El reguetón, Descemer Bueno y mi opinión

Miguel Arias Sánchez

Decemer Bueno

HAVANA TIMES – Debo empezar por decir que no soy un entendido de la música; aunque mi padre era violinista ninguno de sus hijos sacamos su talento. Eso sí, desde niño me gustaba mucho oírla, sobre todo, romántica; me sentaba en un sillón pequeñito y me pasaba horas escuchando la radio.

Yo diría que a todos los cubanos les gusta la música, ya sea clásica, bailable, moderna o antigua, para gustos se han hecho los colores.

En Cuba, a lo largo de su historia hemos tenido innumerables compositores muy buenos, reconocidos internacionalmente como Ernesto Lecuona, Luis Marqueti, Juan Arrondo, entre otros. Sus canciones, por su belleza y calidad, han recorrido el mundo entero y son cantadas en diferentes idiomas; hoy siguen tan vigentes como al principio.

Hemos tenido también cantantes excelentes muy buenos que interpretan tanto sus propios temas como los de otros, y lo hacen con sentimiento y belleza total, es el caso de Farah María, Pablo Santa María o el irrepetible, único y grande Benny Moré.

Hoy existen nuevas promociones de cantantes que ya son reconocidos y otros dentro del pueblo, que aún no han hecho su incursión en los medios. Muchos hemos visto con agrado el programa Sonando en Cuba, cuyo objetivo es precisamente descubrir talentos jóvenes en distintos géneros. No cabe duda de que ha sido una idea genial y bien recibida por todos.

Por las difíciles circunstancias que vivimos en cuanto al acceso a la información, hace apenas unos días me enteré de unas declaraciones que hizo Descemer Bueno. Sus palabras realmente me asombran. Él declaró tranquilamente, como si se estuviera tomando una cerveza o un vaso de agua que: el reguetón romántico será la música que dominará el mundo musical en el futuro, junto a otro estilo parecido, tocado y cantado en el sur de EE.UU.

¿Qué le pasó a Descemer? Él es un buen cantante y un excelente compositor, que ha llegado a la fama por su calidad. Las opiniones que ha generado son muchas y diversas.

Yo pregunto: ¿Podrá sustituirse un bolero cantado por Benny Moré, por un reguetón? ¿Podrá sustituirse una balada cantada por Luis Miguel, Mark Anthony o Marco Antonio Solís por un reguetón, por muy romántico que sea?

¿Podrá sustituirse la letra de: No sé tú, Flor Pálida o Siempre te amaré por la del Palón Divino?

Hasta el momento de escribir estas líneas no le he preguntado a ninguna mujer -lo voy a hacer para ver cuáles serán las respuestas-pero imaginemos que invitamos a una mujer joven o no, a un club, cabaret o sencillamente al malecón de La Habana, para enamorarla.

A las 12 de la noche, con la luna preciosa y el cielo estrellado usted se le acerca y en vez de susurrarle al oído una canción como Sencilla y Bella, de Álvaro Torres, usted le suena un reguetón como “quimba pa que suene”, “dámela toda”, “vírate que te cojo”. ¿Cuál sería su reacción?  Yo me imagino que en el mejor de los casos le suene una carcajada en la cara y, en el peor, se levante y lo deje solo a la luz de la luna.

Soy un convencido de que cada persona es un mundo, no todos podemos pensar de la misma forma; pero por sobre todo respeto las opiniones de los demás por ética, por reciprocidad, etc.

Admiro a Descemer por su calidad profesional, que demuestra constantemente, pero discrepo de su opinión. El reguetón, por muy romántico que llegue a ser, jamás podrá sustituir un bello bolero que es “todo sentimiento”, porque el reguetón no dice nada, no deja ningún mensaje ni huella sentimentalalguna.

 

 

 

Miguel Arias Sanchez

Miguel Arias Sánchez: Nací en Regla, en el año 1949. Allí hice mis estudios primarios y secundarios. Luego me incorporé a los cursos de maestros populares y ejercí varios años. Pasé el Servicio Militar y enseguida que me desmovilicé estudié, ya de manera oficial, el magisterio; después la Licenciatura en la Universidad de la Habana. Por casi veinte años ejercí en las aulas de la Habana. Luego tuve la suerte de viajar y conocer otra realidad. Regresé, y actualmente realizo distintas actividades por cuenta propia.

