Amaury Pérez tiene razón, en Cuba no existe el cine independiente

Lynn Cruz

Amaury Pérez. Foto de archivo: cubadebate.cu

HAVANA TIMES – Después de mi intromisión en un post de la productora Claudia Calviño en su muro de Facebook, donde de manera imprudente reclamé justicia, me di cuenta que Amaury Pérez, locutor de la televisión cubana tiene razón, en Cuba no existe el Cine Independiente.

 En esencia Calviño fustigaba a Pérez por haber lanzado la duda con una pregunta a su invitado el documentalista Rafael Solís donde ambos se explayaron argumentado que en efecto siempre uno dependía de alguien, por tanto tal afirmación de autonomía no es posible. Calviño hizo el recuento de los directores tanto cubanos como extranjeros, al parecer de su preferencia, para argumentar qué significa ser independiente.

El problema es que está el resto del mundo y Cuba. Aquí no existe porque no está legitimado y esa acción provoca que los realizadores autónomos  (no  así sus  películas)  respondan a la ideología estatal, en vez de a su propia manera de ver y hacer el cine. No existe también porque el Estado persiste en aparentar su control totalitario, y la mayoría se lo cree. La existencia de las películas realizadas fuera de la institución cine es un signo de des totalitarización.

Sin embargo, este programa titulado “Con dos que se quieran” ha resultado por torpeza o ingenuidad más subversivo que los propios cineastas. Ha sido lo más revelador respecto a lo que planea el poder con las películas que se han gestado de manera libre. Echa por tierra la labor solapada de los funcionarios del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos ICAIC y magnates de RTV Comercial, ambos detrás del engendro de Decreto Ley 373. Mostró el lado oscuro de la verdad, pues ni siquiera se ha informado qué tipo de sanción recibirá quien no acuda al Ministerio de Cultura en busca del carnet del creador audiovisual. Este documento será el que dictamine quién es o no un cineasta.

Sin entrar en vigor el decreto, en televisión se extermina al cine independiente pues los representantes de la oficialidad niegan su existencia.  Si sacamos la cuenta, en estos momentos ¿cuántos cineastas hay en Cuba? ¿Cuántos de ellos cuentan con sus propios equipos? ¿Cuántas películas se producen al año? ¿Cuántas de ellas se han hecho fuera del ICAIC? Entonces con esas cifras entenderíamos que el Estado ha perdido. No protegió a su cine, lo abandonó y fue tomado por asalto.

Ahora bien, es posible que muchos se digan, pero si no dialogo con las instituciones, ¿cómo consigo un permiso para rodar? Pues bien muy simple. De la única manera que se puede gestar un movimiento que luego no quede más remedio que aceptarlo es haciendo un cine de resistencia. Subvertir la lógica del poder. No hacer la película soñada sino la que esté al alcance.

Establecer una cultura comunitaria es la única alternativa posible ante la amenaza de abolir todo vestigio de autonomía. Recordar movimientos como el Dogma 95 protagonizado por los daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg, quienes crearon el “Manifiesto del Dogma 95” y el “Voto de Castidad”. Ganó popularidad internacional especialmente por su accesibilidad. Despertó interés en cineastas desconocidos al sugerir que uno puede realizar una película de calidad sin depender de grandes presupuestos como los hollywoodienses. Tal vez haya que mirar este momento como una oportunidad de generar un cine distinto a lo que se espera en los festivales internacionales, pero enfocados en el movimiento.   

 

Lynn Cruz

No es el arte el que imita a la vida, es la vida la que imita al arte”, dijo Oscar Wilde. Y es que el arte siempre va un paso más adelante. Soy actriz y escritora. Para mí el arte, en especial la escritura, es un modo de exorcizar los demonios. Es algo íntimo. Sin embargo, decidí escribir periodismo porque me di cuenta de que yo no existía. En Cuba sólo tienen derecho a expresarse públicamente, las personas autorizadas por el gobierno. Havana Times constituye un ejemplo de convivencia dentro de una democracia y puesto que me considero demócrata, mi sueño es integrar la filosofía de este diario a la realidad de mi país.

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4 thoughts on “Amaury Pérez tiene razón, en Cuba no existe el cine independiente

  • Esa es tristemente la realidad, no existe manera de llevar adelante el cine independiente…es una pena pues lo poco que se documenta es considerado detractor del sistema social cubano.

  • El ICAIC no tiene plata, es solo nombre. Por eso las coopreoduciones, muchas de ellas muy malas, pocas peliculas cubanas llegan a ser recordadas después de ser vistas, mas bien son olvidables. Problemas de guión y otros adolecen estas producciones. Si le dan carta abierta al cine independiente quizás salgan obras más serias y comprometidas.

  • Irina Pino, en efecto, desde hace mucho tiempo el ICAIC es un fantasma. Queda como un lugar de archivo de cuando el cine en Cuba fue una industria. Hoy no solo el ICAIC quien más amenaza al cine de arte en Cuba es RTV Comercial con programas evasivos y películas comerciales. Todo lo que negaron justamente los cineastas fundadores del ICAIC. Los nuevos capitostes están tirando por la borda todo lo ganado.

  • Miji… Falta debate e independencia EN TODO, hasta en lo más trivial de la vida cotidiana.

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