Demandas sin ofertas y viceversa

Por Lien Estrada

HAVANA TIMES – Una de las crisis más profundas, y la más prolongada de la historia de Cuba, fue el llamado «Período Especial». Que muchas y muchos se preguntan por qué lo de «especial» cuando fueron los años más brutales vividos después del triunfo de la revolución del 1959. Esto ocurrió entre los años 1990 y 1994 aproximadamente. Temibles en el recuerdo por toda la población que lo sobrevivió. Exceptuando los militares de alto rango, dirigentes y los que tuvieron la capacidad de hacer negocios, muchos hasta ese momento prohibidos. Aún con todo, algún que otro golpazo debieron haber recibido en aquel colmo de desgracias juntas, porque así de extrema había llegado la crisis de siempre.

Pero se puede recordar todavía que circulaba el dinero, y mucho. Puedo incluso escuchar claro, como si fuera ahora, un comentario que hiciera un hombre que iba en el mismo coche que yo: «que si le dabas una patada a una piedra ahí encontrabas dinero». El desafío era que no había nada que comprar.

De todo se carecía. Y estamos hablando de lo que se entiende todo. Comida, ropa, zapato, aseo, juguetes, artículos escolares, recursos de oficina, combustible, se cerraron los establecimientos gastronómicos, las tiendas exponían sus maniquíes sin nada que enseñar, llenas las vidrieras de adornos de papel en colores en forma de triángulos, círculos, diciendo que nada tenían que ofrecer. Fue un tiempo realmente funesto.

La presente crisis que se enfrenta no se muestra más benevolente. Hasta se deja oír por las calles, que estamos transitando por un momento peor que el ya conocido en los años 90. Pero esta vez, pienso yo, experimentando lo contrario. Pero como ya sabemos que todos los extremos son malos, no podemos reprimir la impotencia.

Ahora la diferencia de la vez pasada es que sí existe la oferta, que llega a ser increíble. Quizás como nunca antes. Posiblemente como jamás se había visto en el país. Cientos de tiendas particulares, y empresas, y restaurantes, y artículos, y todo lo necesario para poder vivir, materialmente, bien. Pero para la mayoría, imposible de pagar. Ahora el conflicto es el dinero. ¿Dónde se puede trabajar y alcanzar ese salario decoroso como para que nos permita acceder a todo aquello que necesitamos para poder vivir?

Y esto es muy fácil de constatar. Tenemos el caso, por ejemplo, de la calle Mártires, esquina José de la Luz y Caballero, aquí en Holguín, por donde no se podía circular con facilidad porque se conformaban las gigantescas colas para entrar a las heladerías «El Guama». Coppelia nunca hubo en Holguín, pero estos helados de vainilla, chocolate y fresa nos encantaban siempre. En una esquina estaba el de precios más baratos, que sus puertas abrían a Luz y Caballero, otra con mejor calidad de sus helados, más cara, abría a la calle Mártires. En ambas se hacían colas kilométricas, y decir: Vamos a tomar helado!, podía significar perfectamente un paseo para toda la mañana, y degustarlo casi de tarde.

Desde los nuevos cambios económicos emitidos por el gobierno la transformación ha sido tangible, y para la desesperación del cubano y cubana de a pie. En el ejemplo que nos ocupa, los helados no han desaparecido como en el período citado anteriormente. Están ahí. Incluso muy sabrosos, con sus galletas, pastelitos, u otros dulces. Pero pocos llegan. Cuestan hasta $200,00 pesos un vaso! Y un refresco 130, 250,00 pesos. Y como casi nunca se va solo, se va en familia, entre amigos, compañeros de trabajo, el que te encuentres por el camino y lo invitas… ¿a cuánto asciende la cuenta? Para la mayoría impagable con salarios de 3, 4 o 5 mil pesos al mes.

La Heladería Guama de Holguín, Cuba, un domingo por la tarde.

No podemos olvidar que entre barbarie y barbarie que hemos resistido tampoco hubo tiempos de ensueños. Y la respuesta, sin margen a la duda, es que tiene que ver con lo sistémico. Por eso, no pocos queman las naves y se van definitivamente. Y lo que pudo haber sido un castigo en otro tiempo de nuestra historia, como fue el destierro, hoy se nos muestra como única solución posible para tantas mujeres y hombres nacidos en Cuba.

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One thought on “Demandas sin ofertas y viceversa

  • En un país que no se produce, no se puede consumir, así de sencillo. El período especial de los 90 fue un ensayo de este período «coyuntural», al menos cuando aquello la cuota racionada estaba garantizada.

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