Holguín tiene una tienda de los Testigos de Jehová

Por Lien Estrada

HAVANA TIMES – Mi tía me habla, sirviendo el café, sobre una tienda nueva en la que todas y todos quienes trabajaban son Testigos de Jehová. Yo me asombré.

Después de 2010, cuando el gobierno comunista de Cuba concediera el permiso a pequeños negocios, es fácil encontrar por el camino muchas cafeterías, gimnasios, bares, peluquerías, puestos de ventas de todo, pero nunca había escuchado un proyecto de una iglesia. Y menos del pueblo Testigo de Jehová siempre tan controvertido para el Estado por sus actitudes ante lo patriótico y antibelicista, en medio de una cultura donde se vivía tanto el espíritu de lucha, combate y resistencias contra enemigos. Por tal causa este pueblo de fe ha sufrido mucho.

La noticia me alegró mucho. El hecho que ya estén surgiendo estas clases de empresas es señal de que una nueva consciencia en el país está comenzando a emerger. Y me prometí que la visitaría en la primera oportunidad.

Tarea nada fácil porque está bastante distante del centro, y pudiéramos decir hasta de la ciudad. Si no se va en el carro particular se necesitarán por lo menos dos transportes públicos para poder llegar. Este nos dejará en la misma carretera, donde nace para la derecha la calle en la que está ubicada la tienda. posiblemente la única calle pavimentada del lugar. Financiada por los propietarios del proyecto que, según nos comenta un hermano Testigo de Jehová del terruño, después de conocer por el gobierno cuánto costaría la misma ordenaron su construcción lo antes posible. Beneficiando entonces a cinco empresas más que se encuentran en la misma calle.

El lugar se llama San Rafael. Y el establecimiento es la Comercializadora y Envíos, Súper Rápido San Rafael.  Así que en mi primera oportunidad, como me había dicho, me fui a conocer el lugar creado, y funcionando por un pueblo religioso tan perseguido y oprimido en un tiempo por el mismo Estado Comunista de Cuba que se encuentra en el mando en las últimas seis décadas de su historia. Por tal motivo, no deja de ser un hecho interesante.

El local cuenta con varios departamentos: calzado, ropa, aseo personal, cárnico, comida… Me acerqué a su comercial y le pregunté si era cierto que todas y todos los que trabajaban allí eran de la misma fe. Me contestó que un 80%. Porque, por ejemplo, los llamados samurais, que eran los compañeros de seguridad no son Testigos. Hombres muy fuertes, altos, y expertos en seguridad. Algunos fueron en un tiempo deportistas de artes marciales de alto rendimiento, como el señor que me presentaron que había llegado a ser guardespaldas de Hugo Chavez.

Lo que la convocatoria de trabajo se hacía primeros para las hermanas y hermanos de la comunidad Testigo, si no se encuentra entonces el personal idóneo, se extiende para los que no lo son. El pago de las compras puede realizarse tanto por tarjetas como en efectivo. Y se hace un descuento si se compra por cantidad. Los precios en algunos casos son más moderados que los encontrados en el resto de los lugares.

Les manifesté mi alegría por su proyecto. Hay que agradecer estas clases de empeño en una sociedad donde en muchos de los establecimientos del Estado el pago es a través de tarjetas MLC, donde solo se puede depositar dinero desde el exterior. Y tampoco nos encontramos estas tiendas bien provistas de todo lo necesario.

Así que soy del grupo que opina que a tales empresas se les da la bienvenida. Efectivamente la tienda de los Testigos de Jehová está ahí, funcionando. Y qué bueno que así sea.

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