La TV cubana y el Minint violan nuestros derechos civiles

Por Lynn Cruz

Orlando Luis Pardo en el fragmento de la escena de Tras la huella. Foto tomada de cubanos por el mundo.

HAVANA TIMES – El pasado domingo, en la serie policial cubana Tras la huella fue usada la foto del Carné de identidad del escritor y disidente, Orlando Luis Pardo.

Pardo salió de Cuba desde marzo de 2013, rumbo a los Estados Unidos. Actualmente vive en St. Louis, Missouri.

Antes de su salida de la Isla fue sometido a interrogatorios, detenciones arbitrarias, así como al acoso a que acostumbra el régimen contra toda manifestación pública contraria a los intereses del Partido Comunista.

Me pregunto, ¿cuántas imágenes más pueden haber sido compartidas en ese espacio, sin autorización? ¿Ser recluso o haber sido recluso le otorga el derecho a un agente del Ministerio del Interior (Minint), a pasar por encima de los ciudadanos y exponerlos al mostrar un documento que además de legal es personal?

El general Ochoa durante el juicio televisado.

No sé por qué me viene a la mente el año 1989, cuando se televisó el juicio del general Arnaldo Ochoa y de otros que cayeron como él en una especie de purga política ante las presiones de la opinión pública internacional por el vínculo del régimen con el narcotráfico.

En 2003, otro episodio ejemplarizante terminó con la vida de tres jóvenes captores de la lancha Baraguá: Lorenzo Enrique Copelllo, Bárbaro Leodán Sevila García, y Jorge Luis Martínez Isaac, quienes intentaban abandonar el país de manera ilegal. En ese mismo año condenaron a cadena perpetua a Maykel Delgado Aramburo, Harold Alcalá Aramburo, Thomás González y Ramón Henry Grillo, aunque afortunadamente ese episodio oscuro no fue televisado.

Es posible que esté relacionando todos esos eventos porque se está retornando a la práctica, de tomar medidas ejemplarizantes. Ahora se están televisando las detenciones a comerciantes y emprendedores cubanos. Han sido acusados de desvío de recursos y, probablemente, de hurto al Estado. El escenario es esperpéntico, pues sin ser procesados los han expuesto en televisión como animales del zoológico, tanto a ellos como a sus familiares.

La realidad, entonces, se confunde con la ficción en el policíaco Tras la huella, no solo alteraron la imagen de Pardo, sino también su voz, no dicen que es escritor, y menos que es disidente.

He trabajado como actriz en esos dramatizados antes de estar censurada, de hecho, mi última aparición en televisión fue justamente en ese espacio, y aunque sé que el Minint es el productor, también me consta que el productor no es ni el que escribe los guiones, ni el que decide las puestas en escenas, para eso están los guionistas y directores.

Administradora de una bodega de racionamiento, mostrada en la TV procesada por revender papas.

Ningún cubano puede demandar a la televisión cubana y eso el Minint lo sabe. Ahora bien, no espero ética de militares que sirven a un poder ciego y enfermo de un cáncer cuya metástasis se esparce en cada porción de aire que respiramos: en cada cubano corrompido por la miseria a que han sometido al pueblo. En cada hospital sin agua. En cada edificio ruinoso. En los gritos de 3 niñas de 10 y 11 años de edad que el pasado 28 de enero fueron aplastadas por un balcón debido a la negligencia y la desidia. O en cada prisionero político. O en los asesinatos que comete Zoonosis, una institución para la atención a los animales callejeros que terminó siendo el verdugo que los lanza con crueldad a los leones.

Pero sí pido ética a mis colegas; que digan: ¡NO! Hay muchas formas de solucionar un problema de producción como ese. No es primera vez que los miembros del equipo, los que están detrás de las cámaras son usados para llenar esos espacios y han brindado su imagen.

Esa acción contra la figura pública de un escritor como Orlando Luis Pardo, a quien además el régimen silencia (su nombre no figura dentro de las organizaciones ni instituciones culturales cubanas), solo demuestra que esto puede ser o llegar a ser una nueva práctica. Los cubanos tenemos que aprender a decir ¡Basta!

Lynn Cruz

No es el arte el que imita a la vida, es la vida la que imita al arte”, dijo Oscar Wilde. Y es que el arte siempre va un paso más adelante. Soy actriz y escritora. Para mí el arte, en especial la escritura, es un modo de exorcizar los demonios. Es algo íntimo. Sin embargo, decidí escribir periodismo porque me di cuenta de que yo no existía. En Cuba sólo tienen derecho a expresarse públicamente, las personas autorizadas por el gobierno. Havana Times constituye un ejemplo de convivencia dentro de una democracia y puesto que me considero demócrata, mi sueño es integrar la filosofía de este diario a la realidad de mi país.

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3 thoughts on “La TV cubana y el Minint violan nuestros derechos civiles

  • Creo que lo hacen siempre y es parte de una tradición del propio sistema. La tv y el minint son herramientas efectivas del régimen para mantenernos quietecitos y controlados, dos puntas de lanza del control social, el arma más efectiva del sistema contra el pueblo. La tv manipulando el mensaje, lavando cerebros y creando pánicos hacia el cambio. Y el minint encargado de que todos tengamos miedo a enfrentarlos, con la represión garantizada. En ese espacio se unen en una sola cosa.

  • Muy bien descrito Osmel.

  • Es penoso que esas cosas pasen, y más que una persona no es delincuente por pensar diferente, lo más triste es que esos artistas se presten para sacar la foto de un cubano que no vive en el país, que a pensó la familia de ese muchacho si estaba mirando el programa.

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