El caracol gigante africano en Cuba

Por Nike

HAVANA TIMES – Todas las mañanas, una señora de 80 años, vestida con camisa de mangas largas, pantalón de trabajo, botas, sombrero, espejuelos oscuros y guantes de goma, toma un recogedor y una escoba que ha destinado, exclusivamente, para la recolección del CGA que hace más de un año ha invadido su patio.

Después de recoger, diariamente, treinta o más ejemplares de dicha especie, los echa en un tanque de acero de 55 galones, los cubre de luz brillante y los quema.

En su huerto ya no tiene una planta sana, le comieron por completo la espinaca, el perejil, ya suben las matas de plátano y aguacate, y todo el fruto que cae maduro al suelo se lo comen. Ya no encuentra ninguna especie de caracol autóctono en su patio y lo más peligroso para esta anciana es que a pesar de los cuidados que toma, su salud está en constante riesgo.

Ese molusco se ha propagado por toda La Habana con una rapidez increíble, son fáciles de ver en Alamar, en todos los barrios y poblados del municipio de Boyeros y Cojímar. La ciudad de Santa Clara y Cienfuegos, en el centro del país, también están siendo invadidas.

En Cuba nunca han existido animalitos venenosos, razón por la cual puede decirse que nuestra naturaleza es casi un paraíso, pero esta especie invasora, proveniente de Nigeria, no solo amenaza nuestra flora y fauna, sino también la salud humana, sobre todo, de niños y ancianos.

Esta variedad de caracol fue introducida en Cuba por las prácticas religiosas de santería y todo indica que ha encontrado un entorno natural muy propicio para su desarrollo. Por eso opino que el Gobierno debe tomarse más enserio este grave problema, pues la gente por sí sola no puede exterminar este animal que se propaga como plaga por todo el país.

Un ejemplo es el caso de una vecina que reunió en una bolsa de plástico un centenar de caracoles gigantes africanos que capturó en su patio y los llevó al centro de higiene y epidemiología de nuestra comunidad. Allí le dijeron que eso era problema del Ministerio de la Agricultura. Eso ocurrió en Cojímar, muy cerca de la casa de la anciana de ochenta años.

Algo que supe casi al momento de iniciar la redacción de esta información, es que ya existe una artesana que después de quemarlos, limpia con cuidado las conchas y fabrica con ellas sonajeros y aretes. Eso, aunque no deja de resultarme repulsivo y de mal gusto, pudiera convertirse en un incentivo para eliminar el perjudicial animal.

Lo cierto es que es un problema de todos, pero las autoridades deben apoyar los esfuerzos individuales de la población con medidas más urgentes y radicales. Exhorto también al Gobierno de mi país que inicie una investigación en el lugar donde fue visto por primera vez y condenar al responsable de este acto criminal que amenaza por igual a las personas y a la naturaleza.

 

Nike

Nací en La Habana, Cuba. Toda mi vida he tenido al mar como paisaje; me gusta estar cerca de él, sentir su brisa, su olor, tanto como sumergirme y nadar y disfrutar las maravillas que nos regala. Gracias a la habilidad manual que heredé de mis padres he podido vivir de la artesanía. Trabajo fundamentalmente el papier-mâché, haciendo títeres para los niños. Escribo para Havana Times por la posibilidad de compartir con el mundo la vida de mi país y mi gente.

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2 thoughts on “El caracol gigante africano en Cuba

  • es horrible lo de ese caracol gigante africano y todos los males que conlleva y además no se que científico cubano, plantea que pueden ser comestibles si se manipulan bien…asco y un gran error y lo peor es que se lo publican, por Dios, que inconsciencia.., son tan absurdas las cosas a veces ahí que nos espantan…y esa falta de control que permitió la introducción de una especie que se convirtió en plaga para mal de nuestro país…que han hecho con el transgresor? se dice que fue un santero de arroyo naranjo…merece condena perpetua…

  • No me canso de repetir el daño que hace la religión yoruba a nuestro medio ambiente, ahora tenemos a ese caracol que provoca tantas enfermedades peligrosas. Creo que en general esa religión se basa en hacer daños a las personas, tanto físico como espiritual, ellos trabajan con huesos de muertos, sacrifican animales. Es terrible. Me parece que el gobierno debe tomar acciones para que no se extienda la plaga del caracol y organizar brigadas para eliminarlo en las zonas donde se reporta su presencia. La salud de la población peligra.

    Y poner a accionar a la policía en las zonas donde los santeros hacen sus rituales, meterles una multa por la cabeza de miles de pesos a ver si dejan de ensuciar nuestras playas, rios y bosques. La religión que se hace por dinero es una de las peores, la manipulación y el dinero que estafan les reporta una vida cómoda.

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