Cuba y la decisión de Fidel Castro

Lynn Cruz

Fotograma del documental “Nadie” de Miguel Coyula

HAVANA TIMES – Desde mi infancia vengo escuchando que Cuba es una isla pequeña, por tanto, el Gobierno de los Estados Unidos es un abusador por tomar medidas tan severas en condiciones de desventaja. Claro, como imperio al fin, es una práctica usada por este en muchas partes del mundo. No es que esté de acuerdo, pero es la realidad y para cambiarla no solo dependerá de un mero capricho.

Si bien, con el tiempo, se ha demostrado que el emperador Hirohito tuvo gran responsabilidad con la presencia de Japón durante de la Segunda Guerra Mundial- tras las bombas atómicas lanzadas a los japoneses por parte del Gobierno de los Estados Unidos, y ante la magnitud del adversario, decidió crear alianzas.

Con el tiempo y aunque no significa la felicidad ni el mismo progreso para todos, constituye hoy una de las primeras economías del mundo. Otro ejemplo, que sigue los mismos pasos, con experiencias parecidas lo constituye Vietnam.  

En cambio, en Cuba, Fidel Castro optó por el suicidio. Tal vez por su sangre gallega, esa nostalgia ancestral mezclada con el rencor de haber sido destronada España por los Estados Unidos en calidad imperial. 

Lo que no supo el pueblo cubano de entonces, mientras festejaba el triunfo revolucionario que declaraba al Partido Comunista como el regente y soberano de Cuba, era que quien se suicidaba no era Castro, sino que este aniquilaría a su propia gente.

Así exterminó primeramente a la familia, que si bien es un precepto burgués que esta sea el núcleo de la sociedad, el hecho de haberla dividido fue uno de los primeros goles del sistema. Actualmente, y en mi caso, he sido expulsada de la casa de mis padres por criticar, vía telefónica, a la Seguridad del Estado.

En ocasiones, cuando mi padre me aconseja que tengo que tener cuidado en la manera en que me expreso, porque eso tiene consecuencias y él no me va a ir a visitar a la cárcel, yo respondo que la Revolución se hizo justamente para acabar con el terror y el horror durante la época de Batista y que si él siente ese temor por mí, a causa de lo que escribo, entonces eso demuestra que él defiende a un gobierno que no es bueno.

Cuando tuve la oportunidad de viajar por primera vez a los Estados Unidos, luego de haber obtenido una visa de 5 años, otorgada por ese Gobierno durante el mandato de Barack Obama, por primera vez pude aliviar mi ira.

Comprendí que mi caso no era un hecho aislado. Conocí a cubanos de distintas épocas, diferentes migraciones. Especialmente me conmovió la historia de una amiga que fue parte de los niños que emigraron durante la denominada Operación Peter Pan.

El viaje significó un encuentro muy emotivo para mí, hacía 11 años que no veía a mi hermano, de solo 13 meses de diferencia de edad. Se fue en una embarcación y con suerte llegó con vida. Entró por Playas Moradas a la Florida. Sus razones eran de tipos políticas y económicas. No quería vivir en un país donde para poder subsistir había que robarle al Estado y donde, además, no podía decir lo que pensaba de ello, pues eso lo condujo varias veces a la cárcel.

Cuando llevaba 4 años viviendo en los Estados Unidos, mi hermano se presentó en la oficina de intereses en aquel entonces, de Cuba en Washington, y el Gobierno cubano le negó la posibilidad de hacer su pasaporte y visitar a su familia en Cuba, por haber abandonado el país de manera ilegal, arriesgando su vida, debía ser castigado.

Mi infancia transcurrió durante el período soviético. A pesar de que por ese tiempo el país prácticamente era una provincia de la antigua Unión Soviética, pues recibíamos subvenciones del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), réplica chavista en la construcción de El Alba, Cuba fue incapaz de desarrollar su economía. Tampoco lo hizo durante el período venezolano.

Este apoyo soviético duró unos 30 años. O sea, en 3 décadas, Fidel Castro solo desarrolló el espionaje, y la propaganda, dos aspectos que solo perseguían la finalidad de perpetuarse y demostrarle al mundo que el socialismo, en efecto, sí funcionaba. Estos son los frentes que verdaderamente funcionan en Cuba hoy.

Los denominados logros en la Salud y la Educación no son más que alimento para esa divulgación. Si un médico recibe como salario alrededor de 1 dólar diario, en un país donde una botella de aceite cuesta 2,40 USD, y un par de zapatos, pensando en un precio mínimo, 10 USD, no debe sorprender a nadie que para atenderse en Cuba hoy hay que pagar a los médicos lo mismo en moneda fuerte, que es como se le denomina al Peso Cubano Convertible, que en especie.

Por otra parte, la educación funciona solamente por el hecho de que llevas a tus hijos de manera gratuita a las escuelas, pero tienes que terminar pagando a un repasador, una figura que ha aparecido dentro de este capitalismo de bajo presupuesto floreciente en la Isla. Este repasador viene a completar lo que le faltó al maestro público, o sea, de manera informal acudes a un privado.

Denunciar todo esto en Cuba hoy te convierte en un perseguido, interrogado, amenazado, desempleado si tienes algún nexo con el Gobierno, y si trabajas para un privado, pues este también recibirá parte de los daños y perjuicios. Terminará presionado por el poder y te dirá que tu presencia allí lo perjudica.

De esta manera concluyo, que todos estos años de aniquilamiento colectivo solo han servido para generar individualismo, un Estado sin derechos, que de protector devino en opresor. Enfrentarse al Gobierno cubano actualmente, siendo un ciudadano activo dentro de la sociedad, es semejante a confrontar al Gobierno estadounidense desde una isla en quiebra.

Puedo escribir esto, gracias a ser parte de ese aniquilamiento civil a los críticos, a quienes sacan del sistema, como mismo quedó la Isla desconectada del resto del mundo a causa de su desobediencia.

Lynn Cruz

No es el arte el que imita a la vida, es la vida la que imita al arte”, dijo Oscar Wilde. Y es que el arte siempre va un paso más adelante. Soy actriz y escritora. Para mí el arte, en especial la escritura, es un modo de exorcizar los demonios. Es algo íntimo. Sin embargo, decidí escribir periodismo porque me di cuenta de que yo no existía. En Cuba sólo tienen derecho a expresarse públicamente, las personas autorizadas por el gobierno. Havana Times constituye un ejemplo de convivencia dentro de una democracia y puesto que me considero demócrata, mi sueño es integrar la filosofía de este diario a la realidad de mi país.

Lynn Cruz has 104 posts and counting. See all posts by Lynn Cruz