Encuentro entre amigas

La pastora Niuvis Pernas haciendo café, la profesora Flor Maria Gandol sentada sonriendo.

Por Lien Estrada

HAVANA TIMES – Estoy visitando a la pastora Niuvis Pernas en su casa. Cuando llega una amiga de ella. La profesora Flor Maria Gandol. Nos presentamos. Es profesora de psicología de la cedes universitaria de Holguín. Tiene 80 años y me cuenta que tiene por recorrido 60 años en la enseñanza. Como profesora de Biología primero por 30 años, y luego estudió psicología y dedicó sus últimos 30 años a impartir está materia. Todavía trabaja en el centro. O sea, toda una vida en Educación. La felicité por su recorrido. Es una persona muy cordial y expresiva.

Nuestra amiga Niuvis decide hacer café y comenzamos hablar de lo que tanto nos está golpeando desde hace meses, los apagones. Esta realidad que nos ha cambiado totalmente el ritmo de vida para mal, y posiblemente más allá de lo que podamos llegar a saber. Porque hasta nuestro carácter ha afectado. La profesora nos cuenta que en su casa nunca se había cocinado con carbón, y ahora mismo estaban pasando mucho trabajo con esto. Al no haber gas ni corriente para utilizar los fogones, pues han tenido que empezar a cocinar con una hornilla y carbón. Pero aquello es infernal, nos dice.

La pastora le comenta que si no enciende es porque a lo mejor hay que dejarlo «respirar». Que ponga la hornilla sobre dos bloques para que el aire pueda circular, y conserve el fuego. La profesora le da las gracias y dice que así lo hará porque su esposo está en «modo» ventilador con unas pencas hechando le aire al fogón, pero sin lograr mucho. La pastora sigue dando alguna que otra instruccion porque ella se ha visto en la misma triste situación antes y así es como lo ha conseguido.

Está expresión «sin lograr mucho» me hace reflexionar sobre la realidad de miles de cubanas y cubanos en la Isla. Esa sensación de estar esforzando mucho, en tus estudios, trabajo, en la casa, en la sociedad… pero con esa sensación pegada al corazón de «sin lograr mucho». Puedes conseguir un buen trabajo, graduarte con buenas calificaciones, entregar lo mejor de tí… que hay una fuerza mayor externa, que lamentablemente impera, producto a malas decisiones de las autoridades, por ejemplo, que te llevan a experimentar frustraciones enormes, e impiden tu desarrollo personal.

Un primo que ya está en los Estados Unidos me decía: «aquí tú te sacrificas para tener un split, una
ducha caliente, cierto confort, y llega un apagón cada seis horas o no sabes cuánto tiempo y todo eso se
desvanece como si no lo tuvieras».

Terminamos de tomar el café. Conversamos además de otro desafío: ¿cómo alcanzar el gas? La profesora dijo que también estaba en función de esto. La pastora, mujer de 83 años, comentó que había entrado en el grupo de las personas vulnerables por su edad y le facilitaron la compra de la balita de gas. La profesora dijo que haría esos trámites, porque ya no era tan fácil de conseguir como tiempos atrás.

Realmente me resulta lastimoso que cada vez que nos encontremos mujeres y hombres en este país, tengamos que hablar de los mismos temas. Porque casi todas y todos estamos afectados con la misma catastrófica situación. Solo nos faltó hablar de la masiva emigración antes para Miami, luego España, ahora para cualquier parte del mundo. Solo aspiramos a librarnos de la patria convertida en una tierra insoportable para vivir.

Nos despedimos aún con todos estos problemas con buen espíritu. Válgame Dios. Somos optimistas después de todo. Y nos alegramos por eso. Porque para encarar el presente cubano, que nadie nos dice, ni sentimos que encontraremos solución a corto o mediano plazo, es bien difícil, y se necesita eso: mucho optimismo. A pesar de todo.

Lee más del diario de Lien Estrada aquí.