El científico Ariel Ruiz Urquiola, un eslabón suelto en la ONU

Por Lynn Cruz

El científico cubano Ariel Ruiz Urquiola en el Consejo de Derechos Humanos en las Naciones Unidas en Ginebra

HAVANA TIMES – La hazaña que realizó el científico Ariel Ruiz Urquiola luego de cinco días en huelga de hambre y sed frente al Consejo de Derechos Humanos en las Naciones Unidas en Ginebra, dejó una enseñanza: cuán lejos puede llegar un solo hombre en la lucha por sus derechos. 

He seguido la causa de Ruiz Urquiola desde el principio mismo. No tengo ni la más mínima duda de que su testimonio es verídico. Doy fe de ello en cualquier lugar donde él sea agredido o desacreditado. No por mera solidaridad, sino por la manera en que ocurrieron los hechos. Recuerdo el momento en que Omara, su hermana, me contó por teléfono que Urquiola había sufrido un desmayo a causa de un suero.

Durante el tiempo de su prisión de conciencia en 2018, Ruiz Urquiola hizo también una huelga de hambre y sed, para reclamar su libertad. Fueron 16 días y lo trasladaron a la sala de penales del Hospital Abel Santamaría, en la provincia de Pinar del Río. El científico en aquel momento desmintió a los médicos cuando dijeron que aquel suero había sido solo de Destroza.

Lo que nunca imaginé entonces es que la crueldad gubernamental llegara tan lejos. Ahora bien, y usaré como ejemplo un video del artista visual Lázaro Saavedra, en el que aparece una loma de frijoles. Un frijol se escapa y es aplastado por un martillo. Ese martillo representa el poder. Esta sería la analogía para la intervención que logró Ruiz Urquiola en la ONU. Llegó como un electrón libre y generó caos dentro de esas oficinas. Los políticos detestan la anarquía. Tenía todo en su contra.

Luego viene la parte que nunca vimos los que seguíamos la noticia, y fue la decisión de que Ruiz Urquiola entrara en una agenda de tráfico de personas, representado por la ONG Ingenieros del mundo radicada en La Florida.

En este punto me quiero centrar ahora. El Gobierno cubano ha transmitido de generación en generación su cuento, como lo ha hecho la Iglesia Católica. Entre el mito del David contra Goliat se encuentra el hecho de desacreditar durante 61 años al exilio.

Luego buscas la información que aparece disponible en la web respecto a las organizaciones y fundaciones que financian a los opositores políticos dentro de la Isla y te das cuenta que esos fondos provienen principalmente de la Casa Blanca. Y si te sumerges aún más te encuentras el binomio Donald Trump con el senador cubanoamericano Marco Rubio.

No importa si el científico trabaja en Alemania y recibe un salario que nada tiene que ver con los fondos que provienen del Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos. 

Las circunstancias le cambiaron la voz a Ruiz Urquiola. Él demandaba atención respecto al crimen de lesa humanidad cometido contra él y su hermana. Mala praxis médica con el cáncer de Omara, y la inoculación del VIH a su persona en el supuesto suero de destroza. 

Pero el científico no ha hecho una carrera política. Él solo ha sido una víctima de su carácter libertario. El mismo que lo hizo curar con sus propias manos a su hermana, cuando los oncólogos la desahuciaron.

Ruiz Urquiola es, además, un activista de los derechos medioambientales. A los ecologistas no los quieren en ninguna parte y el Gobierno de La Habana demostró que no es diferente. Los que lo atacaron a Ariel en la ONU si eran funcionarios públicos que dominan todos esos códigos y analizaron su perfil previamente.

Su intervención fue interrumpida de modo que apenas pudo hablar. Comenzó denunciando las misiones médicas, a causa de la agenda en que fue incluido. Como no ha sido misionero, ni ha padecido esa injusticia, la exposición perdió fuerza. Su verdad se distorsionó y los enviados de las autoridades de la Isla desviaron la atención respecto a su testimonio, que era lo novedoso allí.

A pesar de las buenas intenciones de esa organización en la Florida, las de apoyar la soledad del científico para darle voz a su demanda, solo la delegación australiana simpatizó con él. Los ingenieros del mundo… le regalaron en bandeja de plata los argumentos con los cuales el Gobierno cubano sigue engordando su ficción. Porque a golpe de represión el Estado ha llevado muy bien la pandemia, incluso apoyó a muchos países, a pesar del precio que tiene que pagar un médico cubano por esa solidaridad. 

Claro que Ruiz Urquiola decía la verdad sobre la trata de personas. Los médicos cubanos participan de una transacción del 25 por ciento, mientras el arca estatal se embolsa el 75 por ciento restante. Por eso resulta intolerable el argumento de que no exista dinero para los tratamientos del cáncer, como le sucedió a Omara.  La culpa la carga el embargo. De nuevo el círculo vicioso, porque el gobierno cubano no le paga ni a sus acreedores, ¿cómo creen que saldará sus deudas con los antiguos propietarios cubanos?

La política es el mundo de la negociación no de la justicia ni de la verdad. Mientras el pueblo continúe indefenso, las denuncias serán solo de unos pocos, por tanto, seguirá ganando el Gobierno cubano. ¿Por qué? Porque Cuba es un país pobre, que solo importa a los cubanos dignos.  Hay un gran número de coterráneos que va a lo suyo, dada la imposibilidad de cambiar esa realidad. De esta forma se envilece y extermina cualquier causa noble.

Lynn Cruz

No es el arte el que imita a la vida, es la vida la que imita al arte”, dijo Oscar Wilde. Y es que el arte siempre va un paso más adelante. Soy actriz y escritora. Para mí el arte, en especial la escritura, es un modo de exorcizar los demonios. Es algo íntimo. Sin embargo, decidí escribir periodismo porque me di cuenta de que yo no existía. En Cuba sólo tienen derecho a expresarse públicamente, las personas autorizadas por el gobierno. Havana Times constituye un ejemplo de convivencia dentro de una democracia y puesto que me considero demócrata, mi sueño es integrar la filosofía de este diario a la realidad de mi país.

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