INSTAR, espacio en Cuba donde los intelectuales y artistas son los protagonistas
Lynn Cruz
HAVANA TIMES – Este fin de semana se presentó en el Instituto Internacional de Artivismo Hannah Arendt INSTAR, dirigido por la artista visual Tania Bruguera, un ciclo de películas del productor y realizador Ricardo Figueredo. La Muestra Cine Independiente-Cine pendiente acontece el último fin de semana de cada mes. Instar es mucho más que estas proyecciones así que los interesados pueden acercarse a su sede, ubicada en Tejadillo 214, entre Aguacate y Compostela en La Habana Vieja.
La programación incluyó cuatro documentales: Despertar (2011), filme que provocó la inconformidad y posterior renuncia de Fernando Pérez (uno de los directores cubanos más importantes vivo) de la Muestra Joven Icaic. Operación Alfa o lo que le pasó a Benito Manso (2011). La Singular Historia de Juan Sin Nada (2016), discutida en el Festival de Cine de Gibara, a cargo del actor Jorge Perugorría, a donde finalmente la vetaron, y La Teoría Cubana de la Sociedad Perfecta (2018). Todos gestados por la casa productora, Cooperativa Producciones fundada por este cineasta junto a Diana Reyes.
Así, Figueredo se convierte en el cuarto realizador invitado a este espacio protagonizado por los directores, el cual tengo el gusto de moderar. Es importante recordar cómo nació este proyecto y cómo llegué a conducir la Muestra que en principio solo coordinaba. Bruguera me convocó. Ella tenía la fantasía de hacer un cineclub. Como existen cineclubs a lo largo y ancho de la Isla, le propuse pensar en algo distinto. Juntas le dimos el acabado a esta Muestra que fue rechazada por tres críticos importantes y de distintas generaciones.
Inaugurada por el cineasta Miguel Coyula (el único invitado que no tuvo moderador) el pasado mes de junio. Ante la negativa de los críticos, decidí tomar el toro por los cuernos y prepararme por mi cuenta para los siguientes directores. Tengo que agradecer la confianza depositada en mí por Bruguera, quien no dudó nunca de mi capacidad, a pesar de mis miedos frente a lo des-conocido.
Esperábamos, además, que el cineasta Fausto Canel estrenara el espacio, pero por problemas burocráticos (Cuba exige un trámite anormal para cubanos que abandonaron la Isla antes del año 1971, a su vez en la agencia de tramitación en la Florida omitieron esta información) fue impedido de viajar a La Habana, desde el aeropuerto de Miami.
La presencia de Canel ha sido vital dentro de la filosofía que defendemos: “Retomar las ideas de quienes como él fundaron el Instituto del Arte e Industria Cinematográficos Icaic”. Los cineastas de entonces crearon un manifiesto que, entre otras cosas, negaba la perfección del cine de Hollywood. Se trataba del Nuevo Cine, Cine Libre o Imperfecto.
Creo firmemente que artistas como Coyula, Yimit Ramírez, quien constituyó la figura invitada el pasado mes de agosto, así como Figueredo (aunque muchas veces de manera inconsciente), son herederos de aquellas ideas del cine cubano de los 60, que retornan de forma misteriosa.
Dentro de las propuestas que también manejamos se encuentra la confección de un nuevo manifiesto en el que participen todos los que han sido convocados por esta Muestra, incluido Canel. Por otra parte, se prepara una BiblioMedia, con el fin de garantizar la conservación y preservación de los filmes. Aspecto este que enmarca un problema mundial del cual Cuba no queda exenta, especialmente los independientes o quienes han sido borrados de la gran pantalla nacional.
Aun con el Decreto Ley 373, en el cual se han manejado coincidentemente estos problemas, no aparece una solución inmediata, entre otros factores, la crisis económica que empieza a ser interminable. Por otra parte, dado el eterno conflicto entre artistas y políticos durante estos sesenta años, no es difícil predecir que los archivos y las bóvedas continúan cerrados para películas y directores malditos.
Muchos como Canel, Eduardo Manet, Fernando Villaverde, Néstor Almendros, Nicolás Guillén Landrian, Orlando Jiménez Leal, entre otros, continúan sin ser liberados auténticamente del “olvido”. En el caso de Coyula, actualmente persiste la voluntad de usarlo como escarmiento al gremio que no ha dudado en apartarlo. Tal vez porque a pesar de todo sigue adelante contra todas las banderas. No teme mostrar sus películas en espacios considerados por el poder como “contrarrevolucionarios”, como la casa galería El Círculo, que dirige el artista visual Luis Trápaga, y en ello se perciba una amenaza.
Para cerrar quiero recordar un momento de la película Easy Rider, el personaje que interpreta Jack Nicholson expresa: “Ellos temen lo que tú representas. Nunca trates de decirle a alguien que no es libre, porque incluso estaría dispuesto a matar con tal de probarte que sí lo es”.