Censuran nuestra obra: Los enemigos del pueblo

Por Lynn Cruz & Miguel Coyula

Miguel Coyula y Lynn Cruz

HAVANA TIMES – Tras el vértigo de ver las butacas vacías durante la representación, a la cual solo pudieron llegar dos espectadores, el colectivo de Teatro Kairós, especialmente la autora y el director de la obra, queremos compartir algunas impresiones del suceso.

Ante todo deseamos agradecer a todos aquellos, quienes a través de las redes sociales, por vía telefónica o de manera personal nos han dado muestras de solidaridad, principalmente del gremio teatral y a nuestros invitados, a quienes pedimos disculpas, por tan lamentable episodio.

Gracias al joven director Adonis Milán, quien sirvió de inspiración para escribir el texto, aportando sus ideas, en un inicio truncadas por el temor a las represalias, ante mi decisión de usar un lenguaje directo. En esa ocasión una joven dramaturga a quien el propio Milán le mostró una primera versión de mi texto le comentó: “Esto es un suicidio, no cuentes conmigo para eso”. Esa línea luego se la agregué al personaje: “Yo lo hice, aunque sabía que me estaba aniquilando, un suicidio social”.

La censura a este trabajo constituye una injusticia, pues no se había estrenado, ni publicado el texto de la obra. De modo que sólo unos pocos conocían de qué trataba. No es la primera vez que hechos como esos nos afectan, pues, en el mes de abril en ese mismo lugar, “Casa galería El Círculo” espacio liderado por los artistas Luis Trápaga y Lia Villares, un operativo policial y de la Seguridad del Estado, bloqueó las calles e impidió la presentación de nuestro documental: Nadie.

Todos esos eventos son el resultado de la descarnada censura que comenzó con la obra: El rey se muere, un texto de Eugéne Ionesco que retomó el director Juan Carlos Cremata y que provocó que lo expulsaran del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, además de insultarlo, y tratarlo como al peor de los delincuentes, sin pensar, además, en el cuidado que debe tener una institución con sus artistas, dada la sensibilidad de estos. Hay que resaltar que por primera vez salió a la luz pública la firma de esta entidad como censora, pues la antigua presidenta Gisela González puso su nombre, y este hecho marcó un antes y un después.

Ahora con los independientes, dado que el diálogo se ha ido cerrando, ni a las instituciones, ni al Gobierno, les importa esconderse como censores, y por haberlo vivido con nuestra propia carne, la orden es  repudiarnos  con los mismos métodos represivos, y de coacción que emplean con los políticos.

Aunque los rezagos del viejo socialismo perduran por estas tierras, eliminar la frontera entre “arte y política” constituye aún una trampa para amordazarnos. Que nuestro colectivo defienda el derecho a hacer un teatro político, no quiere decir que aspiremos a un puesto en el nuevo Parlamento, que irónicamente regresará al capitolio de La Habana.

En este momento además, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas ha sufrido una desintegración, pues desde hace un año se detectó un caso de corrupción en el que también estuvo involucrada Gisela González, cuando dada la crisis migratoria de Centro América, muchos de los cubanos varados en México, portaban pasaportes oficiales, confeccionados por esa institución sin pertenecer a la misma.

Un par de semanas atrás, Noel Bonilla, quien fungía como presidente tras la detención de González, fue expulsado por compartir una nota en el sitio del festival de teatro de La Habana, tomada del diario independiente 14 Y Medio, sobre la obra: Departure, del grupo probablemente con más solidez en el teatro cubano, El Ciervo Encantado,  bajo la dirección de Nelda Castillo.

Entonces, hay que resaltar la crisis que está viviendo la institucionalidad cubana, especialmente la relacionada a las artes escénicas, sin moral para repudiarnos, pues ni nos representan, ni nos inspiran.
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Notas del programa de mano de Los Enemigos del Pueblo:

Los nacidos en los años 70 constituyen en Cuba, la generación de los sin futuro.

En plena adolescencia, ocurrió el desmoronamiento del campo socialista, con él los sueños del paraíso prometido a los pioneros comunistas, de un sistema cada vez más justo y de igualdad social, se desvanecieron.

