Miguel Arias Sánchez
Allí se está llevando a cabo un proyecto de restauración total, y aunque meses atrás, después de haber tirado el piso, lo volvieron a levantar, no se ha explicado aún por qué. Unos dicen por mal trabajo, otros porque no quedó con la calidad requerida, lo cierto es que se perdió todo el material que se había destinado para esa fase de la reparación: cemento, arena, gravilla, etc. etc. y como dice una canción: la culpa, la maldita culpa no la tiene nadie. ¿Y entonces?
Parece que esta vez dieron en el clavo y la obra avanza, como se ve en las fotos, pero no se ha llegado todavía a un lugar muy importante y necesario para todas las personas que transitan por allí: el baño público.
Por eso es constante la orina en los portales, en las esquinas, incluso dentro de los locales. Todo eso da muy mala impresión al visitante, ya sea cubano o extranjero y deteriora lo que con tanto esfuerzo se ha logrado.
El boulevard de san Rafael está quedando bonito, sin dudas, y aparentemente bien hecho, pero, por favor, terminen rápido el baño. Tengamos en cuenta que Cuba es un país envejecido, y cuando hay enfermos y personas mayores, ese se convierte en el sitio más visitado.
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