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12 thoughts on “El reguetón, Descemer Bueno y mi opinión

  • Miguel parece mentira que tú no sepas porqué Descemer tenga esa opinión. Conocí la trayectoria de Descemer cuando recién llegado de Cuba vivía en el mismo edificio en Miami Bch donde vivía una amiga mía. Ahí formaron un grupo con un montón de músicos de allá, entre ellos -la pareja de mi amiga-, Jorge Almarales guitarrista (si no me equivoco) de un grupo en Cuba que se llamaba Síntesis, en el piano Michel Fragoso, y muchísimos otros que hoy tocan con músicos de renombre como Willy y Gonzalito Rubalcaba. Descemer estuvo años pasando trabajo buscando con quién tocar para poder vivir , lo mismo daba un concierto con Gema Corredera, que con Robertico Carcasses cuando venía, hasta que tuvo la tremenda suerte de encontrarse con Enrique Iglesias, y el resto es historia que todos conocemos. Es obvio que no le ha quedado más remedio que tocar lo que sea. Yo he visto lo selectivo que son los músicos cubanos con su música original y muchos que siendo músicos de primera se están comiendo un cable por el mero hecho de negarse a cambiar su estilo, de no tocar la música que se “consume”, es triste, pero es la realidad. Ese es el motivo por el cual ahora a Descemer le da lo mismo tocar cumbia que merengue o regueton, y lo veo súper bien, por la plata que está ganando. Otra cosa, Descemer no es buen cantante, lo que SI es muy buen compositor. Y por las cosas que diga, no le hagas mucho caso, que igual se metió en un lío cuando dijo que de niño el nunca había tomado jugo por culpa del “bloqueo”, lo cual tuvo que retractarse después cuando le dijeron que había metido la pata ridículamente, ya que las frutas tropicales para hacer jugo debían estar a patadas en Cuba. Saludos

  • No me gusta el reguetón pero creo que se equivoca. Qué pasó con el rock and roll? era vulgar y ahora muchos de esos grupos son de culto. Qué pasó con el jazz? lo mismo, música de negros, y ahora es un clásico. El reguetón evolucionará y quizás también llegue a ser aceptado por la mayoría, eso lo dirá el tiempo y no lo decide ni Descemer ni usted.

  • Si es reguetonera la mujer, cuando le “canten”: “quimba pa que suene”, “dámela toda”, “vírate que te cojo”, simplemente dirá: “Sí, papi, suénalo rico”, Sí, papi, dámela toda, no te quedes con nada” y “Cógeme como te dé la gana, que yo lo gozo”. A tal palo, tal astilla. Recuerde, amigo Miguel, que mientras menor es el nivel cultural y la educación, tanto mayor es la preferencia por el reguetón. Esa es una evidencia empírica. Y en Cuba, en medio de su creciente e imparable proceso de haitianización (entiéndase: retroceso civilizatorio), el reguetón continuará su paso. No hay más remedio que sufrirlo. A mi lo que me queda es el consuelo (y el orgullo) de no formar parte de la “masa de pueblo reguetonera”.

  • El reggaeton, y específicamente el que se hace en CUba, el cubaton, tiene un buenisimo ritmo y una cruda sensualidad. Si, puede llegar a ser vulgar y sucio, pero es una música para adultos. Como mismo hay literatura y cine.

    El reggaeton se baila facil, es facil de sentir, y provoca cierta felicidad y alboroto sensual. Es un ritmo con especial energía. Nada de lloradera (y ahi si creo que jamás podrá ser un bolero..) sino que trae implícito victoria y celebración. Aun en el fracaso, Ese es su sentimiento, victoria y goza, que mas quieren?

    Ejemplo “La Palestina”, se va lo deja, pero al final ella pierde

    “Se cogio pa eso
    Esa Palestina se cree mejor que el queso
    Vino hace tres dias
    Y ya no tiene ni este peso ( Como )
    Quiere estar conmigo
    Y eso lleva su proceso”

    Hasta que se seque el malecón. En desacuerdo profesional con su viejo grupo y nada.. mejor que nunca.

    “Si preguntaste, si averiguaste, por mi
    Ahora estoy mejor que nunca
    Es mejor solo que mal acompañao”

    Y asi todo, una musica optimista en general, alegre, sensual a lo máximo cayendo en lo cochino, deliciosa para el bailoteo. Yo soy malisima bailadora pero gozo muchísimo el reggaeton. Y si, verdad muchas letras no son aptas para menor de edades como no son aptas muchos otros placeres de la vida.

