Sobre los 1ero de Mayo en Holguín

HAVANA TIMES – El 1ero de Mayo siempre fue feriado. Pero esta vez han dado feriado desde el jueves que cayó ese día hasta el lunes 5. Me dije: voy hacer un recorrido al centro de la ciudad para escribir un texto sobre cómo se vivió este día en el 2025 en un lugar del Norte Oriental de Cuba Socialista, tanto ideología como país casi extinto. Pero me respondí: No tienes que salir a ninguna parte, y desde casa puedes compartir tus impresiones.
Que son estas, desoladoras.
Me explico: el día anterior precisamente salí acompañando a mi mamá a una gestión por el centro. No vimos por ningún lado las cadenetas de papeles en colores que se ponían en los techos de los centros de trabajo, como en las tiendas y empresas. O las que adornaban en las cercas de las casas, fueran centro ciudad o en los barrios. Cómo tampoco vimos aquellas pencas de palmas, atadas a cuánto poste de corriente se encontraban en el camino, esperando el 1ero de Mayo. Ni ninguno de estos símbolos patrios que se ponían en tiempos festivos como para esta fecha festejando el día de los trabajadores.
Los televisores que ponían para ver el desfile aquellas personas que no podían asistir por ser muy ancianos o estar muy enfermas, no los escuché en mi calle. Había un silencio sepulcral más bien. Un no estamos en casa si preguntan, un estamos en el desfile por si acaso, aunque ya a nadie le preocupe.
Mi TV está roto, yo lo hubiera puesto solo para contemplar con mis propios ojos esa serpiente de personas que tiempos atrás era un dragón con su cola interminable. Pero que cada año que pasa se hace más fina. Es evidente, los tiempos han cambiado y ya no puede ser igual. En la casa de mi tía y mi madre, sí funciona su televisor, pero tampoco lo pusieron. Como si nuestra preocupación por la llegada del pan y conseguir el azúcar fuera mucho más fuerte que todo lo demás. Y lo es, para muchas gentes lo es.
Ese tiempo que me cuenta mi tía, que desde marzo en los trabajos se recogían las relaciones de trabajadores que asistirían, y cuántas personas además llevarían a la actividad, como que desaparecieron. El tema son los deportados, quien acaba de llegar, quien es el que está en la etapa de salir.
Por esto pienso que este asunto de si reconocí por las pantallas o saludé a fulano o a zultana en la marcha ya no viene al caso. Estamos resistiendo en una cola, estamos en el extranjero o preparando para irnos, en el mejor de los casos, y en el peor desaparecimos con la COVID. No hay muchas alternativas.
Creo que ni se habló del asunto. Relevante, el dato sobre los días feriados. Y que bueno la noticia, que como en las sociedades capitalistas, los negocios particulares aquí lo están pagando doble. Y por supuesto, los chistes llovían sobre el tema por las redes. Cómo esas imágenes de una calle llena de ovejos caminando rápido, y entrevistando a uno. Recordamos otro del año pasado muy «gracioso». Donde se veía mucha gente pasando el río bravo, y decía arriba: «Nos vemos desfilando el 1ero de Mayo», y abajo: «Por el río bravo».
Por otro lado, un día más. Yo me atrevería a decir que donde estaba, quizás con un poco más de silencio. Porque hace mucho, muchos años, pasaban aquellos carros circulando por dónde quiera, con una compañera comunicando por un alto parlante: «Viva el día de los trabajadores», «Vamos todos al desfiles por nuestra Revolución», «Viva el 1ero de Mayo», y otras consignas que ahora mismo no recuerdo.
Vine a salir de casa el domingo 4 de mayo, a visitar una amiga. Las calles casi vacías, sin banderitas cubanas tiradas aquí o allá como en ese pasado que sentimos tan remoto. Sin los carteles. Ni chicos ni grandes. Y esto no creo porque han pasado ya tres días del acontecimiento. Años atrás este ambiente quedaba respirandose por largo rato.
Pero bien, asomarme ese día, lo que es asomarme, no me asomé. Pero aparte de todo, yo estoy segura que al lugar donde casi siempre voy a vender mis libros, están todos mis compañeros y compañeras vendedores en sus puestos. Desde temprano, porque siempre han existido los que madrugan, y los que quedan hasta bien tarde en el día, porque ese comprador o compradora puede encontrarse a cualquier horario. Cuba ha cambiado y sigue haciéndolo. No hay manera de negarlo.