En aquel momento, la figura de Fidel Castro había comenzado a perder popularidad, de modo que el amor que le profesaba el pueblo, se transformó en miedo, en una culpabilidad sin causa aparente, donde manifestar algo en su contra, despierta al aparato de terror implantado por él mismo.

Una mujer que renace en Carlota Corday, una figura histórica, que adquiere un poder mítico y ubicuo, viaja en el tiempo y reencarna en Cuba, tras haber presenciado antes, mucho tiempo antes de su nacimiento en Francia, el incendio de Roma en el siglo LXIV durante el reinado de Nerón. Un hecho genocida, y su posterior impunidad, la llevan a cometer un nuevo crimen.

Desde un escenario desprovisto de elementos, y a partir de las bases del Teatro Pobre, concepto generado por el director polaco Jerzi Grotowski: “La nuestra es una vía negativa, no una colección de técnicas, sino la destrucción de obstáculos”,  poniendo énfasis en el trabajo del actor.

De modo que,  apropiándonos de esos conceptos, queremos mantener nuestro teatro fuera de la institución, pues solo así podrá sobrevivir. De manera que cualquier lugar (la sala de una casa, la calle o hasta la cárcel) pueda ser un escenario, donde se recupere su sentido de tribuna, su poder de confrontación y su libertad no solo de forma, sino de contenido.

Los Enemigos del Pueblo es la segunda entrega del colectivo creativo independiente Teatro Kairós, fundado en 2012 con la obra El Regreso, basado en el original La Indiana, de la autora catalana Àngels Aymar y que contó en aquel momento con el apoyo de la embajada de España.

 

Lynn Cruz

No es el arte el que imita a la vida, es la vida la que imita al arte”, dijo Oscar Wilde. Y es que el arte siempre va un paso más adelante. Soy actriz y escritora. Para mí el arte, en especial la escritura, es un modo de exorcizar los demonios. Es algo íntimo. Sin embargo, decidí escribir periodismo porque me di cuenta de que yo no existía. En Cuba sólo tienen derecho a expresarse públicamente, las personas autorizadas por el gobierno. Havana Times constituye un ejemplo de convivencia dentro de una democracia y puesto que me considero demócrata, mi sueño es integrar la filosofía de este diario a la realidad de mi país.

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2 thoughts on “Censuran nuestra obra: Los enemigos del pueblo

  • Excelente testimonio de la censura y represión a la libertad de creación en Cuba, hoy.
    La lista de censurados es enorme y constata la falta de libertad de expresión no sólo para intelectuales y artistas sino para toda la población.
    El gobierno no da señales de cambiar y generaciones completas se frustran en sus intentos de vivir libremente en su país.Cuando leí la generación que nació en los 70, es una generación que nació sin futuro, resulta que reviso todas las generaciones desde la década de los 50s y todos nacimos sin futuro en Cuba.

  • asi se vivia en la RDA en los 70′ y 80′, asi se vivia en Polonia o Rumania, Czechoslovakia, Hungria, Yugoslavia o la URSS… Fidel, Raul, Almeida, Hart, Ramiro, Ventura y todos esos nunca superaron la caida del campo socialista… perdieron todo el protagonismo historico, pasaron de ser triunfalistas con ideas de futuro a ser una aberracion aislada en una isla, todo el tiempo a la defensiva, todo el tiempo atajando cabos, todo el tiempo arreglando cosas, poniendo parches, justificando tonterias, de reuniones en reuniones, de nada en nada y sus propios hijos y familia cercana desligandose de ellos…

    estamos en el 2017 y Cuba sigue metida en el mismo hueco de incertidumbre, aferrada al concreto del muro de berlin que no quieren reconocer que ya cayo… asustados por los efectos de la Glasnost y Perestroika, muertos de miedo por las aperturas, perseguidos por el fantasma de Nicolae Ceaușescu o Muammar Gaddafi y ahora de Mugabe, ninguno quiere ser el Erich Honecker tropical…

    El socialismo en Cuba se acabo, la revolucion se acabo, no hay proceso, no hay futuro, no hay nada, solo no quieren que la gente se entere con ellos en vida, quieren morirse en su museo, no hay historia para ellos, ya vieron el jubilo popular al caer todos sus dictadores predecesores, ellos no quieren verse ahi..

    el pueblo cubano no puede hablar ni expresar lo que piensa con ellos en vida y los van a matar si es preciso.

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