    Ahora si quiere relajarse oyendo reggaeton no, no es para eso. Tiene que escucharse bailando. Si no le gusta el baile, nada. Pero si da sus pasitos de vez en cuando, pues denle una oportunidad al reggaeton. Relajense, póngase en canal de tolerancia y apertura cultural y va y les gusta.

    Saludos

    Saludos

  • El reguetón (o cubatón) está ahí, aunque a muchos (como es mi caso) nos cae como una patada, puede que evolucione hacia algo mejor, o involucione aún más. No estoy de acuerdo con usted cuando plantea que es “música para adultos”, no sé si es de su conocimiento que es ampliamente utilizado en todo tipo de actividades infantiles, que van desde un cumpleaños hasta un fiestecita de fin de curso en una escuela primaria. Decemer quiere mantenerse, seguir “en talla” y para eso tiene que adaptarse a las circunstancias actuales. Saludos.

  • Este artículo me gustó mucho porque yo mismo, que no me inclino por el tema cultural, desde hace tiempo sentía la necesidad de escribir sobre la música cubana en HT y Descemer Bueno debía ser mencionado sin falta. Debo señalar que no considero que un género musical sea superior a otro, pues solo es cuestión de gustos. La música es buena, para mí, desde dos puntos de vistas: primero si le gusta a la gente; y segundo si los especialistas la consideran buena técnicamente hablando. El género “urbano” está de moda hace ya un buen tiempo y parece que perdurará por otro tanto, aunque a muchos no les guste. Pero no hay que alarmarse, no son “comunistas”, no hay “lucha de géneros”, hasta la muerte. El bolero, la salsa, el rock, el merengue, la balada y todos los demás ritmos siguen existiendo para los múltiples gustos. No hay que sufrir por eso. Yo pienso que más que el reguetón, lo que pasa con la música es que se ha vuelto ecléctica, se ha descubierto mucha riqueza en la fusión y en las bondades de la música electrónica. Todo junto representa una gama infinita de ritmos y eso está de moda. El reguetón es parte de ello, no más. En USA y Brasil el funk, Selena (México y los chicanos) con la tecnocumbia, en Dominicana el merengue electrónico o house, en Cuba el cubatón, que fusiona timba con muchas cosas más. Es todo parte de esta nueva era, revolucionaria en todo, pero que lleva a una mayor libertad de flujo de información en lo que va incluida la música y todo contenido de consumo audiovisual. Se trata de libertad y la gente elige cosas más naturales y nada más natural que el sexo y lo alegórico a ello. Cierto que roza y hasta entra muchas veces en lo vulgar, pero todo es muy anárquico para controlarlo. Y hasta contraproducente si se hiciera. Lo bueno es que sigue habiendo de todo. Cuba tiene mucho talento, incluso en el reguetón o género urbano en general. Ya todo el mundo casi produce “fusión”, porque gusta más. Pero más allá de la melancolía, que se puede remediar con CDs de archivo, claro que debe hacerse lo que le gusta a la gente. Hay reguetón romántico, como el que hace Descemer Bueno y otros; hay más duro y sexual, pero moderado. Y hay prosaico como el del famoso “Palón Divino”. Pero si se permite el cine porno y las revistas de sexo, cómo prohibir música semejante, más si tiene un gran mercado. Aclaro que no gusto mucho del reguetón, pero sí veo creatividad artística en algunos y buenas melodías en otros. Por un rato tolero los más fuertes, pero agobian mi cerebro si sube un poco la dosis. Sigo adorando el bolero y las buenas baladas. Pero no le temo a lo nuevo, al contrario, creo que si algo gusta mucho a mucha gente es porque algo bueno debe tener. Simple lógica no elitista. Gracias al articulista por tocar el tema.

  • Ya eso es responsabilidad y decisión de los padres, no es culpa del reggaeton.

    Por ejemplo yo a mi hija a los 10 años no le iba a permitir leer Lolita. Cosa que no hace de la novela menos literatura. Mi responsabilidad. Nada mas. Y como digo Lolita puedo poner una tremenda lista de novelas no aptas, películas no aptas y ahora música no apta para tierna edad.

