas lleno que días anteriores, enseguida que el doctor me vio fui a verlo, no le dije nada, solo le di el papel, y me dijo que esperara. Media hora después, estaba sentado frente a él, con la boca abierta. Me dijo que solo arreglaban una pieza por consulta.

Una vez más se repitió la historia, sin querer el doctor dejó caer la bolita de empaste en mi garganta, esta vez corrí con mejor suerte, y la escupí sobre la palma de mi mano, él volvió a cogerla con las pinzas, y finalmente rellenó la dichosa muela.

En todo ese tiempo en mi cabeza rondaba la idea de que la historia del compresor roto pudo ser un ardid para sacarme dinero por un servicio completo, pensé que hoy en día todo era posible, además ¿porqué la mentira?

Al irme di las gracias, fue lo único que pude ofrecerle. Y él muy sonriente, como si nada hubiese pasado, me dio un turno para dentro de 7 días.

Nonardo Perea

Nonardo Perea: Me defino como una persona observadora, me gusta escribir con sinceridad lo que pienso y vivo en carne propia. Para mí resulta un tanto difícil el dialogo, soy tímido y de pocas palabras, es por ello que considero que mi mejor medio de comunicación es la escritura. Vivo en Marianao y tengo 40 años.

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5 thoughts on “Otra vez en el purgatorio

  • A mi también me han dejado caer pedacitos en la garganta, y en dentista pagado y usando el tubito ese que va absorbiendo todo de la boca mientras ellos trabajan. Me parece que es bastante habitual.

  • Con una “merienda”””” hubieras salido en el dia con mas o menos algo arreglado y sin mucho dolor, con 5 CUC reconstruccion perfecta, por 10 CUC hasta limpieza de la dentadura completa…… pero cuidado con la medicina en Cuba del 2014, si no llevas nada siempre seras el ultimo en la cola y faltara algo por culpa del bloqueo, si llevas mucho nunca te curas

  • Warhol P, me parece que todo es una conspiracion para discriminarte por ser gay. La proxima vez tienes que ir al turno con Isbel o la misma Mariela.

  • Gracias a todos los comentaristas.
    Para el BOBO de Abela: Oye, tú crees que se trate de una conspiración, yo realmente ya ni se que pensar, pero te cuento que en la rama de la medicina hay muchos homosexuales, y los policlinicos estan minados de personas así, fue por eso que descarté esa idea, aunque también puede ser que en ese departamento en especifico, sea donde se practica la homofobia, no lo sé, eso abría que verlo.
    Saludos a todos.

  • Creo que vas bien encaminado: según me cuentan amigos “del ambiente” hoy hay más homosexuales en Salud Pública que en Ballet Nacional. Pero además, en ese sector lejos de haber homofobia, parece ser el más permisivo del país. Escribe algo sobre el tema…

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