“Utopía en La Habana” en la #00 Bienal

Lynn Cruz

HAVANA TIMES – Gerardo Mosquera, importante crítico de arte e intelectual cubano, tuvo un gesto solidario conmigo, al convidarme a leer su ponencia: “Utopía en La Habana”, como parte del evento teórico dentro de la Bienal 00, que está aconteciendo de manera independiente y no pocas presiones ha recibido por parte del Gobierno e institucionalidad cubanos.

La noticia de que prestaría mi voz a sus palabras me hizo olvidar durante varios días la incertidumbre laboral que enfrento, ante la arbitraria decisión del régimen, que me impide trabajar como actriz, a pesar de que siempre he vivido y desarrollado mayoritariamente mi carrera dentro del país.

Con subsede en el Instituto de Artivismo Hanna Arendt (Instar), de Tania Bruguera, ese encuentro teórico se produjo el domingo, con la asistencia de un considerable grupo de artistas, académicos, marchantes, no solo de Cuba, sino también de diferentes países como Brasil, Noruega, Dinamarca, México, España, Estados Unidos.

En la ponencia, Mosquera realiza un análisis minucioso de los manejos políticos por parte del Gobierno cubano, a través del origen y desarrollo de la Bienal de La Habana, que pretendía establecer una interacción Sur-Sur, que lograra conectar a los artistas que se encontraban en la periferia (la mayoría, expresa), pero en el fondo aspiraba convertir a Cuba en el líder de la Guerra Fría, dentro del conocido Tercer Mundo.

Es curioso como Mosquera cuando rememora el origen de la Bienal expresa: “Si estamos marginados, vamos a crear nuestro propio espacio”. Se refería al aislamiento impuesto a Cuba por Estados Unidos. Sin embargo, esa misma motivación, imagino, impulsó a los autores de la Bienal 00, a rebelarse justamente contra la exclusión de las instituciones cubanas, quienes de forma totalitaria rigen la manera en que debe ser pensado y producido el arte, sin tener en cuenta las necesidades de los propios artistas.

Así la Bienal de La Habana llegó a convertirse en la quinta bienal internacional estable hasta hoy. Sin embargo, a Mosquera, uno de sus fundadores, nunca lo han vuelto a invitar. Expresa, además, que actualmente continúa el resto del equipo de organizadores desde sus inicios, sin que exista la más mínima voluntad de cambio.

Esto se manifestó claramente durante la caída del Muro de Berlín: “Cuba fue incapaz de reinventarse en la nueva situación tras la Guerra Fría. En lugar de responder a los nuevos y desafiantes tiempos, introdujo cambios menores para mantener todo igual”, refirió Mosquera.

Así la Bienal formada dentro de la utopía revolucionaria, que se integraba a la comunidad, con un ambiente participativo, donde los estudiantes colaboraban de forma voluntaria con los artistas, en pos de descubrir nuevos talentos y darles oportunidad de exhibir sus obras, terminó siendo un mercado para el arte.

Mosquera llamó la atención sobre ese gesto de atrevimiento de los organizadores de la Bienal 00, que podría beber de la experiencia pasada, siempre velando por: “No imponer un mesianismo unilateral”, y más adelante agrega: “Tiene que alejarse de la obsesión del “changer la vie” que conduce la utopía hacia el irrealismo totalitario”.

Parafraseó igualmente a Eliseo Diego: “Tal vez la mejor razón para crear una bienal es querer vivir una exposición que no existe, y entonces decidir hacerla por uno mismo”. De esa forma la utopía tendrá un lugar hasta el martes 15 de mayo en las casas galerías habaneras, de los municipios de Habana Vieja, Cerro, Playa, Vedado, Habana del Este, Marianao, Centro Habana y Miami.