De nuevo la crisis con el agua, y mi posible solución

Luis Rondón Paz

HAVANA TIMES – Yo creía que mi activismo había resuelto el asunto del abasto de agua en mi cuadra, pero el problema sigue igual o peor; consideraré que, esta vez, la culpa es de Irma.

Hace más de una semana que a mi casa no entra el preciado líquido. Pensé que luego de ganar un litigio que duró 5 años con la institución Aguas de La Habana, del municipio de Boyeros, no me sentiría en la penosa obligación de tocar la llaga.

Debo admitir que fue Ingenuo de mi parte, ahora aquí estoy, de nuevo, contando mi historia:

Algunos días atrás llegó una pipa con agua potable a mi cuadra, y el chofer tuvo la cara dura de decir que no tenía manguera para poner directamente en las casas de los moradores. “No tengo mangueras, hay que cargarlo a cubos”, dijo categórico. “Si dices algo, el imbécil este se va y entonces ahí sí nos jodimos”, decían algunos en voz baja mientras cargaban el agua hacia sus casas.

“Tiene que ser una maldición que alguien ha lanzado a Santiago de Las Vegas, ¡caramba que en este lugar uno sale de Guatemala para entrar en Guatapeor!”, dije para mi interior al verme protagonista nuevamente de tal escenario.

Después de todo lo que he pasado para tener, supuestamente, estabilidad en el servicio del agua, y encontrarme otra vez en la posible desgastante  situación de presentarme en las oficinas de Aguas de La Habana con mi caso. Y como soy reincidente, es obvio que habrá represalias, me imagino lo siguiente:

Tomarán mis datos personales y mi dirección, mi caso será anotado en la lista de casos sociales como personas priorizadas. Recibiré nuevamente la orientación de que estoy en la obligación de llamarles 3 veces al día para recordarles que estoy sin servicio en mi casa, porque ellos tienen mucho trabajo y puede que se les olvide. Entonces, finalmente, por la gracia divina de su bondad, debido a mi incesante insistencia, sin presiones, cuando ellos entiendan, se enviará un camión pipa para mi barrio, el cual llegará lo mismo a las 9 de la mañana que al día siguiente.

Una vez que comienzas el proceso de pedido, no te puedes mover de la casa, porque la pipa puede llegar en cualquier momento, pero debes llamar por teléfono constantemente para asegurar que estás en la cola para obtener el codiciado líquido. Eso implica que las llamadas deben ser hechas desde mi teléfono celular, porque Etecsa se olvidó de los teléfonos fijos cuando descubrió lo lucrativo que es la telefonía móvil.”

Más tarde decidí calmar mis ánimos para evitar hacer catarsis. Recordé que gracias a un dinero extra que obtuve de mi viaje al extranjero podía comprarme una turbina eléctrica (motor que sirve para extraer agua de las tuberías cuando el agua llega sin presión), o conocido popularmente en Cuba como ladrón de agua.

Espero salir del interminable ciclo de problemas con el abasto del casi sagrado líquido, comenté determinado a mis vecinos. Entonces ellos me contaron que mi decisión fue sabia, ya que podré resolver de una vez y por todas mi situación. Y agregaron que la raíz de la crisis, independientemente de la rotura que hubo cuando pasó Irma, está asociada a que vivimos en la zona alta de Santiago de Las Vegas y, para colmo, a eso se ha sumado el manejo inadecuado de la llave de paso, la cual cuenta con un mecanismo que cuando es mal usada la presión de agua no llega con suficiente fuerza a los hogares, creando la situación que nos aqueja.

Ya veré qué tal me va con la turbina, les respondí fingiendo estar entusiasmado. Porque para ser honesto, no me quiero imaginar el infierno que sería vivir otro capítulo de problemas con la institución encargada de garantizar el servicio de agua a los hogares en Santiago de Las Vegas.