Es sábado y el cubano lo sabe

Por Nike

HAVANA TIMES – Es sábado y el cubano no quiere renunciar a ser feliz, Desde que abrí los ojos escucho música y un gran alboroto en la calle. Me pregunto ¿si no habría viajado muy atrás en el tiempo?  

Me levanto voy a la cocina abro el pomo del café en polvo observo que me quedan solo dos coladas pienso que ya debo conseguir para la mañana siguiente. Una vez preparada la cafetera miro los chicharos en remojo desde la noche anterior porque si no lo hago jamás se ablandan. Todo eso me trae de vuelta a la realidad en efecto es sábado 23 de noviembre de 2024.  

Las escaseces nos hace vivir a los cubanos en un círculo vicioso; ahora es el café que se me acaba, después el arroz, el aceite etc. Casi siempre tienes que optar por uno solo, pero es sábado y el cubano lo sabe.

Desde el silencio de mi cocina trato de discernir las distintas músicas que me llegan de la calle en una parte del barrio la Bachata Dominicana se mezcla con el horrible Reguetón, inseparable de las motos eléctricas. En otro lugar se escucha a Roberto Carlos un romántico de la generación de los ‘80, Marc Anthony, punto fijo. Más cercano a mi casa la voz de José José otro romántico del pasado. Pop de los ‘80. Una mezcla rara la que llega a mis oídos que me hacen pensar que mis vecinos despertaron este sábado con deseos de hacer algo diferente.

Ya en la calle me dirijo al centro del pueblo en busca de comida. Los rostros que observo me confirman el presente que vivimos. Todos parecen irritados y tristes. La música me parece un contraste con el dolor que vive mi país, pero el cubano no quiere renunciar al significado que ha tenido siempre este día de la semana que fue festivo.

Después de una semana de trabajo el cubano esperaba con ansías salir a bailar o ir a un cabaret, a un Club o ver una buena película al cine. Comer en familia era también un hábito en las tardes o noches de un sábado.

Caminando llego al parque que es el lugar donde los de mi pueblo les gusta ir a pasar un buen rato. Allí han puesto una carpa verde con el emblema de la cerveza Cristal, en el que están vendiendo Cerveza  dispensada a 90 pesos cubanos el vaso,  me llamó  la atención  porque esa carpa nunca ha estado ahí, ¿qué está pasando? entonces veo un cartelón que decía se cumplen 100 años del restaurante La Terraza de Cojimar donde el escritor Ernest Hemingway almorzaba en los años 1940 y 1950.

Llegando a mi casa unos vecinos estaban de cumpleaños con Mariachis y todo hasta las 3 de la madrugada no se acabó la fiesta. Este fue un sábado de fiesta para algunos que no se quieren rendir y que dicen que esta es la vida que tienen y nadie les puede quitar lo bailao, como dice un refrán muy cubano.

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