Nacer o tirarse en paracaídas

Caridad

Dreaming of babies.
Sueño con bebés

En un par de años será riesgoso para mi salud tener un hijo. No quiero decir que conozco a fondo mi estado de salud actual,  podría ser riesgoso ahora mismo quedar embarazada. Pero, con seguridad, a los 36 comenzará una etapa muy delicada si pretendiera dar a luz.

Debe haber sido una persona muy sensible (o muy romántica) la que inventó esa frase: dar a luz.

Y creo que sí, creo que dar vida a algo dentro de uno mismo resulta en Luz.

Desde hace un tiempo ha comenzado a sucederme eso que temí desde que tomé la decisión de no tener hijos: soñar con bebés, quedarme mirándolos con más insistencia de lo acostumbrado, y sentir algo extraño dentro de mí, imaginar luego  que esa niña(o) podría ser mía, qué dulce….afortunadamente enseguida me imagino 10 años después, cuando el nene sea un adolescente, o cuando simplemente haya comenzado la escuela…

La escuela. Pequeño detalle a tener en cuenta si se piensa, en estos momentos, en criar a otro ser.

En los países desarrollados los escolares han optado por el entretenimiento de matarse entre ellos – ya sé que es un modo bastante sarcástico de decirlo.

Aquí, para ser justa y sincera, no se matan entre ellos, pero el sistema educacional ya no logra convencer.

Pero en estos días no me detengo mucho en ese detalle, ni en el absurdo Servicio Militar Obligatorio (¿que podría extenderse a las mujeres?), ni en el momento en que deba abrir mis brazos para dejar crecer lejos de mí a mi semilla.

En estos días podría haber tomado la decisión contraria a la que mantenía hace 10 años.  A pesar de que soy lesbiana el asunto de encontrar un padre biológico no me incomodaría tanto como a otras que, con sus razones, prefieren concebir al hijo sin tener contacto físico con un ser masculino.

Quizá ha llegado el tiempo de concebir, mi momento psíquico, espiritual, biológico. Pero no puedo.

Al menos este año es imposible. Sería una locura total.

Mi sueldo es de 405.00 pesos. Eso equivale, aproximadamente, a 16 cuc, la moneda equivalente al dólar, con la que, ya saben, se hace el 98% de las compras.

No tengo familiares que me envíen remesas.

Un supuesto padre de mi hijo -alguien dentro del círculo de mis amistades – no tendría un salario superior a los 20 cuc.

¿Cómo me las arreglaría para mantener a otra persona?

No tengo casa.

Vivo en un apartamento de bajo costo, construido con materiales que conservan la humedad y reproducen polvo continuamente. Mi habitación es de 3x3m cuadrados.

Para “terminar el mes” (como llamamos al acto de subsistir después de que se nos termina el salario), tengo otro trabajo en mis horas libres.  Pero si tuviera un hijo tendría 0 horas libres.

Imagino que mucha gente (que no vive como yo) piense que me ahogo en un vaso de agua, o que si no estoy casada no tengo por qué tener un hijo, o que si el resto de la humanidad hubiese pensado como yo, nos habríamos extinguido.

Dicen que lo mejor es no pensar tanto las cosas, que se resuelven en medio del camino.

Cada día veo más lejana la posibilidad de tener lo mínimo para comenzar el camino. Me conformo con muy poco en el aspecto material.  Pero no me atrevo a  exigirle  tanto a una criatura solo porque yo necesité traerlo al mundo.

La fe y la esperanza me pueden servir.  Pero no por mucho tiempo.