Experimentar lo incontestable

Por Lien Estrada

HAVANA TIMES – Yo acababa de ubicarme con mis libros y unos inspectores me dijeron que no podía estar allí. Como yo no tengo papeles, o sea, soy ilegal, no puedo discutir. Entonces les pregunté más que educada dónde me podía poner sin ocasionar problemas. Me dijeron: En el frente. «Muy bien, dije, yo me voy con mis libros para el frente». La dificultad que presentaba el frente es que daba el sol con muchas ganas.

Me ubiqué, y obvio por ser la acera que daba el sol, pasan menos personas, pero yo tranquila, obediente a las autoridades y a mi karma; «no pasa nada», me decía. Entre las poquitas personas que pasaron (siempre está el que va a todos los lugares aunque haya sol), un señor me pregunta: ¿por qué estás aquí y no en el frente que es mejor? Yo le respondí: «Porque los inspectores no me lo permiten, me dijeron que podía vender, pero aquí, en este lado». El buen señor me respondió: «Si Fidel Castro estuviera vivo no pasaría esto».

Era una amabilidad de su parte, lo entendí así, pero yo no sabía con esta respuesta si reír o echarme a llorar. ¿Si Fidel Castro estuviera vivo esto no pasaría?!?!?!? Me repetía aquello una y otra vez. Sin saber qué hacer qué decir. Igual que cuando estuve frente a los inspectores que no discutí, esta vez tampoco lo hice. Ahora no por cuestiones de leyes, sino porque sentía un absurdo del tamaño del universo, y contra ese abismo yo no me puedo tirar.

Pasó ese momento, ese día, llegó otro y visité a un amigo. En medio de la conversación me recuerda el suceso, y le hago el cuento. Él me dice: «no es posible que todavía exista esa respuesta en Cuba. Mira, la sala de mi casa se convirtió en una barbería para que mi hijo trabajara. Entre la gente que estaba esperando salió uno defendiendo al Comandante. Yo estaba cerca y lo escuché. Le dije: «Sal inmediatamente de mi casa. Ahora mismo». Mi hijo me dijo después: «Papá tú no puedes botar a mis clientes. Le respondí: «En mi casa no se puede hablar mierda».

En esta ocasión sí me tuve que reír. La mayoría de las personas que conozco coincidimos en el tema, pero no sé si son tan drásticos como él. Al mismo tiempo estoy segura de que en la Isla existen más opiniones sobre esta figura del Comandante (presidente y Estado nunca tuvimos, creo yo, fue una especie de monarquía de guerrilleros con su macho alfa). Sobre si es responsable o no de este caos por más de medio siglo. Existirán esos criterios matizados con indulgencias, y algunos sin compasión por las heridas, incluso muertes causadas. Las discusiones serán más de una. Ya lo son.

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