Comentarios pueblerinos

Por Nike                                           

HAVANA TIMES – Quiero contarles algunas de las cosas que más comentan los cubanos hoy en la calle. Puede parecer aburrida la reiteración en los temas tanto como la coincidencia de los lugares. Las dos cosas son parte de la rutina diaria en mi país. Estos comentarios no siguen un orden cronológico, los he ido anotando en distintos lugares en el transcurso de este mes y tal como han ido apareciendo los comparto hoy con ustedes.

Hace unos días en la esquina de mi casa una madre le contó a otra que no había mandado al hijo a la escuela porque no tenía pan para darle en el desayuno.

En una parada de guaguas dos madres hablaban del nuevo uniforme escolar. Una contó que había tenido que ir a la escuela y discutir con la directora porque le tenían al niño loco con la seguidilla de que debía ir con el nuevo uniforme. Contó que se había enfrentado a la directora para que dejaran en paz al niño porque ella primero tenía que alimentarlo y no podía gastar dinero en uniformes y por lo tanto el niño iba a seguir el curso con el viejo uniforme y no quería enterarse que volvieran a molestarlo.

Una mañana al llegar al agro me encuentro dos ancianos sentados en la entrada sobre dos cajas de madera. Los ancianos discutían sobre el nuevo código de las familias en este caso sobre el derecho de los hijos a que en la bodega les guarden los mandados del mes y no se le entreguen a los padres. No me detuve a escucharlos mucho. Apenas unas palabras me bastaron para pensar que esto incentiva a un más la miseria y los conflictos entre las familias en Cuba y que dos ancianos inviertan un poco de su tiempo en problemas que a su edad no debieran importarles.

En otra ocasión en el puesto mientras escogía malangas –la libra cuesta 60 pesos y la de la calabaza 30- para espesar un potaje, llega una señora y después de recorrer con la vista las tarimas pregunta ansiosa si tenían boniato.

El puestero la llama y en voz baja con misterio le dice al oído que tenía boniato a 50 pesos la libra. Ella le responde que no importaba el precio porque le hacía mucha falta. El vendedor le trae unos boniatos de un rincón oculto los pesa y al entregárselo le advierte a la mujer que no los compró en su local. Satisfecha, la mujer le respondió que no se preocupara. Al releer esta nota me hice la pregunta ¿Será esto lo que llaman economía de guerra?

En ese mismo momento un señor que escogía yucas le pide al puestero que le corte las puntas a las yucas. El señor le muestra las puntas de las yucas y le explica que él no se puede comer esas puntas negras. El puestero sin mirarlo le responde que NO, ¿qué tú quieres, que me las coma yo? El señor disgustado tiró las yucas en la tarima y se fue.

Una mañana salgo a el jardín de mi casa para regar una matica de Plumerias; en la calle dos personas mayores de 60 años conversan. La señora le decía al señor: “este país está quebrado y hay que cambiar para el capitalismo”, el señor mira al piso y le dice: “yo pienso lo mismo”.

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Nike

Nací en La Habana, Cuba. Toda mi vida he tenido al mar como paisaje; me gusta estar cerca de él, sentir su brisa, su olor, tanto como sumergirme y nadar y disfrutar las maravillas que nos regala. Gracias a la habilidad manual que heredé de mis padres he podido vivir de la artesanía. Trabajo fundamentalmente el papier-mâché, haciendo títeres para los niños. Escribo para Havana Times por la posibilidad de compartir con el mundo la vida de mi país y mi gente.

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One thought on “Comentarios pueblerinos

  • El monstruo CASTRO aún no se ha mostrado en todo su ser. Lo que hemos visto es el tercio histórico. Sí los tanques salieran a las calles, tampoco se estaría mostrando en su totalidad el monstruo. A esa abominación la veremos después del comunismo, sea cual sea la transición. El monstruo será un apellido transportado por su descendencia jóven. Corrompiendo todas las entidades y dándole estatus civil a sus sabuesos.

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