Un retorno olímpico…
HAVANA TIMES – Ya de retorno en mi Habana, y recuperada de un viaje extenuante, puedo contar con detalles lo difícil que fue regresar de Bayamo. Teniendo en cuenta que, en las vacaciones el transporte interprovincial se pone peor, aún así puedo decir que la mafia que existe para obtener un pasaje es inmensa.
Primer intento de pasaje: Fallido. La vía normal la descartamos porque de nada sirve intentar sacar pasaje por la aplicación creada para ello. La primera mafia comienza ahí, cuando ves que hay capacidad en una guagua y en menos de un minuto ya no hay más. ¿Por qué sucede esto?
Es que ya hay personas encargadas de comprar pasaje al precio establecido (poco más de 200 pesos) para luego revenderlo a más de 3 mil pesos, casi el salario promedio de un mes.
Intento número 2: En las afueras de la terminal de ómnibus de Bayamo (como en la de todas las provincias) están los bukenkes (son aquellas personas que bociferan en las afueras de dicho establecimiento el destino de los ómnibus y carros). El precio de estos pasajes oscila entre los: 4500, 5000 y 6000 pesos, precio que varía, en dependencia del tamaño, el tipo de ómnibus, distancia y confort.
Los bukenkes tienen una especie de arreglos con los choferes de guaguas, por tanto, cada uno, con cada pasaje, se busca una buena tajada de ese dinero. Resumiendo, que estuve dos días para poder salir de Bayamo y retornar a la Habana en un ómnibus con condiciones. Salí un domingo a las cinco de la tarde y llegué a la Habana al día siguiente, doce horas después, que es lo que tarda un ómnibus en recorrer 840 km.
Me quedé con deseos de volver, pero no será hasta dentro de mucho tiempo, porque la verdad es que se necesita mucho, pero mucho dinero solamente para la transportación, más el estrés que provoca la incertidumbre de saber si lograrás viajar o no.