  • Un libro se puede guardar bajo siete llaves, se puede tener el control del Tv de la casa y hasta del equipo de música hogareño; ahora bien, siento curiosidad por saber como se puede evitar que un niño o niña escuche el reguetón que, generosamente, pone a todo volumen un “bicitaxista” que pasa por la acera de su casa,o que el vecino de al lado comparte con no menos generosidad?

  • El problema no es la música, es la falta de una legislación que deja que a usted lo abusen acústicamente las 24 horas del dia. Y la falta de educación, consideración y de respeto de sus vecinos.
    La música como tal sigue sin tener culpa.

  • Estimada Mercedes:
    A mí el reguetón me tiene sin cuidao, no me hace sentir nada de nada. Todo eso que usted dice, a mí no me va. De hecho me importa un comino la mierda que le guste a cada cual. Yo soy rockero, del rock duro, pero me lo guardo para mí, no se lo impongo a nadie. Pero resulta que el reguetón va a lo primario, a los sentimientos más simples y básicos, por eso es que le gusta a tanta gente, desde un niño hasta un adulto y, por las razones que sea – no vamos a entrar en detalles acerca de carencias jurídicas, de la irresponsabilidad de determinada gente, etc. – contribuye más a deformar que a formar valores, diga usted lo que diga. Es una evidencia empírica: mientras más bajo es el nivel educacional e intelectual de la gente, tanto más popular es entre ellos el reguetón. Y ya se sabe que las excepciones confirman la regla.

  • Hola Oreste,

    Cierto. Ese sentimiento de alboroto es para los que les gusta el reggaeton y lo aceptan, a mi me gusta. Si usted se refiere a la música a todo volumen donde quiera y a toda hora invadiendo el espacio de otro, ese es otro problema y no el reggaeton. Si se pusieran a invadir todo con música clásica igual seria una falta de civismo y de consideración.

    Yo como usted tengo también una teoría pero de los que se asquean con el regeaton. Quizás el asco visceral que el reggaeton provoca en ciertas personas tenga su causa en la necesidad de reafirmarse intelectualmente a cada momento.

    Si, es simple y primitivo, el beat y las letras, y ahí está el encanto. Yo entiendo que algo así, por lo primitivo y simple sea de gusto general, sin embargo no entiendo el masivo gusto por las canciones de Silvio con esas letras super espesas que de verdad son nada entendible. Yo creo que en ese gusto tan amplio por las canciones Silvio también hay un poco de necesidad de reafirmación intelectual.

    Yo creo que es imposible imponer un gusto musical. Y que cada cual disfrute lo que considere es apropiado, a la verdad.

    Pero hay una demonización del reggaeton que creo que es injusta.

    Saludos

  • Estimada Mercedes:
    La demonización del reguetón es justa, aunque en realidad se trata de un rechazo a los reguetoneros, por su comportamiento primitivo. Claro que no se debe (ni se puede) imponer un gusto musical. El que quiera escuchar reguetón y bailarlo y despetroncarse con él, que lo haga, pero sin agredir a los demás. Y ahí está el detalle. Con la música clásica eso no sucede, porque quien gusta de eso es una persona más cívica, más educada, mejor en sentido general. El reguetón mismo no tiene la culpa de nada. Esa “música”, para la que no hace falta tener ninguna educación musical, ni ser cantante, ni nada de nada, no se inventó sola, la inventaron los reguetoneros. El problema son ellos. Vuelvo a repetir: mientras más bajo es el nivel educacional e intelectual de la gente, tanto más popular es entre ellos el reguetón. En consecuencia, tanto mayor es el incivismo, la falta de consideración y de respeto, etc., etc. Y no se trata de creerse uno mejor que los reguetoneros; eso que usted llama “necesidad de reafirmarse intelectualmente a cada momento” no me parece la causa del rechazo, no creo que sea un asunto de intelectualismo sino de pura y simple civilidad, de reglas elementales de convivencia. Pero probablemente soy ingenuo. Probablemente la realidad real y verdadera sea bastante fea: quizás lo mejor sea una especie de apartheid social: barrios de reguetoneros, donde se maten a ruido y a violencia entre ellos, y barrios donde no se permita la entrada y el alojamiento de tales personas. Y así cada cual en lo suyo. Le confieso sin sonrojarme que esta utopía me cuadra. Ojalá pueda vivirla algún día. Entonces haré mi paz con los reguetoneros.

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