Compartiendo con un fotógrafo estadounidense

Nonardo Perea

HAVANA TIMES — Hace unos días tuve la posibilidad de conocer a un fotógrafo estadounidense llamado Alejandro; él vino a Cuba para de manera solidaria realizar una serie de entrevistas a algunos colaboradores de Havana Times, con el propósito de promocionar el sitio, y conseguir ayuda financiera para así continuar existiendo como medio alternativo de comunicación que se gesta dentro de la Isla.

En el momento de mi entrevista, de manera escueta, hablé de mi faceta como fotógrafo, y la necesidad de obtener recursos para realizar mi trabajo de una manera más eficiente.

Y no se trata de llorar miseria, por desgracia bien se conoce que vivimos en un país donde conseguir cosas se hace complicado e imposible, más, cuando no se tiene ningún familiar o amigo en el extranjero que te las facilite.

A Alejandro, que ya había visto algo de mi trabajo, le pareció interesante, por lo que quiso visitarme, y compartir todo un día en mi casa;  lo cual debo agradecerle, porque sé cuánto los extranjeros valoran su tiempo, y el de los demás.

Lo acompañaron Yusimí Rodríguez, mi querida colega y amiga de antaño, que me ayudó con la comunicación, porque no tengo nociones del inglés, e Irina Pino, que desde hace un tiempo anda a mi lado, ayudándome en lo que haga falta.

Me maravilló conocer a un hombre heterosexual que no se sintió en ningún momento incómodo con mi obra, por el contrario, en todo momento exponía sus criterios de manera positiva, y por lo general reconoció mi capacidad como artista, y ni yo mismo podía en ese momento ser consciente de su valoración.

Luego de una amena charla entre inglés y español, decidí cambiar de género y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en otra piel, y así con mucho nervio posé para su lente.

En algún momento, Alejandro me sugirió realizar una fotografía ya famosa, que solo la han realizado chicas rubias, y nunca un hombre travestido; acepté su propuesta, y en la copia todo fluyó de manera divina. Aún desconozco el título de la fotografía,  ni siquiera pude ver la obra original, pero me dijo que estaba bien.

Ahora tengo las imágenes en mi ordenador, las observo para clasificarlas, hay que tener en cuenta que para realizar una buena foto se deben tomar muchísimas muestras, y luego escoger; de alguna manera las examino con ojo crítico, ya las he comenzado a trabajar.

Luego de una sesión que fue rápida, y sin mucha preparación ni ideas previas, pensé que pude hacer cosas mejores, haber aprovechado el momento, la posibilidad de tener imágenes con calidad, de tener a Alejandro con su extraordinaria experiencia, no importa que faltase algo de producción, ropa, luces apropiadas, en fin, siempre quiero superarme, y por lo general quedo insatisfecho, con ganas de más,pero aun así  considero que fue un gran día para todos; un día que no olvidaré, y eso es lo más importante.