La Revolución cubana vista desde el prisma de una plebeya

Por Lynn Cruz

HAVANA TIMES – Hace poco estuve leyendo las visiones de distintos filósofos a lo largo de la historia respecto a la evolución del bien y del mal. Para los utilitarios como Francis Hutcheson “el mayor bien para el mayor número” y lo convirtió en el criterio del bien.

Desde este punto de vista se puede decir que la radicalización de la Revolución cubana dejó fuera de la ecuación a las minorías, y fue la razón por la cual ganó tantos simpatizantes. Por supuesto, cuando vemos el fenómeno con distancia se establecen grandes cismas entre ese pasado glorioso y el rumbo que tomó la ruinosa nación cubana. Las medidas aquellas fueron populistas.

Uno de los conceptos que me gustaría manejar es el de ciudadano. Para los griegos no se podía ser ciudadano sin ser político. La palabra política viene del griego polis = ciudad. Policía y cosmopolita también tienen ese origen. La política es el arte propio de los ciudadanos, arte social, arte de vivir en sociedad.

¿Ahora bien cuáles eran las prerrogativas políticas en el Estado griego? Corresponden al derecho del ciudadano de participar en la gestión de los asuntos públicos.

¿Cuáles eran las prerrogativas jurídicas? Uno de los privilegios esenciales del ciudadano es el derecho de propiedad y el acceso a los tribunales y garantías judiciales.

¿En qué momento dejamos de aspirar a ser ciudadanos para convertirnos en esclavos? Es importante aclarar que muy pocos cubanos antes de 1959 eran propietarios. Pero el empeño, el motor impulsor de la lucha de clases y el papel importante del movimiento sindical cubano expresaban esos ideales.  Por eso Fidel Castro comenzó con la Reforma Agraria, entregándole las tierras a los campesinos.

Ahora bien, esa intención desaparece cuando se eliminó el concepto de propiedad privada por estatal. El problema nuestro sigue anclado en la nacionalización de las empresas estadounidenses y la expropiación de las clases medias y altas. O sea, la política del saqueo o de Robin Hood. 

¿Por qué el pueblo cubano no se rebela? Los que viven fuera suelen asociarlo a que quienes vivimos en la Isla somos unos carneros o unos cobardes. Para Nietzsche existe un conveniente olvido y la falta de espíritu histórico de sus contemporáneos. El concepto de bueno se desprende de “noble” y el “malo” de plebeyo. Las nociones de lo “bueno” son establecidas y jerarquizadas por los aristócratas.

¿Por qué salieron huyendo las clases medias altas y los ricos de Cuba en el año 1961? Por lo mismo que lo hicieron las clases populares en 1980, 1994 y 2015 con la crisis de cubanos varados en Centroamérica. Porque Fidel Castro implantó un régimen autoritario. Siguió repitiendo el mismo esquema, el de cortar cabezas y atrincherarse cuando veía su poder amenazado. Pero gradualmente los migrantes se fueron alejando de aquellos propietarios, quienes por consecuencia tampoco los consideran ciudadanos.

Los de allá ven al Gobierno revolucionario como un usurpador. Por su parte, el Gobierno revolucionario se considera el dueño absoluto de la tierra, teniendo en cuenta que los cubanos no tenemos derechos civiles.

La Constitución que respetan nuestros compatriotas en la Florida es la de 1940, la cual dice que, si uno abandona el país por más de 30 años, pierde el derecho sobre sus propiedades. He leído algunos comentarios respecto a ello, cuando he puesto estas interrogantes en mi muro de Facebook. Han argumentado que no salieron del país por su propia voluntad, que la Revolución los obligó a marcharse.

Aquellos que conquistaron Miami fueron los primeros con un estatus legal que les facilitó el Gobierno de los Estados Unidos por ser refugiados políticos.  Salieron con patrimonio intangible, hablaban inglés, otros negociaban con compañías estadounidenses desde Cuba. Se podría inferir que no les fue tan difícil en un momento en que el capitalismo, igualmente, permitía otras ventajas, como poder amasar fortunas. 

No estoy minimizando la tragedia. Esto no es necesariamente sinónimo de felicidad. No hay nada más traumático que salir de imprevisto de tu tierra dejando tus pertenencias, además. Especialmente las niñas de bien como se dice en Cuba, que nunca habían trabajado y terminaron de obreras.

Pero ¿tengo yo la culpa 61 años después? Mi padre es de origen campesino y se alistó en el ejército para salir adelante. A él la Revolución cubana le dio oportunidades como a muchos naturales de los campos de provincia, donde según él me narra había tremenda miseria.

Pero mi padre hace 15 años que no ve a su hijo balsero. ¿No creen que hasta los que han defendido el sistema con sus razones han sufrido pérdidas dentro de este totalitarismo? Mi padre estuvo en una guerra que no le correspondía. Peleó en África, ¿por qué cuando se habla del dolor del exilio solo pesa el patrimonio tangible?

¿Quién me devolverá los 11 años que estuve sin ver a mi hermano? Le negaron la entrada a Cuba en 2007, por el hecho de haberse ido de manera ilegal. No quiere volver a ser humillado. Pude reencontrarme con él gracias al programa de visados durante el mandato de Barack Obama.

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